Siete personas murieron hoy en la explosión de un tren que transportaba cisternas de gas en la estación de Hitrino, en el noreste de Bulgaria, mientras las autoridades temen nuevas víctimas.
La espectacular explosión se produjo a las 5:37 locales en la estación de Hitrino, a 109 km de Varna, principal puerto búlgaro en el Mar Negro. El tren transportaba 20 cisternas de gas propileno y cuatro de gas butano de un peso total de 200 toneladas, que llevaba a Roussé en el Danubio.
Además de las siete víctimas mortales y decenas de heridos, la deflagración destruyó la estación de tren, varios edificios administrativos adyacentes y una veintena de viviendas.
La ciudad estaba casi desierta, tras ser evacuada por las autoridades por razones de seguridad.
El jefe de la defensa civil Nikolay Nikolov, declaró por la tarde que "las víctimas de la explosión son siete". No buscamos a nadie más bajo los escombros", añadió.
Siete vagones cisterna descarrilaron a la entrada de la estación al engancharse una de ellos a un cable de alta tensión, según la defensa civil. El conductor, que sobrevivió al accidente, estaba siendo interrogado por los investigadores.
El ministro de Salud, Petas Moskov, explicó que había "29 personas hospitalizadas, de las cuales nueve en estado crítico" y otras 23 menos graves.
El primer ministro dimisionario Boiko Borissov, llegado al lugar del siniestro, llamó a los habitantes de la región a donar sangre en el hospital de Choumen.
La totalidad de la población de Hitrino, un millar de habitantes, fue evacuada de la ciudad como medida de prevención.
La inspección regional del Medio Ambiente afirmaba el sábado a mediodía que el aire no estaba contaminado por encima de los niveles habituales porque el viento había disipado los gases, pero "las cisternas de gas propileno deben ser vaciadas, lo que supone una operación extremadamente peligrosa", explicó Nikolov.
Cheradin Ahmed, cuya esposa, gravemente herida, trabajaba en la panadería de Hitrino, se indignaba por la reacción de los bomberos, "demasiado lenta". "¿Quién me va a devolver a mi mujer?", lamentaba entre lágrimas ante las cámaras de la televisión Nova.
El presidente electo Rumen Radev y varios ministros acudieron al hospital de Choumen y al lugar del accidente.
El lunes ha sido decretado día nacional de duelo en Bulgaria.
La obsoleta red ferroviaria búlgara, en permanente necesidad de financiación, con frecuencia sufre robos de material que provocan descarrilamientos de trenes de mercancías, hasta la fecha sin víctimas.
El pasado 23 de enero los ocho vagones de uno de estos trenes descarriló al entrar a gran velocidad en la estación de Dupnitsa (suroeste), y entre 2014 y 2015 se produjeron una decena de accidentes de este tipo.