Desde siempre los niños han sido objeto de la enseñanza y a los que había que transmitir hábitos, normas de conducta y sociabilización. Sin embargo, desde hace algunos años las cosas han cambiado: ahora tienen más voz, son protagonistas y por tanto se produce una inversión de roles.
Se trata de un nuevo fenómeno, que es la transferencia de información intergeneracional desde ellos hacia el universo de adultos de su círculo más cercano en temas como cuidado de la salud, del medio ambiente o normas de tránsito. Esto, que hace algunas décadas era impensado, algunas veces va más allá y hasta genera acciones de trasferencia hacia la comunidad, transformándose en motor de cambio. Por otra parte, en lo que a informática respecta, definitivamente los chicos llevan ventaja y se transforman en verdaderos docentes de sus padres y abuelos.
Por eso, a ellos apuntan iniciativas tendientes a generar buenos hábitos, formar nuevos ciudadanos preparados para una vida adulta más responsable y, al mismo tiempo, hacerlos multiplicadores de lo aprendido.
"¡Papá, pasaste en rojo!" o "Hay que apagar las luces", son frases que se escuchan cada vez en la voz de ellos llamando la atención a los mayores, así como hacen notar cuando ven alguna conducta inadecuada de algún desconocido.
Fiscales y docentes
Según las circunstancias, los chicos de hoy cumplen un doble rol: como contralor ante las faltas de los adultos o como reforzadores de ciertos hábitos.
Para los papás que son conscientes de que dar el ejemplo es parte de su responsabilidad, ya que educa más que las palabras debido a la imitación, esto es todo un desafío.
Al respecto, Analía Romero (34) -mamá de Julieta (6) y Denise (13)- explicó que no sólo corrigen sino que también cuestionan ciertas decisiones o acciones que no les parecen adecuadas. "Les molesta cuando ven a alguien tirar basura en la calle o te dicen por qué no te pusiste el cinturón de seguridad", dice y agrega que cuando le corrigen algo siente que "en ese momento les estoy fallando, que no soy coherente con lo que les enseño. A nosotros nos contagia tener las mismas actitudes que ellas señalan".
Daniel Tejada, responsable del Parque Temático Vial de la Municipalidad de Godoy Cruz (que funciona en el híper Libertad), consideró que "cuando los hijos hacen algún comentario de este tipo, como no haberse puesto el cinturón de seguridad, a la mayoría de los padres les da vergüenza".
El lugar es una reproducción miniatura del centro cívico de Godoy Cruz, donde llegan pequeños en contingentes de escuelas o solos con sus padres para aprender normas de tránsito de manera práctica.
"La idea es apuntar al aprendizaje de los niños y que éstos sirvan a la vez de multiplicadores de aprendizaje de normas viales", explicó. Esto incluye cómo transitar por la calle como peatones o en vehículo, cruces de calles, uso de semáforos o dónde deben ir sentados los chicos dentro del auto, entre otras cosas.
Tejada comentó que han podido constatar que los primeros que participaron cuando se inauguró el Parque en 2007 ya están terminando la primaria y han internalizado y profundizado conceptos. Por otra parte, "es muy gracioso escuchar a los chicos decir ?mi papá pasa el semáforo en rojo' o que la abuela no respeta el disco Pare y que ellos estén allí presentes", dijo y aseguró que la fórmula se da de manera casi inconsciente y sin proponérselo: los hijos siempre alertan a los papás cuando cometen una falta.
Voz autorizada
La subsecretaria de Planeamiento Educativo de la Dirección General de Escuelas, Livia Sandez, consideró que "los últimos años estamos ante un nuevo sujeto de la educación, sumamente activo, que domina información -a veces más que los adultos-. Esto le permite hacer transferencia de contenidos y vehiculizarlos de manera diferente". Ocurre porque están permanentemente expuestos a información, tienen la capacidad de apropiarse de ella cuando les resulta interesante y luego transferirla. Para Sandez, el desafío es cómo vehiculizar estos espacios de diálogo dentro de la familia.
Otra circunstancia que posibilita esta interacción mutua es que actualmente los niños tienen más entidad para los adultos, tienen más "voz", son escuchados. "Ellos se han ganado este lugar porque son activos y protagonistas, además tienen libertad de comunicarse y de preguntar", dijo.
La funcionaria aseguró que a los chicos se los consulta al interior de las familias y, por ejemplo, hoy tienen decisión sobre el destino donde pasar las vacaciones. Esta situación los posiciona como los preferidos a la hora de modificar hábitos a través de campañas o en las escuelas con la inclusión de contenidos transversales a la currícula. Tal es el caso del cuidado del medio ambiente, educación sexual y vial y buena alimentación. Además, la DGE también ha incorporado ahora "memoria, verdad y justicia como valores centrales para crear buenos ciudadanos", destacó Sandez.
Patricia Yanchina, del Departamento de Educación para la Salud de la provincia, coincidió. "Los mismos chicos son promotores de salud en sus escuelas y su comunidad". Es que el ámbito educativo es un lugar privilegiado para transmitir normas de conducta y hábitos que tienen eco más allá de sus paredes.
Un caso es el de las escuelas promotoras de salud. Yanchina mencionó que un grupo de alumnos recibe capacitación y luego elaboran materiales, afiches y folletos con los que salen a la comunidad. En un establecimiento hasta hicieron un mural, lo cual favorece la comunicación hacia afuera.
La funcionaria contó que los pequeños tienen un rol destacado en la lucha contra el tabaquismo: "Ahora los chicos están informados y les piden a los padres que dejen de fumar, esto conmueve y tiene resultados". Y concluyó: "No importa su edad, los chicos siempre se involucran con estos temas, sobre todo si se trata de promocionar".
