Al Attiyah, en busca del triunfo y el retiro

El qatarí piensa en parar de competir. “Ya estamos preparando a dos pilotos para el Dakar”, comentó.

Al Attiyah, en busca del triunfo y el retiro

El qatarí Nasser Al Attiyah (Mini), campeón del Dakar en 2011 y líder hasta el momento de la competencia, ratificó ayer que vino a ganar el rally y dejó abierta la posibilidad de retirarse como piloto, aunque aclaró que eso no quiere decir que se aleje del automovilismo.

“Vinimos a ganar el Dakar, ese fue siempre nuestro objetivo”, dijo el qatarí, que inesperadamente dijo que “mañana tal vez pare de correr. Ya es suficiente. Tal vez haya un nuevo Nasser dentro del automovilismo”, disparó.

Distendido, sonriente y derrochando caballerosidad, como es su costumbre, incluso cuando las cosas no le salen como se propone, comentó que “ahora estamos preparando a dos pilotos de Qatar para traerlos el año próximo porque tal vez mañana yo pare de correr, ya es suficiente”.

En cuanto a lo que aún queda por delante, el qatarí dijo que está tranquilo y que como ya se sabe un Dakar es cosa de todos los días pero no le preocupa la diferencia que le lleva a Giniel De Villiers (Toyota), campeón del primer Dakar sudamericano en 2009, y segundo en la general en 2015.

“Si mañana De Villiers me alcanza, bueno, no hay problema, pasado mañana lo puedo alcanzar yo”, dijo confiado. “La pelea está ahí con De Villiers pero Yazeed Alrajhi está empujando, aunque perdió respecto a Giniel”, agregó.

Al hacer un balance sobre esta primera parte del rally, Al Attiyah admitió que esta vez no hubo tanta arena y que fue diferente que otros años. “Fue distinto pero igual de duro. Igual tratamos de dar lo mejor cada día”, concluyó el puntero de la competencia en la categoría autos.

Camala, el vivac más dakariano

La caravana del Dakar continúa con su camino. En su último día en Chile, el campamento de Calama fue el más duro y "dakariano" de la presente edición.

Como en sus épocas en el desierto africano, la arena y el viento fueron un duro combo que debieron soportar todos en el vivac. Por eso, la tarea de los mecánicos se hizo dura. Antiparras para evitar la arena y trabajar en las máquinas fueron una constante a lo largo de las horas de trabajo.

También las carpas montadas en el campamento se volaban, completando la escena que bien se parecía a las del rally en tierras africanas.

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