Agroindustria: se mueve el tablero de los industriales

El desembarco de mayoristas y distribuidores en el negocio genera dudas sobre una mejora en la rentabilidad de los productores locales.

Agroindustria: se mueve el tablero de los industriales

Con más dudas que certezas sobre cómo quedará reconfigurada la actividad, productores e industriales se muestran cautos a la hora de evaluar el impacto que tendrá el nuevo rol de mayoristas y distribuidores, como elaboradores de la producción agrícola regional.

Raúl Giordano, directivo del establecimiento agroindustrial Angiord, de Maipú, reconoció que "es una realidad que el sector está cambiando y una parte (de la actividad industrial) se está yendo hacia el nivel mayorista", y señaló: "No podemos desconocer la realidad. Las fábricas en crisis, en condiciones de baja rentabilidad, son tomadas por empresas comerciales que tienden a insertarse en el negocio. No sé si será para bien o para mal pero esto, en alguna medida, introduce un cambio en la filosofía del negocio", que estaba dominado por "empresas que sólo procesan, aunque con una base agrícola propia que le permite proveerse de buena parte de la materia prima que elaboran".

Giordano, que preside la Cámara de la Fruta Industrializada de Mendoza (Cafim), estimó que, hasta el momento, la participación en el negocio de los mayoristas/distribuidores ahora industriales también, puede rondar "entre el 15% y el 20% en el caso del durazno enlatado y un poco más en tomate, casi 30%".

El empresario rescató como positivo que “por lo menos han mantenido en actividad, plantas que no estaban trabajando a pleno ni eran rentables, sino que estaba venidas abajo, por alguna circunstancia comercial, financiera, o en algunos casos por razones de infraestructura”.

Por otra parte, “lo negativo es que corren con ventajas -frente a las plantas que son genuinamente industriales o industriales-agrícolas- por la posibilidad que tienen de llegar al mercado con menor costo logístico y de comercialización”.

En ese sentido, Giordano explicó que "nosotros tenemos que ir a un mayorista o minorista, a negociar un precio para que nuestro producto pueda competir a nivel de consumidor", mientras que estas otras empresas "logran que el precio industrial vaya directamente o con muy poco margen, a nivel de consumidor, sobre todo teniendo en cuenta que estos supermercados también llegan a nivel de consumidor final, que es otro cambio que está ocurriendo".

Sobre cómo puede impactar en el negocio del tomate, Rodolfo Bianchetti, gerente de Solvencia S.A. (elaboradora de tomate con planta industrial en San Carlos, Mendoza), señaló diferencias según el segmento del mercado.

En el caso de s empresa, apunta “a los distribuidores institucionales de gastronomía y también a mayoristas y supermercados”. Explicó que “en este mercado el trato es uno a uno, y las ventas son anuales, es decir que se llega a un acuerdo por todo el año”.

Bianchetti -que, por otra parte, es vicepresidente de la Asociación Tomate 2000- explicó que "es distinto del negocio de oportunidad, que realizan mayoristas y supermercados". Ellos "casi nunca se atan a una condición de venta, sino que hacen un sondeo de mercado y le compran al que tiene mejor precio (sobre todo en el caso del puré de tomate, que es un commodity)".

En este caso, esperan el momento en que la industria necesita vender para poder conseguir el capital de trabajo o para seguir operando. “Hacen compras de oportunidad” subraya, y apunta que “incluso a veces venden por debajo del precio al que compraron, porque el tomate suele utilizarse para atraer compradores y poder vender otros productos con los que hacen la diferencia”.

De todos modos, “que un mayorista incursione en la industria del tomate me parece interesante, porque en definitiva son inversiones que podrían hacer crecer al sector productivo”. Es que, según entiende, “lo que necesitamos es inversión en tecnología para reducir costos de la producción primaria, porque es lo único que nos va a permitir ser competitivos frente a nuestro peor enemigo, que es la pasta de tomate importada”. En efecto, “hoy no preocupa tanto si un mayorista se mete en la industria, lo que preocupa es que el sector primario de tomate está amenazado con la importación de pasta”.

Desde el sector primario, José Viard, que representa a la Cámara de Comercio, Industria y Agricultura de Tunuyán en la Asociación de Productores de Duraznos de Mendoza, consideró que "si se elimina un intermediario -en este caso la industria tradicional- teóricamente deben disminuir los costos desde la finca a la góndola, aunque habría que ver cómo esa -al menos aparente- mejora en la rentabilidad, se distribuye en la cadena; hoy no lo sabemos".

Según él, por lo pronto, “uno de los mayoristas que comenzó a operar esta temporada, reunió a productores primarios, manifestó su interés en establecer acuerdos y, en realidad, pagó un precio que, si hubiera habido una cosecha normal hubiera sido muy bueno (claro que, en ese caso, probablemente no hubiera pagado esos precios)”. Concluye entonces que “lo que ha pagado este año no es representativo porque había poca fruta; hay que ver qué va a pasar cuando tengamos una cosecha completa”.

