En el Mundial que marcó el debut del videoarbitraje, no faltó que interviniera incluso en la final. Así ocurrió, para definir una jugada clave durante el transcurso del encuentro el domingo en el que Francia se coronó ante Croacia.
A los 36 minutos del encuentro disputado en el estadio Luzhniki de Moscú, Francia ejecutó un tiro de esquina, y el balón alcanzó a golpear el brazo del croata Ivan Perisic, después de impactar su pierna.
Acto seguido, la pelota salió de la cancha. Los jugadores franceses comenzaron a reclamar la mano de Perisic. Diez minutos antes, el propio Perisic había anotado el tanto para el empate transitorio 1-1.
Tras una pausa de unos 90 segundos para que el árbitro Néstor Pitana analizara la acción con sus asistentes de video a un costado de la cancha, el referí argentino señaló al centro del área.
Fue penal a favor de Francia, y Antoine Griezmann lo convirtió desde los 12 pasos, engañando al arquero Danijel Subasic.
Les Bleus, que apenas habían creado jugadas de peligro, recuperaron la delantera en el encuentro, para no volverla a perder. Se impusieron por 4-2 y se coronaron por segunda vez en la historia.
Desde luego, está por verse si Perisic tuvo la intención de tocar el balón con la mano, pero el videoarbitraje (VAR) no estaba para aclarar esas disertaciones psicológicas, ni siquiera en la primera vez que se le utilizó en una final mundialista.