Mi historia comienza unos días antes de la desaparición del TC 48 en 1965. El cadete Robeto L. Pessana con su papá, el cual era primo de mi abuelo, y tenía la misma edad que mi padre, estuvieron haciendo trámites en Buenos Aires y hasta cenaron en casa, para partir al otro día hacia Córdoba. Ellos eran de General Pico (La Pampa).
Esa mañana del 3 de noviembre de 1965, se supo que se había perdido un avión militar argentino, con 68 ocupantes. Al mediodía en el almuerzo mi padre contó que en la nave militar iba el hijo de Pessana. A partir de ese momento con 15 años, seguí la historia y cada comentario que se hace del avión en todos estos años. Don Luis Pessana, el papá, fue llamado por la FAA, pero siempre pensó que el aparato había caído al mar y que no había sobrevivientes. Su teoría era que de haber tocado el agua, debió encontrarse restos de aceite o de gasolina. Pero le decían que los cuerpos habían sido devorados por los tiburones. Él sostenía que el cuatrimotor estaba en tierra, que era muy difícil probarlo. Después de algunos años perdimos contacto con don Luis. No llegaron más cartas, en casa suponíamos que habría fallecido. La desaparición del TC 48 sigue siendo un misterio. Sigo creyendo que no voy a dejar este mundo, sin saber que el avión apareció. Sé del aporte de gente que desinteresadamente busca al mismo, como Cecilia Viberti.
Ojalá se encuentre y haya paz para los familiares directos que aún viven. Con la tecnología de hoy se podría encontrar. Una pregunta mayor es: ¿por qué el T 43 no viró y salió en búsqueda de sus compañeros de promoción? Hoy ya todos retirados y con cargos altos, ¿por qué no hacen una mea culpa y dicen realmente qué pasó? Sólo puedo decir: ¡Aguanten muchachos!, los seguimos buscando. Los encontraremos y descansarán en paz.
Norberto Oscar Cei
DNI: 8.442.018
