Luego de que el Banco Central (BCRA) concretara su primera compra de dólares en el marco del nuevo esquema monetario, el debate se instaló entre los economistas. En líneas generales, los especialistas consideraron que se trató de una señal para dar certeza al mercado con respecto a la actitud que tomará la entidad que conduce Guido Sandleris con respecto a la cotización del dólar y reforzar la cautela en la baja de tasas.
Un punto que se debatía en la tarde de ayer era el monto de la intervención. Si bien el BCRA se había limitado a comprar un máximo de hasta u$s 50 millones por día o el equivalente al 2% de la meta de base monetaria del mes, finalmente solo adquirió u$s 20 millones.
Los economistas consultados por este diario coincidieron en que se trató de un primer indicio. "Es una señal de que se está normalizando el mercado monetario y el cambiario. Como es una política nueva, con subastas que no se hicieron nunca en Argentina, creo que se está probando el mercado. Quizá el monto fue poco, como demuestra el hecho de que el dólar haya terminado por debajo de la banda, pero creo que es una señal positiva", consideró Miguel Kiguel, director de Econviews.
Por su parte, el economista jefe de Elypsis, Gabriel Zelpo, opinó: "Ya había modificado la banda inferior al restringir sus intervenciones al 2% de la base monetaria y eso hace que quede relativamente limitado el poder de fuego para comprar. En ese marco, el monto me pareció adecuado porque el tipo de cambio perforó la banda pero el movimiento fue modesto, igual que la intervención".
Según el acuerdo con el FMI, el BCRA tiene dos vías de inyección de pesos: bajar la tasa de Leliq (que debe luego esterilizar) o comprar dólares (que no debe absorber) en caso de que perfore la banda baja de la zona de no intervención. En ese sentido, Kiguel explicó: "No puede expandir mucho si no es por compra de divisas para no incumplir el objetivo de base monetaria cero. Si la situación se mantiene más o menos como viene, el BCRA podría intervenir nuevamente, quizá con compras un poco más grandes. A medida que se consolide el tipo de cambio, eso permitirá que vayan bajando las tasas".
Para Lorenzo Sigaut Gravina, director de Ecolatina, el camino elegido responde a un BCRA aun más cauteloso de lo exigido por el FMI. "En diciembre y enero se vio una actitud muy prudente, con una contracción más dura que lo que dice el acuerdo (con meta de sobrecumplimiento). Ellos hablan de una baja de tasas más lenta pero segura. Hoy mostró que va a comprar y, si hay más liquidez, eso eventualmente ayudaría a reducir tasas", señaló.
"Esta compra permite expandir sin esterilizar. Así se liberan más pesos pero sin necesidad una tasa tan alta. En este punto, el BCRA fue mucho más lento que lo estipulado en el acuerdo", concordó Zelpo. Y agregó: "Si hubiera bajado mucho la tasa, se podía ir para el otro lado. Es correcto ir con pasos lentos pero firmes en una estabilización que no está cerrada. La economía y los activos son volátiles y si el BCRA responde de la misma manera puede incluso amplificar esa volatilidad. Es más razonable ir más lento".
Sobre la lentitud de la baja de tasas, Sigaut Gravina advirtió: "El problema es que el dólar perfora el piso y el tipo de cambio real está en torno al promedio histórico, no hay mucho colchón. El riesgo es que pueda rebotar el tipo de cambio muy rápido con tasas que ya están muy altas y que se mantuvieron en esos niveles en momentos que los que no se necesitaban".
Aunque anticipan un recorte de tasas lento, tanto Kiguel como Zelpo esperan que la reducción sea más acelerada en los primeros meses del año, a razón de 5 puntos porcentuales por mes. Hacia fin de año, ya en niveles razonables, se moderaría la caída.