¿Cuál es el verdadero Godoy Cruz? ¿El que se planta en La Bombonera de igual a igual ante el poderoso Boca del Mellizo y vende cara la abultada derrota? ¿El que se somete a un Independiente que maniató el balón durante casi todo el primer tiempo y le llegó por todos lados? ¿O el que termina con el mameluco puesto tratando de sostener la mínima ventaja?
Es realmente difícil entender a qué juega este Godoy Cruz. Cuesta dilucidar los planteos de un Mauricio Larriera que todavía no sólo no encontró el equipo, sino que demuestra más dudas que certezas. El entrenador cambia y cambia para que nada cambie. ¿Y el tan mentado funcionamiento? Bien, gracias. Nada por aquí, nada por allá.
El Tomba sigue siendo un equipo tan insulso y pasivo que, en lugar de salir a presionar al equipo de Holan, lo dejó utilizar su mejor arma: manejar la pelota en campo contrario con muchísima libertad. Y se sabe, Independiente es un elenco que, además, piensa siempre en el arco de enfrente y pone una gran cantidad de gente en función de ataque.
Y si los de Avellaneda no se fueron al descanso al menos con la mínima ventaja en el tanteador fue porque Leonardo Burián sacó dos pelotas de gol: un zurdazo de Leandro Fernández y un remate de Diego Rodríguez que se metía abajo. ¿Godoy Cruz? Poco, casi nada. Apenas un remate de Gastón Giménez de afuera del área que se fue cerca del ángulo y otro desborde de Ramis por derecha, cuyo centro pasadísimo era imposible de conectar para el Morro.
El complemento no cambió demasiado su tónica. El Rojo tomó la iniciativa, se hizo con el dominio del balón e intentó lastimar a un Godoy Cruz que se limitó a esperar y aprovechar alguna situación de gol. Al Rojo le faltaba profundidad. Toqueteaba hasta tres cuartos de cancha, pero fallaba en la sintonía fina. Y casi sin quererlo, el Tomba se encontró con la ventaja tras el penal que el ‘Morro’ García canjeó con la calidad de los grandes.
Era tan raro ver al Expreso en ventaja como la posición de Ramis (volante por izquierda). El Tomba seguía desorientado y a Independiente no se le caía una idea para darle un pase a la red. Burián tapó otras dos, Rodríguez cabeceó afuera desde el punto del penal y el cabezazo de Meza de pique al piso rozó el palo derecho del arco de Burián. Tampoco le salió el tiro del final.
Aunque sigue sin convencer por su juego, el Tomba volvió a ganar en casa, se hace fuerte en el Malvinas y llenó de problemas al Independiente de Ariel Holan, al quien sólo parece sostenerlo el hecho de que su equipo sigue en la Copa Sudamericana. El Tomba tiene tiempo y material para mejorar. Mientras tanto, al diablo con el Diablo.
