Como cada año, el ajo mendocino se prepara para desembarcar en Brasil en condiciones que nunca parecen ser las ideales, sea por precio u otros factores.
Esta vez se topa con un par de dolores de cabeza nuevamente por competencia desleal de China, el temido competidor, que tras aplicárseles un arancel antidumping en el vecino país ahora “innova” para “zafar” del gravamen directo: por un lado, al triangular vía Uruguay mercadería sin declarar, y por otro, con origen ni marca identificados.
La cámara regional que agrupa a los exportadores mendocinos, Asocamen, recogió denuncias de sus más activos comercializadores de ajo en el vecino país en la última semana, y lo trasladó al Gobierno provincial.
Desde el Ejecutivo, a su vez, abrieron dos canales para tramitar acciones que permitan actuar rápido con el principal socio del Mercosur, tanto a través de la embajada de ese país como a nivel de Cancillería y Ministerio de Agroindustria.
Argentina, en particular Mendoza, concentra el 45% del ajo que ingresa a Brasil.
“Son casos recientes que ya expusimos por nota a la subsecretaria Marisa Bircher y también a Cancillería, para demostrar lo que significa como perjuicio para la producción de Mendoza.
Y acompañamos con fotos como soporte de las denuncias, sobre todo de la situación en Uruguay”, señaló el subsecretario de Agricultura provincial, Alejandro Zlotolow, luego de una reunión con los directivos de Asocamen.
Actualmente, para entrar en Brasil, el ajo chino debe pagar u$s 7,80 por caja de 10 kilos, con lo cual el precio final llegaría a u$s 21,30 incluido el AEC (Arancel Externo Común) acordado por los países del Mercosur para productos extrabloque.
Así la brecha con lo exportado por Mendoza se achica, pero vuelve a ampliarse si no se sanciona la maniobra del gigante asiático para no pagar el gravamen.
Esta temporada se implantaron 10.500 hectáreas con ajo.
Con todo, desde el Gobierno mendocino también apuntan al rol de contralor por parte de Uruguay como miembro pleno del Mercosur, en la mira como facilitador de esas operaciones.
Otra forma de competir
Actualmente, Brasil importa unas 16 millones de cajas al año. De esa cantidad, Argentina y China se reparten 45% cada uno y España aporta el restante 10%.
La diferencia está en los precios: hasta julio, de acuerdo a datos del vecino país, China colocó su ajo en u$s 19,45 por caja y el español llegó a u$s 19,32, pero el argentino no logró bajar de u$s 25,74.
Según el gerente de Asocam, Guillermo San Martín, “del total de importaciones chinas, 30% ingresa sin pagar antidumping. A su vez, de ese volumen 8 de cada 10 cajas no abonan arancel gracias a los amparos y también por no estar identificado, y el 20% restante entra por contrabando vía Uruguay”.
Mientras los empacadores mendocinos ajustan sintonía con los importadores brasileños de la Asociación de Productores de Ajo de Brasil (Anapa), desde Asocam identifican al menos 3 modalidades “antidumping” impulsadas por China en las últimas semanas, que incluso podrían denunciarse ante la OMC (Organización Mundial de Comercio).
Desde esta semana, ya está en conocimiento la Receita Federal do Brasil, equivalente a nuestra AFIP.
Según el IDR, el 68% de la superficie hortícola de la provincia tiene implantado ajo.
Además de los amparos que la Justicia brasileña aceptó de dos firmas cariocas para ingresar ajo oriental sin antidumping, la mayor preocupación se centra en los restantes canales.
Es que los importadores asumen que las cajas sin rótulo que llegan en barco son de origen chino, pero la falta de identidad les permite ingresar sin pagar gravamen.
A ello se sumó la novedad: China “exporta” a Uruguay, y el país vecino a su vez le vende a Brasil, aunque el movimiento no queda registrado por la Aduana vecina.
Lo cierto es que la situación se conoce cuando desde los galpones mendocinos empiezan a salir los primeros camiones de ajo colorado, como previa al momento fuerte que es desde mediados de enero.
La caja de 10 kilos de ajo mendocino es más cara que la de otros países.
Por eso la preocupación crece, y la expectativa de que se ajusten medidas para controlar la competencia desleal, también.
“En los últimos meses nos informaron del ingreso de ajo sin identificación, y ahora lo de Uruguay. Teniendo en cuenta que China llega bastante por debajo de los diez dólares, con más razón tiene que aplicarse el arancel antidumping”, redondea San Martín respecto al escenario que se viene para la temporada.
Piden renovar el arancel
Por ahora, los importadores dan señales de no querer pagar más de u$s 16 por caja, tal como llega el producto español, otro rival argentino. Paralelamente, subsiste una sobreoferta de ajo local -unos 2 millones de cajas- que prometen complicar un poco más las cosas.
Con la mirada ya puesta en 2018, ambos países empiezan de a poco a rediscutir condiciones para extender el arancel antidumping a China. La vigencia de esta primera versión vence justamente a fines del año próximo.
Con ese objetivo, el Gobierno y el sector se pusieron plazo: durante el primer trimestre adelantarán el pedido y los informes técnicos para justificar su aplicación. Un argumento apunta incluso a lo lejos que está China en costos de exportación, frente a Argentina y también España.