Sin una salida a la vista, la comisión de Legislación y Asuntos Constitucionales (LAC) de Diputados decidió esta mañana que el proyecto de ampliación de la Corte quede "sin fecha de tratamiento". A su vez, en la reunión de labor parlamentaria se va a analizar bajar la preferencia que tenía el despacho.
De esta manera, podría decirse que el radicalismo envió al cajón, en donde duermen otro tanto de iniciativas, el proyecto que entusiasmó al gobernador Alfredo Cornejo con poder nombrar a dos miembros más de la Suprema Corte de Justicia, que iba a pasar de 7 a 9 integrantes.
Este punto fue el que tensó la discusión no sólo con la oposición (PJ y FIT), sino con algunos "oficialistas": Guillermo Pereyra (Frente Renovador) y Marcos Niven (PD) se opusieron a acompañar el proyecto y restaron dos votos necesarios para la sanción final, ya que contaba con el visto bueno del Senado.
Con estas posiciones, el radicalismo se abocó durante estos días a conversar con Niven, el más dispuesto al diálogo y el portador del voto que abría una ventana para que el proyecto pudiera salir. Es que si el demócrata acompañaba, el radicalismo lograba el empate, lo que habilitaba a que el voto del presidente de la Cámara de Diputados, Néstor Parés (UCR), valiera el doble. Es decir, alcanzaba para la sanción de la ley.
Pero esto finalmente no ocurrió y el radicalismo asumió, con este trámite en LAC, que las conversaciones llegaron a un punto límite. Según comentaron, en la sesión de Diputados de mañana se pediría que el proyecto no tenga preferencia con despacho, es decir, poder ser tratado ni bien tenga acuerdo de la comisión.