Agustina Kämpfer le agarró el gustito a la fama: después de publicar por cuanta red social haya su viaje con Jorge Rial por Amsterdam, dio una entrevista a la revista Playboy de Argentina.
La ex del vicepresidente Amado Boudou, lejos de estar respondiendo a la justicia sobre algunos asuntos pendientes, lo pasa genial y cuenta cómo ejerce su militancia política: dando clases de meditación.
"Colaboro con un grupo de La Cámpora, que me convoca para ir a lugares carenciados donde doy talleres de meditación", dice la panelista de América TV en la nota.
"Lamentablemente la meditación está reservada a gente con determinado poder adquisitivo. La gente humilde no lo tiene y es la que más lo necesita. Entonces voy y damos meditaciones. Mi militancia es esa. Pero es más social. Mi periodismo va por otro lado", afirma.
Obviamente, en la nota le preguntan cómo se enamoró de Rial.
"Un día te encontrás con que estuviste todo el día hablando con la persona, estuviste toda la semana hablando sin parar; que te quedabas a dormir en su casa; que vino a tu casa cada noche; y te das cuenta de que estas hasta el moño".
"Los prejuiciosse derribaron por completo. Pero no porque yo haya hecho un esfuerzo por pensar distinto, sino porque cuando vi la película entera y no solo la foto, entendí el guión de su vida, que es mucho más interesante que aquello que él muestra", agrega sobre el rey de los chimentos.
Además, dice que Intratables le dio la posibilidad de mostrarse tal cual es y de demostrar que no es una persona pedante.
"Mucha gente se sorprendió, porque creyeron que yo era era pedante, o conservadora, o pacata, y vieron una persona que no se enfrentaba a quienes opinaban distinto, o a quienes incluso me atacaban; ni con agresiones, ni con falta de respeto ni gritos", recalcó.
La entrevista se corta cuando le preguntan por su ex, el vicepresidente Amado Boudou, con quien se cruzó en la presentación del libro de Diego Brancateli, compañero del programa que conduce Santiago del Moro.
“No habló más de Amado. Es pasado. Es una relación que terminó, y que incluso tras haberla terminado, dijo todo lo que tenía que decir, e incluso más que aquello que tenía que decir”.
