El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, propuso que el muro que pretende construir en la frontera con México esté cubierto de paneles solares para que la factura para el país vecino sea menor, en un largo discurso en el que habló de inmigración.
En tono de campaña en un acto de más de una hora en Iowa, uno de los Estados clave que ganó en las elecciones de noviembre pasado, Trump se jactó anoche de sus promesas cumplidas hasta ahora y aseguró tener mucho más que ofrecer a sus simpatizantes.
"Siempre es maravilloso poder abandonar esa ciénaga de Washington y pasar tiempo con la gente que de verdad trabaja duro, a los que llamamos patriotas estadounidenses", dijo Trump ante cientos de personas en la localidad de Cedar Rapids, donde también visitó un centro con novedades tecnológicas para facilitar la agricultura.
El mandatario, quien este mes dio discursos similares en Ohio, Wisconsin y Florida, insistió en su promesa electoral estrella, la de construir un muro en la frontera con México, con una nueva iniciativa. "Estamos pensando en construir el muro como un muro solar, algo que cree energía y se autofinancie; de esta forma México tendrá que pagar mucho menos dinero; tiene sentido, ¿no?", preguntó Trump.
"Estamos pensando en construir el muro como un muro solar, algo que cree energía y se autofinancie"
La posibilidad de colocar paneles solares en el muro ya circulaba en Washington, dado que el mandatario habló de ella en un encuentro privado con un grupo de legisladores republicanos el pasado 6 de junio, pero hasta ahora Trump no había mencionado la opción en público.
El mandatario aseguró que esa idea tan "imaginativa" es suya, a pesar de que muchos medios estadounidenses la atribuyen a una de las decenas de propuestas presentadas dentro del proceso de licitación pública para construir el muro, reportó la agencia de noticias EFE.
La compañía se llama Gleason Partners, cuyo fundador, Tom Gleason, dijo este mes al diario The Washington Post que su diseño generaría dos megavatios de electricidad por milla (1,6 kilómetros), una energía suficiente para abastecer a 350 viviendas, y que construirlo costaría 7,5 millones de dólares por milla.
Un día después del anuncio, la noticia impactó en los mercados y disparó las acciones de compañías dedicadas a la energía solar como First Solar Inc, SunPower Corp y el fondo solar Guggenheim. No obstante, Pavel Molchanov, analista de energía en la compañía financiera estadounidense Raymond James, se mostró cauteloso ante la corriente alcista de las acciones y advirtió a los inversores.
"Incluso dejando de lado el asunto más general de si el muro es políticamente realista, la idea de que estará cubierto con paneles solares es totalmente inverosímil. Es difícil tomar esta idea en serio", sentenció Molchanov citado por la agencia de noticias Reuters.
El gobierno de Trump proyecta que el muro en la frontera sur cubra alrededor de la mitad de los más de 3.000 kilómetros de territorio limítrofe con México, algo que según el Departamento de Seguridad Nacional costaría más de 20.000 millones de dólares.
Aunque colocar paneles solares en el muro podría ayudar a sufragar esa factura, hay quienes cuestionan la eficacia de esa estrategia, dado que las placas deberían colocarse verticalmente y podrían no canalizar adecuadamente toda la luz del sol.
Sin embargo, Trump insistió en que la zona de la frontera sur "es uno de los lugares donde la energía solar funciona realmente bien", y opinó que recubrirlo de brillantes paneles haría, además, que el muro tuviera "una apariencia preciosa".
El gobierno mexicano rechazó rotundamente la posibilidad de costear el muro, y Trump aún no tiene el visto bueno del Congreso para su petición de presupuesto para la barrera, que por el momento cubriría solo 120 kilómetros y costaría 1.600 millones de dólares.
En su discurso, Trump dijo también "muy pronto" que promoverá un proyecto de ley para que los inmigrantes legales en Estados Unidos "deban poder mantenerse económicamente por sí mismos" y no puedan "usar el sistema de prestaciones sociales durante un periodo de al menos cinco años".
No está claro si un proyecto de ley así cambiaría algo, dado que el Congreso de Estados Unidos ya aprobó en 1996 una ley que establece que un inmigrante "no puede beneficiarse de ningún beneficio público concedido por el gobierno federal", como los cupones para alimentos, durante los primeros 5 años desde su entrada en el país.