Lo bueno es que no hay un partido de local en el medio. Gimnasia está con la sangre en el ojo y quiere romper la racha en condición de visitante. Y lo quiere ya. Por eso es bueno que rápidamente tenga revancha. Necesita comprobarse a sí mismo que puede hacerlo. Lo atormenta y no lo deja sacar conclusiones en paz. La primer determinación que tomó Sergio Arias es llamar a Oscar Amaya.
El Negro se había quedado en nuestro provincia porque debía purgar una fecha de suspensión. Toti dijo que lo necesitaba para el encuentro de mañana ante Villa Dálmine y el Negro ayer ya se entrenó con los compañeros y formó parte del equipo titular pensando en el Violeta de Campana. Allí está el primer cambio del equipo.
Se va afuera Neri Espinosa y Gerardo Corvalán pasa a ser el volante por derecha. En la práctica de ayer en Casa Amarilla (la cancha auxiliar de Boca Juniors, donde se entrena el primer equipo del Xeneize) se pudo observar otra variante. Damián Akerman es la otra cabeza que rodó pos 0-1 ante Chacarita para que vuelva nada menos que Sergio Oga. La vuelta del Mago es una luz de esperanza.
El capitán es clave por lo que genera con la pelota y lo que significa para sus compañeros tenerlo dentro del campo de juego. Oga se recuperó de la contractura y arrancará desde el minuto cero ante Villa Dálmine.
Si bien Toti Arias no confirmó el once titular, Gimnasia formaría de la siguiente manera en Campana: Matías Alasia; Julio Villarino, Federico Pomba, Yair Marín; Gerardo Corvalán, Fabio Giménez, Oscar Amaya, Luciano Peinado; Sergio Oga; Lucas Farías y César Carranza. Es el once que buscará sacarse la mufa.
