Quiero agradecer con todo mi corazón, ya que quizás no se sepan las cosas que en el Consulado de Italia suceden.
Resulta que un “paesano” que vino hace pocas semanas de Italia con su esposa (argentina-italiana) y su hijita de 8 años (Guadalupe), por problemas familiares fueron echados a la calle injustamente.
Yo lo conocí por casualidad, porque leyó un cartel que tengo arriba de un local que dice “Centro Comercial Grottaglie” y le hice dibujar el mapa de Italia, lo que fue reconocido por la Sra. Alba, del Consulado, quien me obsequió la bandera italiana.
Allí, la señora que alquila le dio mi teléfono; me llamó y nos juntamos a tomar un café. Me contó que nació a pocos kilómetros de mi ciudad y así nos hicimos amigos.
Luego de que ocurrió una desgracia en su familia, le pedí ayuda a un muy amigo que tengo allí, “el gran Daniel” (no sólo grande de porte sino también de corazón) quien le habló al señor cónsul, don Pasquale Pede, quien lo atendió “inmediatamente”.
Luego me contó Gregorio (así se llama el gringo) que le solucionó rápidamente el problema con un subsidio. No tuvo que hacer nada más que presentarse con su desesperada familia. Así se hacen las cosas en mi país, sin tanta burocracia.
Señor cónsul, como me enteré del problema y de su rápida gestión quiero felicitarlo de todo corazón. Quizás no debería ser yo quien le envíe estos saludos pero lo hago porque lo siento y sé que Alguien nos ve. Es lindo ayudar al prójimo y me siento orgulloso de haber nacido en Italia. Que Dios se lo pague.
Vincenzo Carriero Marinelli
Pasaporte Italiano C99182