Juan Marcelo Agüero tenía poco más de 16 años cuando, en su Buen Orden natal, le puso alas por primera vez a sus sueños de ser un ciclista reconocido y ganador.
Trabajaba en el taller de baterías Coque y como había escuchado hablar al padre de Manuel Cayetano Cortez de las hazañas y triunfos de su hijo (campeón de la Vuelta de Mendoza en 1981), empezó a interiorizarse cada vez más por ese deporte.
Por esos tiempos su tío “Negro”, que era el único miembro de la familia al que le gustaba el ciclismo, se apareció un domingo a la mañana con una bicicleta nueva, toda de acero, cuenta Agüero.
El “Pájaro” agrega que la acariciaba con los ojos, porque la miraba embelesado, hasta que se animó y se la pidió prestada para dar una pequeña vuelta por las calles del barrio.
Desde ese día empezó a construir su gran historia en el ciclismo de ruta local en la que tiempo después recibió el singular apodo de "El Pájaro" cuando voló inalcanzable en una contrarreloj de la Vuelta de Mendoza (1990), hasta el Cerro de la Gloria, y en la que le sacó más de un minuto de diferencia al corredor que ocupó el segundo lugar del parcial.
"En Mendoza nació otro Cóndor" fue el llamativo título de Los Andes en la edición del día siguiente y el periodista Eduardo Furlani Monti, que era el especialista de esa disciplina en nuestro diario, lo identificó justamente como "El Pájaro Agüero" para diferenciarlo de Ernesto Contreras, el inolvidable “Cóndor de América”.
Un apodo que lo acompañó para siempre y al que hizo honor con su rítmico pedaleo cuando desplegaba sus alas y solía dejar atrás al pelotón en solitarias fugas que generalmente lo llevaban a la victoria durante las décadas del '90 y principios del 2000.
Una época de notables referentes a los que en la charla con Más Deportes nombró como eternos y nobles adversarios: Roberto Escalante, Omar Contreras, Ramón Sánchez, Juan Ramón González, Rubén Pegorín, Rubén Bergamín, Raúl del Rosario Ruarte, José Villarruel, el "Chueco" Ignacio Gilli, Ariel Jaime, Juan Carlos Carmeno, Ernesto Morresi, Serafín y Juan Carlos Molina, Leonel Cuni, Francisco Robles, Gustavo Gómez, Gustavo Alaria e Ignacio Castellanos.
Además de los sanjuaninos el Pitufo Daniel Efraín Castro, Alberto Bravo y Eduardo Graziani, el cordobés Cristian Maggi y el bonaerense Fabio Placánica que entre muchos más también se sumaban a la caravana multicolor cada fin de semana en nuestra provincia.
Hermosos recuerdos que han vuelto a su agradecida memoria cuando su hijo Leonardo, a los 15 años, la misma edad de sus inicios, lo sorprendió con un pedido que sonó como música: "Papá, yo quiero ser corredor de bicicletas".
Quizás el llamado de la sangre traiga con el tiempo a otro Agüero a nuestros caminos de verdes viñedos y altas cumbres. Para "El Pájaro" seguramente sería como volver a volar como en sus mejores tiempos en los que fue Campeón Mendocino de Resistencia: 1993-1994 y 1995-1996.
Su fama de escalador y su gran virtud de tiempista en las etapas crono le abrieron las puertas de Chile contratado por el equipo Supermercados Líder, uno de los más representativos de ese país, donde corrió en 1990-1994 y 2000-2004.
Trayectoria
Siempre agradecido de "la buena enseñanza y educación de sus padres" - Juan el papá, Rosa la mamá - lo que destacó con una espontánea sonrisa, el servicio militar que realizó en el regimiento de Uspallata terminó por modelar su carácter y personalidad y su decisión de continuar ligado al ciclismo.
Se había iniciado en juveniles como ciclista libre hasta que hizo su presentación en primera y cuarta categoría en la temporada de ruta de 1988 en el equipo de Lizana-Balderrama que era una empresa de transporte de San Martín junto a José Villarruel, Serafín Molina y Ramón González.
Al año siguiente ganó la Doble Villavicencio, se lució en varias etapas de la Vuelta de Mendoza y en ese mismo 1989 vivió su primera experiencia europea que se prolongó durante tres meses convocado a la Selección argentina a la par de Marcelo Elizalde, Alberto Bravo, José Villarruel, Fabio Placánica y Francisco Robles.
Convocado por los técnicos Antonio Alexandre, Eduardo Walter Trillini y Marcelo Alexandre retornó en varias oportunidades a la Selección nacional de ruta y de ese modo participó en el Sudamericano de Perú, los Juegos Panamericanos de Cuba y de Mar del Plata.
En 1993 hizo posible el triunfo que tanto esperaba al imponerse de manera brillante en la Vuelta de Mendoza que se disputó, entre el 17 y el 28 de febrero, con un recorrido de 1.230 km divididos en 11 etapas.
Se recuerda el leal y caballeresco duelo protagonizado "metro a metro, kilómetro a kilómetro", como se escribió en Los Andes, con su digno escolta el tupungatino Rubén Pegorín ubicándose a continuación Fabio Placánica, Raúl del Rosario Ruarte y Cristian Maggi.
Aquel 1993 fue una temporada brillante porque de los ocho giros que corrió se impuso en cuatro además de un segundo puesto porque a la Vuelta de Mendoza sumó también la Vuelta de San Juan, la Vuelta de Cuyo y la Vuelta del Este.
Como muy bien evoca el destacado periodista Jorge Barrionuevo, director-editor de la revista Tiempo del Este, en 1995 ocupó el tercer lugar de la Vuelta de Mendoza detrás del ecuatoriano Pedro Rodríguez (corrió para Colombia) y del colombiano Ricardo Messa.
Su fama de escalador y su gran virtud de tiempista en las etapas cronometradas le abrieron las puertas de Chile contratado por el equipo Supermercados Líder uno de los más representativos de ese país donde corrió en 1990-1994 y 2000-2004.
Un segundo lugar en la Vuelta de Chile y éxitos de nivel internacional como el Tour Amarillo, la Vuelta del Sur y el Campeonato Nacional donde podían competir pedalistas extranjeros confirmaron todo lo bueno que de él se esperaba.
Experiencia compartida en las pruebas de persecución por equipos junto a José Villarruel, Rubén Bergamín, Omar Contreras, Alejandro Carrusca, Raúl del Rosario Ruarte y Roberto Escalante.
Un segundo puesto en la Vuelta de la República de la Argentina (que en los '90 ganó Omar Contreras) fue otra demostración de sus notables condiciones.
El presente
"Más de lo que hice no puedo hacer", declaró Agüero en 2004 a su regreso de Chile, cuando anunció su retiro oficial de las carreras. Sin embargo, después de ocho largos años de inactividad, a partir de mayo de 2012, encaró un nuevo proyecto y abrió una escuela de mountain bike en San Martín a la que asistían nueve alumnos: cinco en la faz competitiva y cuatro en la etapa de aprendizaje inicial.
No descarta volver a correr en esa especialidad, como ocurrió con el "Chueco" Gili, en la que podría tener como compañero de equipo a su propio hijo Leonardo.
Inmortalizado
Agüero fue constante protagonista de las páginas de nuestro suplemento durante toda su carrera. Un hombre que no paraba de conseguir
éxitos.