Equipos de rescate recuperaron hoy más cadáveres después de que las intensas lluvias en el centro de Indonesia soltaran la tierra e hicieran colapsar una colina, provocando un deslizamiento en el que murieron al menos 32 vecinos, con otros 76 aún desaparecidos bajo el lodo.
Unos 2.000 rescatistas, entre los que había soldados, policías y voluntarios, cavaban en el barro y los escombros de las casas derrumbadas, recibiendo algo de alivio del cielo despejado tras días de intensas lluvias. Las excavadoras, mientras tanto apartaban la tierra y los restos de las destrozadas casas de madera.
Los residentes del pueblo de Jemblung, en el distrito Banjarnegara de la provincia de Java Central, dijeron haber oído un ruido atronador, seguido de la avalancha de tierra roja que enterró más de 100 casas el viernes por la noche.
"El deslizamiento parecía bajar girando", dijo un vecino, Subroto, que como muchos indonesios utiliza sólo un nombre. "Logré rescatar a una mujer embarazada, pero no pude salvar al otro hombre".
Primero colapsó un lado de la colina, señaló, y después otro. “En cinco minutos, hubo tres (grandes deslaves) y lo barrieron todo”, dijo.
Hoy se habían recuperado 32 cuerpos, y se desvanecían las esperanzas de que las 76 personas aún desaparecidas pudieran aparecer con vida, indicó Sutopo Purwo Nugroho, portavoz de la Agencia de Gestión de Mitigación de Desastres.
Muchas carreteras y puentes quedaron destrozadas, complicando las tareas de rescate, señaló Nugroho.
El presidente indonesio, Joko Widodo, llegó al lugar hoy. Allí prometió reubicar a los cientos de personas sin hogar tras el desastre, y aseguró que el gobierno ayudaría a proporcionar asistencia a los heridos. Once residentes heridos fueron hospitalizados.