El pedido llegó a Mendoza dos días después de producido el derrame de al menos un millón de litros de solución cianurada, en la mina a cielo abierto que la empresa canadiense Barrick Gold explota en la zona de Veladero (San Juan) para extraer oro.
Fue el lunes 14 de setiembre y en medio de un reclamo social sostenido en la sospecha de que esta sustancia tóxica contaminó el agua del lugar y sus alrededores, cuando las autoridades de la Municipalidad de Jáchal -el departamento más poblado cercano al emprendimiento- solicitaron al Laboratorio de Análisis Instrumental de la Facultad de Ingeniería de la UNCuyo analizar 11 muestras de agua obtenidas ese mismo día de embalses, pueblos y localidades urbanas de toda la zona.
De acuerdo al informe al que Los Andes tuvo acceso, los técnicos tomaron las muestras para estudiar diversos parámetros de calidad del agua y -según la solicitud del municipio de Jáchal- determinar la presencia y niveles de cianuro, mercurio, plomo, aluminio, cobre, níquel, zinc, manganeso, arsénico y boro (metales). También se estudió los niveles de sulfatos y cloruros (sales) y las concentraciones de alcalinidad y dureza total del agua.
En todos los casos, las tablas de análisis (ver infografía) tomaron como referencia los valores límites para cada sustancia, de acuerdo a lo establecido por el Código Alimentario Argentino (CAA), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Ley de Residuos Peligrosos N°24.051.
Así, las tablas pusieron el foco en las cantidades aceptables según estándares establecidos para cuatro usos claves del agua: para beber, para riego de cultivos, para la vida acuática y para destinar al ganado.
Según los resultados de las mediciones que fueron concluidas el miércoles 30 setiembre, el cianuro no estuvo presente en ninguna de las muestras extraídas, en tanto que -dependiendo de cada caso- sí se hallaron metales (pesados y no pesados) y sales en cantidades excedidas a lo permitido. A continuación, el detalle completo del muestreo que hizo la UNCuyo y que enojó al gobierno de San Juan.
Dique Pachimoco. Deriva caudal a partir de una red de canales, principalmente para uso agrícola, y está ubicado en el Valle de Jáchal. De acuerdo al estudio, los valores de arsénico hallados superaron los límites de calidad establecidos por el CAA, la OMS y la Ley de Residuos Peligrosos, respecto del agua para beber y permitir el desarrollo de la vida acuática.
Lo mismo se halló respecto de los niveles de boro y se sumó que también se superaron los límites establecidos para el agua destinada a riego. Los cloruros y sulfatos (sales), al igual que la dureza total del agua, superó lo establecido en las normas.
Embalse Cuesta del Viento. Es la presa hidroeléctrica más importante de la zona norte de San Juan y está ubicada en el departamento Iglesia, sobre la unión del río Blanco y el Arroyo Iglesia, donde nace el río Jáchal. De acuerdo al análisis del laboratorio, el contenido de aluminio superó lo permitido por los organismos y la Ley vigente en lo respectivo al agua para beber como así también para permitir la vida acuática. Al filtrar la muestra, se aclaró en el informe, este metal desapareció.
Otros metales encontrados, como el manganeso, el arsénico y el boro, también dieron resultados más elevados a lo recomendable para consumo y vida acuática en los dos primeros casos y para riego inclusive, en el tercero. En este caso, los cloruros y sulfatos como así también la dureza total del agua también superaron los límites aceptables según el CAA.
Puente de Angualasto. Su nombre es coincidente con la localidad a la que pertenece la zona, dentro del departamento Iglesia, en la margen derecha del río Jáchal. Es una zona rodeada de un ambiente de montaña y en las cercanías del pueblo se encuentra el Yacimiento Arqueológico de Angualasto, declarado "Lugar histórico Nacional", y la Aldea Arqueológica, considerada como "Monumento Histórico Nacional".
Según el análisis realizado a la muestra extraída de las aguas encontradas a 50 centímetros de profundidad, se encontró que el mercurio, el aluminio, el cobre, el zinc, el manganeso, el arsénico y el boro superaron los valores guía establecidos. En el caso específico del manganeso, por ejemplo, las cantidades encontradas no son adecuadas para beber, permitir la vida acuática, regar o dar de beber al ganado. Los cloruros, por su parte, también aparecieron por encima de lo permitido.
El Chinguillo. Es el pueblo ubicado más al norte de San Juan, también perteneciente al departamento Iglesias. Es un pequeño oasis en medio del desierto montañoso, a 2.700 metros de altura. Sus habitantes crían sus animales y cultivan sus verduras, pero además también producen semilla de alfalfa, porotos y frutas secas. Este sitio es la puerta de entrada al Parque Nacional San Guillermo.
De acuerdo al estudio de la muestra de agua extraída de la zona, “el contenido de aluminio superó los límites de los valores guía de calidad de agua para vida acuática de acuerdo a la Ley de Residuos Peligrosos”, en tanto que el contenido de boro en el agua para beber es más alto a lo establecido por la OMS.