Por otra parte, “no sabemos cuál va a ser el nuevo escenario productivo, considerando que se han venido erradicando montes de duraznos, esperemos que este año se pueda hacer el censo de plantaciones de duraznos, pero da la impresión que lo que se está arrancando no se está reponiendo”.

Supone que la presencia de los mayoristas en la industria “deberá cambiar la realidad de las otras fábricas, pero no sé cuánto va a consumir Diarco más Maxiconsumo, que son los dos mayoristas que fabrican”.

Lo cierto es que “el escenario cambió, veremos cómo queda cuando se estabilice” indicó, y aunque valoró el hecho de que se reactiven plantas industriales, advirtió que “la estructura del negocio no cambia, y hay que ver si hay caminos para cambiarla”.

A todo esto, Cristian Del Pozzi, presidente de la Sociedad Rural de San Rafael, dudó que los nuevos operadores, si es que tienen un margen adicional de utilidad, vayan a compartirlo con los productores. Aseguró que la firma mayorista que ya opera en la industria desde hace algunas temporadas, "no ha pagado más por el durazno que las fábricas tradicionales". Remarcó que "hasta ahora, los mayoristas que han entrado en el negocio de la industria, no han transmitido un diferencial de precio hacia el productor".

En coincidencia con el planteo del industrial Rodolfo Bianchetti, Del Pozzi aseguró que "me preocupa sobremanera el incremento de los volúmenes de pasta de tomate, de tomate en lata pelado y de pimiento que están importando las cadenas de super e hipermercados y de mayoristaas" que operan en la Argentina.

El presidente de la Cafimse esperanza en que "dentro de unos años quizás la exportación pasa a tener mayor relevancia, y eso relativice la importancia del mercado interno"

Buscar alternativas

El industrial Raúl Giordano remarcó que “uno puede estar más o menos a favor de estos cambios o no, pero la realidad es que ocurren”. De todos modos, “ya hubo cambios hace tiempo, cuando las industrias empezaron a elaborarles con marcas propias a los supermercados y eso fue, de alguna forma, un tipo de asociación”.

Consideró, de todos modos, que el nuevo escenario “indudablemente provocan un cimbrón, porque las cosas ya no son como sucedían” hasta que estas empresas incursionaron en el negocio. “Quizás habrá que asociarse o integrarse a una cadena comercial; tal vez algunas serán absorbidas; pero estas son las reglas de juego”, reflexionó.

El presidente de la Cafimse esperanza en que “dentro de unos años quizás la exportación pasa a tener mayor relevancia, y eso relativice la importancia del mercado interno”. De hecho, “creo que la salida para la agroindustria, en general, la vamos a ver cuando se pueda exportar no menos de un 20% o un 25% de la producción”.

Considera que “eso permitirá equilibrar el mercado interno, equilibrar los precios, porque va a haber un cierto volumen de la producción que va a tener financiación externa, a menor costo”.

La cadena acusa problemas estructurales y de coyuntura

El referente de la Cámara de Comercio, Industria y Agricultura de Tunuyán ate la Asociación de Productores de Duraznos de Mendoza, José Viard afirmó que la nueva situación derivada de la incursión de mayoristas/distribuidores en la actividad agroindustrial no cambia la estructura del negocio. Reveló que la Federación del Plan Estratégico del Durazno de Industria (Fepedi) está "tratando buscar una forma de barajar y dar de nuevo, tanto en términos de producción primaria, como en la industria y la comercialización".

Apuntó que “la esencia del negocio es que estamos haciendo un commodity, y hay necesidades de financiamiento al inicio de cada temporada de elaboración, que no se pueden resolver”. No sabe “si es posible hacer otro producto o establecer otro tipo de relaciones entre los eslabones de la cadena, pero es para analizarlo entre todos los actores involucrados”.

Analizó, por otra parte, que la ventaja de los mayoristas o distribuidores ingresados a la industria, es que “están más cerca de dinero líquido y tienen un sistema armado, en el cual el durazno es uno entre muchos productos, mientras que para el productor y el industrial es el único que tienen”.

Entiende que el Estado no va a resolver este problema, “pero tiene que ser un partícipe directo, por ejemplo, a partir de la Ley de Defensa del consumidor”.

Se lamenta porque “no se interviene para analizar los costos y la utilidad de todos los segmentos de la cadena y cómo se puede cambiar algo… si es que se puede”.

A su turno, el presidente de la Sociedad Rural de San Rafael, Cristian Del Pozzi, advirtió que primero, para resolver la coyuntura, "tienen que limitarse las importaciones" y, al mismo tiempo, "el Gobierno se tiene que meter en la cadena comercial, porque no puede ser que una lata de duraznos salga a 16 ó 17 pesos de una fábrica y termine en 30 en la góndola, como no puede ser que una botella de vino salga a 30 ó 40 pesos de una bodega y termine a 100 en la góndola".

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