Agroindustria: “Los empresarios argentinos somos inoxidables”

Lo afirmó Teo Zorraquín, consultor de Zorraquín, Meneses y Asociados, sobre el contexto agropecuario

Agroindustria: “Los empresarios argentinos somos inoxidables”
Agroindustria: “Los empresarios argentinos somos inoxidables”

“Si consideráramos que la superficie productiva de Argentina fuese el campo de una persona, por los datos que se vienen estimando de 52 millones de toneladas (Mt) de soja y 46 Mt de maíz, más los 19 y tantos millones de trigo, los promedios de producción global van a estar arriba de lo previsto, y si fueses dueño de todo sería fantástico, ahora bien, si estás en la zona en la que cayó granizo, hubo heladas o se inundó no compartís esta situación”.

El análisis corresponde a Teo Zorraquín, consultor de Zorraquín, Meneses y Asociados, quien puso bajo la lupa cómo están empezando 2019 las empresas del agro. Tiempos con alto costo del dinero, inflación y un clima que no da tregua.

El consultor se refiere a los ánimos en una zona, por ejemplo, como el NEA en donde no se pudieron sembrar soja y maíz de segunda. “Eso resta facturación potencial sobre un alquiler que se paga lleno, hagas o no los dos cultivos”, enfatizó Zorraquín.

Respecto de los precios, el consultor consideró que “están razonablemente sostenidos, si miro el global te digo que hay rentabilidad, ahora, empresa por empresa, puede que haya algunas que en agricultura, sobre todo si pagaron alquileres altos, no salgan tan bien peinados en la foto”.

Al mirar para atrás, poniendo bajo la lupa cómo le fue al trigo 2018/19, Zorraquín muestra nuevamente la visión macro y la micro: “En general fue un buen año, con canjes de urea de fertilizante que fueron baratos al principio y con una media de 200 dólares por tonelada un tipo de cambio razonable”.

En alguno lugares, por ejemplo el sudoeste, hubo trigos de 4.000 kilos por hectárea en ambientas de 3.000. Así como en otros sitios los agarró la helada o el granizo y lo que estaba para 6.000 kilos por hectárea quedó en 4.000.

Ganadería: La “fábrica” no acompaña la “góndola”

Pasando al capítulo ganadero, los últimos días los precios repuntaron, empezando por el novillo gordo que subió 10 pesos el kilo en muy poco tiempo. “La suba del gordo era previsible, es muy buena noticia, también subió el ternero pero hoy está más lindo para comprar terneros que para vender, porque la relación es un kilo de novillo por un kilo de ternero, cuando históricamente el ternero vale entre un 10 y 20 por ciento más”, explicó Zorraquín.

Siguiendo en esa línea, “la fábrica, que es la vaca preñada, no ha aumentado tanto”. Por lo que Zorraquín advirtió con una metáfora: “Digamos que la fábrica todavía no acompañó la góndola”. El salto de la vaca preñada se está esperando porque, si no, “la vaca gorda de 450 kilos va a valer más que una vaca preñada de la misma edad o aún más joven”. Por ahora, “para aquellos que tengan campos y plata es un excelente momento para comprar vientres”.

En cuanto a la faena de hembras que alertó a la cadena en diciembre y enero, el consultor cree que tiene más que ver con el costo del dinero. “Creo que si estás corto de capital y tenés que ir al banco o vender una hembra que te está sobrando no lo dudás porque, además, esto se da en un contexto en el que el precio es bueno”, indicó.

Tambos: bien en la foto, duele la película

Si hay una actividad que ha venido muy golpeada los últimos años es la tambera. Producir leche se ha hecho cuesta arriba por clima y por rentabilidad.

“Ahora hay buena demanda de leche y eso hace que el litro que el año pasado se pagaba 6-7 pesos hoy vale entre 10 y 11”, analizó Zorraquín. Y agregó: “Eso, junto con precios de maíz más planchados, dio vuelta la ecuación tambera. Sin embargo, muchos productores me advierten que no alcanza para recuperar todo lo que se perdió”.

Entonces, si se pone bajo la lupa la producción de leche, la foto de los tambos está buena, pero la película, si venís endeudado, perdiste mucho o estás pagando alquileres altos, se ve distinta. “Hay mejor ánimo y expectativa, es cierto que han quedado heridas de los últimos años, sobre todo financieras, pero la buena noticia es que miras para adelante pareciera un mejor año que los últimos dos”, opinó Zorraquín.

Agroempresarios argentinos “inoxidables”

“La verdad que los empresarios argentinos somos inoxidables”, disparó Zorraquín consultado sobre cómo los indicadores de la macroeconomía impactan en los agronegocios. Y agregó: “La tasa estaba en 70% y 90% en pesos, hoy vale 55 promedio y nos parece bárbaro, pero con esa tasa y una inflación del 30%, es viable hacer negocios sólo para argentinos, si traés un inversor de afuera te dice que estamos todos locos”.

¿Cómo impacta esta macroeconomía en el crecimiento?  Para el consultor demora mucho las decisiones de inversión de fondo. “Por eso, en el caso agrícola, una buena parte del capital necesario para afrontar la campaña se ha tomado vía las empresas de insumos con canje de granos, o a través de algunas oportunidades puntuales que ofrecieron las tarjetas de los bancos asociadas a la compra de insumos que lo dejan mas barato, pero esa plata no fue para inversiones de fondo, entonces, lo que yo veo es que tenemos las camionetas un poco más viejas, las maquinarias más viejas, la casa más despintada, porque todo el mundo está tratando de priorizar el capital de trabajo que es lo que tiene retorno más corto, a levantar el alambrado o cambiar maquinaria”.

“Para todos, esta situación se da en el marco de un año electoral, en el que aún hay incertidumbre y a pesar de la buena voluntad discursiva del gobierno en cuanto a la apertura de los mercados que se está haciendo, y a la libertad de comercio, pero como contracara tiene la presión fiscal que es la peor noticia de cualquier cosa positiva”, opinó Zorraquín. Y agregó: “No es para cualquiera porque presión fiscal, alto costo del dinero y alto costo laboral, aún con la reciente suba del mínimo no imponible, te hacen dudar a la hora de iniciar nuevos negocios, de agrandarte y tomar gente o de invertir”.

Como cierre, Zorraquín dejó un mensaje: “Le tengo más miedo a la macro política que a la macro económica, porque la económica nos va a hacer saltar como lo ha hecho desde hace 30 años en este negocio, pero nos podemos defender en cierto sentido, ahora si viene un signo político que destruye lo poco que hemos podido reconstruir en 4 años, ahí si vamos a estar complicados”.

Termómetro: entusiasmo y preocupación

Entusiasmo: "Me entusiasma que por lo menos los circuitos que recorremos nosotros de agro hay una mirada de que Argentina es mediocre pero en los negocios del agro es una mediocridad por arriba del promedio. También pasa, en menor medida, en ganadería. O sea, si vas a estar en Argentina, trata de estar en algo que tenga que ver con agroalimentos, me parece que son nichos que tienen oportunidades. Eso entusiasma. Asimismo, yo no veo un desánimo generalizado. Productores, empresas que te digan que no van a fertilizar. Quizás se hará algo más defensivo pero no tanto. Entusiasma porque por biología, por vocación, por la cultura o por lo que fuere creo que el sector agropecuario va a seguir haciendo un aporte al país.

Preocupación: El desánimo es quizás una toma de conciencia de que este país mediocre que pudimos, y una actividad como la nuestra que necesita 30 años de gobiernos razonables, tiene siempre la amenaza de una vuelta populista que nos haga retroceder de nuevo.

Por Juan Martínez Dodda

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