Después del mal dato de inflación de enero y las expectativas de un piso alto para el movimiento del nivel general de precios en febrero, el Banco Central (BCRA) reaccionó anunciando un objetivo más exigente para su meta de base monetaria fijada para este mes.
El esquema de agregados monetarios, toda una rareza a nivel internacional, no es fácil de entender ni en sus intenciones ni en sus mecanismos de funcionamiento. Por eso, El Cronista elaboró una serie de claves para comprender el más reciente anuncio de la entidad.
¿Qué anunció el BCRA?
En resumen, la entidad conducida por Guido Sandleris dijo que este mes va a mantener la base monetaria (el dinero que circula en la economía) por debajo de la meta comprometida con el Fondo Monetario Internacional. O sea, la política monetaria será aún más dura de lo acordado.
Textual del comunicado del BCRA: "En este contexto, y tal como adelantara el último comunicado del Copom, se alcanzará un sobrecumplimiento de la meta de base monetaria en febrero. En forma consistente con los montos diarios licitados de Leliq en lo que va del mes, este sobrecumplimiento será de más de $ 40.000 millones (que representa alrededor de 3% de la meta de base monetaria) en febrero, manteniendo así la cautela en el manejo de las condiciones monetarias".
¿Por qué supone un endurecimiento de la política monetaria?
En su comunicado del 31 de enero pasado, el Comité de Política Monetaria dijo que consideraba adecuada la meta de febrero, pero que "podría" alcanzar "un sobrecumplimiento de la meta si las condiciones del mercado monetario así lo requieren".
En su comunicado de este lunes, ese lenguaje cambia por el compromiso de ponerle tope a la cantidad de dinero al menos $ 40.000 millones por debajo de la meta de este mes.
¿Por qué el BCRA mueve la meta?
Aunque no lo hace explícito, la meta es la principal herramienta con la que cuenta la entidad monetaria para tratar de influir sobre expectativas después de que en enero el dato de inflación sobrepasara ampliamente las perspectivas del mercado. Fue de 2,9% en el mes, frente a un 2,5% esperado.
A diferencia del régimen de metas de inflación, abandonado en septiembre pasado, el régimen de meta de agregados monetarios no define la tasa sino una meta de cantidad de dinero. Un tope mensual al promedio del nivel diario de la base monetaria.
La cantidad de dinero, después, influye en la tasa.
¿Qué pasa con la tasa?
Dejando otras variables de lado, por ejemplo la evolución de la demanda de dinero, una meta de base monetaria más exigente tiende a hacer subir la tasa.
El BCRA regula la cantidad de dinero colocando Letras de Liquidez (Leliq) a los bancos. Ese dinero que las entidades financieras invierten en Leliq deja de circular, por eso no se considera parte de la base monetaria.
Cuando el BCRA sobrecumple su meta de base monetaria, tiene que colocar más Leliq para sacar más pesos de circulación. Con más letras en oferta, los bancos que participan de la licitación pueden pedir tasas más altas por las Leliq y aún así lograr suscribirlas.
Si, en cambio, el BCRA ofreciera menos Leliq, los bancos deberían ser conservadores al exigir la tasa de esos papeles si no quieren que el Central rechace sus ofertas.
La tasa de la Leliq, la de referencia, perdió 9,5 puntos porcentuales en la primera mitad de febrero. Esa baja ya se detuvo y, en las últimas dos ruedas, se transformó en una leve suba. El anuncio de este lunes del BCRA debería, en principio, sostener a la tasa.
¿Qué pasa con el dólar?
Con todas las demás variables estables, en especial factores internacionales mucho más potentes que la política monetaria local - por ejemplo una suba del dollar index como la que la semana pasada debilitó a todas las monedas emergentes, peso argentino incluido-, el objetivo más exigente de base monetaria tiende a ser bajista para el dólar en el mercado local.
Por Matías Barbería