Carlos Ahumada, que ya estuvo en varios clubes de la Argentina y hasta ayer presidente del club Sportivo Estudiantes de San Luis que juega en la B Nacional, renunció a su cargo y culpó de su dimisión al gobernador de la provincia, Alberto Rodríguez Saá, acusándolo de realizar una campaña de hostigamiento sistemática en su contra y de la institución.
Ahumada sostuvo que el gobernador utilizó “medios de comunicación estatales” y otros que son propiedad del mandatario provincial para llevar adelante la presunta campaña.
En conferencia de prensa, y en una nota entregada a los periodistas, el empresario argentino-mejicano afirmó que Alberto Rodríguez Saá envió a una persona pidiéndole a él y a los integrantes de la Comisión Directiva que se alejaran del club, y que “el gobierno de la provincia había contratado barras bravas para conspirar contra los dirigentes”.
En este punto, Ahumada aclaró que se reservaba la identidad de las personas, pero que tiene “pruebas contundentes” que obran en su poder, y que si es necesario, “serán presentadas ante la justicia”.
Añadió que el gobierno designó a un delegado normalizador de la institución, el funcionario Alberto Asencio Díaz, para confeccionar un padrón de socios y llamar a elecciones a partir del próximo mes, “pero jamás se dio participación a las autoridades que estábamos en el club”.
Ahumada criticó al delegado normalizador por declaraciones que había efectuado públicamente, donde señalaba que no se permitirán socios que no sean de San Luis en el club Estudiantes, a las que calificó como “actitudes xenófobas y discriminatorias que no se pueden entender ni aceptar”.
“Le entregaron el club a Alberto Rodríguez Saá como él quería y espero que pueda llevarlo a la primera división A y hacerlo participar de la Copa Libertadores como eran nuestros objetivos”, añadió el ex dirigente de Estudiantes.
“Rodríguez Saá tiene una lista larga de humillaciones a instituciones y a gente de San Luis, como así también numerosos fracasos en sus emprendimientos oficiales y personales”, afirmó Ahumada.
“Estoy cansado de haber aguantado tantas presiones durante muchos años, por eso dejo el camino liberado”, expresó Carlos Ahumada, quien aclaró que toda la documentación contable del club que hasta ayer presidía, fue depositada en un estudio contable de la ciudad de San Luis para que pueda ser revisado por quién lo desee.
La renuncia del dirigente como así también de la totalidad de la comisión directiva del Verde puntano, fue presentada ayer en la Dirección de Personas Jurídicas de la Provincia de San Luis, con copia al actual delegado normalizador.
El historial de ahumada
Sus primeros pasos como empresario del fútbol los dio en México, en el León FC, franquicia que compró y manejó durante tres años. Y luego desembarcó en el Santos Laguna. Pero su historia en el país azteca no se limitó al ámbito de la pelota.
El empresario estuvo detenido entre 2004 y 2007, luego de que saliera a la luz un video en el que aparece entregándole dinero a políticos cercanos a Andrés López Obrador, por entonces jefe de Gobierno de la Ciudad de México y candidato a presidente. Este episodio terminó con sus aspiraciones y liberó el camino de Felipe Calderón.
Más tarde llegó el turno de los negocios en el fútbol argentino para Ahumada, quien a través de la gerenciadora Ateliers S.A. tomó las riendas de Talleres de Córdoba, un gigante que estaba hundido en el ascenso y sufría una fuerte crisis económica.
No sólo no logró levantarlo sino que el equipo descendió al Federal A y el empresario se fue entre denuncias por su vínculo cercano con la barrabrava.
El siguiente paso lo dio en Juventud Unida Universitaria de San Luis, de donde también se despidió con problemas financieros.
Hasta que llegó la última escala en Estudiantes de San Luis, el club en el que logró hacer pata ancha de la mano de Julio Grondona y subir del Federal A a la B Nacional, pese a las denuncias por corrupción que lo salpicaron mediáticamente.
En el marco de una causa por triangulación de pases que favorecería el lavado de dinero y la evasión impositiva, se difundieron una serie de escuchas telefónicas, entre ellas una de 2012 que tuvo como protagonistas a Grondona con Gustavo Ceresa, por entonces máximo dirigente del Consejo Federal.
En esa charla, Grondona le pide a Ceresa que tenga especial cuidado con los árbitros que designaba para dirigir a Estudiantes. “El único equipo que yo quiero, que me preocupa, es Estudiantes de San Luis”, le dijo Grondona a Ceresa en esa charla, a lo que su interlocutor respondió: “De San Luis, ya está”.
“Los demás, ni sé quiénes van…”, continuó don Julio, y Ceresa cerró: “Listo, usted quédese tranquilo porque yo ya lo arreglé”.
En ese momento, Estudiantes jugaba el Argentino B 2012/13 (hoy Federal B) y terminó ascendiendo al Argentino A, luego de una buena campaña que incluyó una escandalosa final ante Atlético Policial de Catamarca, en la que los norteños terminaron furiosos contra la terna arbitral que encabezaba el sanjuanino Néstor Rivero Reinoso.
Ese mismo árbitro no sólo dirigió a Estudiantes en aquella final, sino que lo condujo en otros seis partidos importantes para definir diferentes instancias, y en la mayoría hubo polémicas que favorecieron a los puntanos.