Río Blanco. Es un curso de agua permanente ubicado en el extremo suroeste del departamento Calingasta, que arrastra unos 20 metros cúbicos por segundo. Según la muestra analizada en laboratorio, dio por resultado altos contenidos de mercurio para el agua para beber y para permitir la vida acuática, mientras que al analizar el aluminio y el manganeso, se encontró que este metal superó los límites permitidos en el agua para consumo humano, vida acuática, riego y ganado.
La presencia de cobre superó las concentraciones aceptables para las plantas y animales acuáticos, al igual que el zinc. En tanto que el contenido de manganeso y boro superó los límites de los valores guía de calidad de agua para beber, vida acuática, riego y ganado. El arsénico, por su parte, estuvo por encima de las cantidades establecidas para el agua destinada a los tres primeros usos.
Al igual que en los sitios anteriores de los cuales se extrajeron las muestras de agua, los especialistas detectaron que la presencia de cloruros y sulfatos, como así también la dureza total del agua, fue más alta a lo establecido.
Río La Palca. Se encuentra ubicado en Iglesia y nace en la zona del Valle del Cura. Su longitud es de unos 40 kilómetros de largo y desemboca en el río Blanco; el que a su vez está conectado en el río Jáchal. Esta cuenca se denomina norte y es donde se ubica el dique Cuesta del Viento, donde está en marcha un proyecto hidroeléctrico.
De acuerdo a la muestra extraída, los metales hallados que superaron los límites acordados en las normativas de calidad para el agua utilizada para beber, regar los sembradíos, permitir la vida en el agua y dar al ganado fueron aluminio y el manganeso. En tanto que el arsénico analizado superó lo establecido para los tres primeros usos, tal como sucedió con el boro. El cobre y el zinc, por su parte, excedieron los límites para el agua apta para la vida acuática.
Pampa Vieja. En esta localidad de Jáchal se encuentra la escuela que lleva el mismo nombre. La muestra estudiada fue extraída de un pozo de agua clara. Allí no se detectó ninguno de los metales hallados en las muestras anteriores a excepción del arsénico, que superó el margen indicado en el CAA, la OMS y la Ley de Residuos Peligrosos. El boro, por su parte también superó los parámetros guía para el agua para beber, regar y permitir la vida acuática.
Villa Mercedes. Al igual que la localidad anterior de Jáchal, aquí se encuentra emplazado un colegio que cuenta con agua clara de red proveniente del río. El boro y los sulfatos fueron los elementos hallados que superaron el máximo permitido. El primero de ellos no fue el indicado para agua para consumo, riego y vida acuática, mientras que la dureza total del agua estuvo al límite, de acuerdo a lo mencionado por la OMS.
Plaza General San Martín. En esta zona de Jáchal no se detectaron metales en altas concentraciones; sólo el boro se halló en el límite de lo indicado por la OMS y la dureza total superó lo acordado por el CAA.
Niquivil. En esta localidad urbana de Jáchal se encontró -en base a la muestra obtenida- que el contenido de boro es mayor a los parámetros guía de calidad de agua para consumo, vida acuática y riego, mientras que el zinc superó las cantidades adecuadas para permitir la vida acuática. La dureza del agua superó los estándares.
Mogna. En la muestra de agua clara que se tomó a las 20.50 del lunes 14 de setiembre en esta localidad se halló que el arsénico superó los valores considerados aptos para consumo humano, vida acuática y ganado, mientras que las concentraciones de boro fueron altas también para hidratar al ganado. Los cloruros y sulfatos, al igual que la dureza total del agua, arrojaron valores más altos a lo permitido.
No se puede determinar el origen de los metales
Desde hace más de 20 años, el Laboratorio de Análisis Instrumental de la UNCuyo trabaja tanto en temas ambientales como petroleros y de higiene y seguridad. De hecho, su trayectoria ha sido avalada y reconocida por el Organismo Argentino de Acreditación (OAA), que ha respaldado los servicios de transferencia, investigación y docencia que realizan los profesionales dedicados a esta área. Por otra parte, el laboratorio cuenta con certificación ISO 9001:2008 y acreditación ISO/IEC 17015:2005.
De acuerdo a la confidencialidad que requiere su labor, en base a las normas vigentes, el laboratorio no difunde datos acerca de los servicios o transferencias que realiza, como así tampoco revela resultados obtenidos ni da información al respecto.
En ese sentido, es válido aclarar que los resultados de los análisis fueron difundidos por quien solicitó el estudio, en este caso la Municipalidad de Jáchal, cuyo representante fue Saúl Zeballos, un vecino del lugar preocupado por los temas ambientales de su pueblo.
Es importante mencionar que las tomas de muestra de agua no fueron elegidas por un diagnóstico previo del laboratorio, sino que la propia comuna seleccionó los lugares elegidos por los solicitantes, al igual que las determinaciones analíticas y físico-químicas efectuadas.
Asimismo, la toma de las muestras y el análisis sólo reflejan una situación única en tiempo y espacio, por lo que no es indicativo de un historial de situación ni tampoco permite elaborar conclusiones relativas a contaminación o bien a la procedencia de los elementos detectados.