En agosto de este año planteábamos, desde esta columna editorial, la prevención que hacíamos con respecto a la remodelación y ampliación del aeropuerto internacional El Plumerillo, su aeroestación Francisco J. Gabrielli, y los tiempos de ejecución de los trabajos.
Concretamente apoyábamos el emprendimiento pero formulábamos la pregunta de si podrían cumplirse los ambiciosos plazos de terminación, en apenas 90 días. Las dudas y los temores provenían del sector turístico en relación con las pérdidas que ocasionaría, a ese segmento de la economía, no contar con la terminal de aviones.
Pero el operativo resultó tal como fue planeado y en exactos 90 días el complejo de El Plumerillo volvió a funcionar normalmente, mostrando que cuando la disponibilidad de fondos responde a los organigramas fijados, los grandes emprendimientos se pueden realizar en tiempo y forma. No ha ocurrido lo mismo, por ejemplo, con la realización de las autovías a la Zona Este y a Tunuyán, trabajos que demoraron mucho más de lo proyectado inicialmente, especialmente la ampliación de la ruta 40 hacia el Sur.
La inversión aeroportuaria fue voluminosa, de aproximadamente 1.600 millones de pesos, la más importante que el Estado federal dispensa a nuestro territorio, por lo menos hasta que se pongan en marcha las mejoras para reforzar el paso a Chile y el tan ansiado nuevo túnel que brindaría otra categoría e impronta al paso Los Libertadores, o la doble vía a San Juan y el dique Portezuelo del Viento, sobre el río Atuel.
Volviendo al tema del aeropuerto internacional, Mendoza recupera ahora una base de lanzamiento para potenciar el turismo en la provincia, ya que la alternativa de tener que recurrir al de San Juan malogró muchas visitas y oportunidades en materia de reuniones, congresos y otras convocatorias.
En la actualidad está todo concluido y sólo falta ajustar detalles en algunos puntos del complejo.
Se estima que 1,6 millón de personas van a disfrutar anualmente de la nueva pista de aterrizaje, más amplia y la primera del país con un sistema de balizamiento con tecnología LED que otorga ventajas sustanciales en los estándares visuales y, por ende, mayor seguridad.
También los pasajeros nacionales e internacionales tienen por fin una terminal renovada por completo, con áreas de retiro de equipaje y de check in más cómodas y modernas. Se observa asimismo un estacionamiento y calles de acceso más amplios para facilitar el ingreso y egreso de la aeroestación.
Además de potenciar el turismo, con más destinos que conectarán Mendoza con el mundo, las nuevas características permitirán fortalecer las economías regionales del cuarto aeropuerto más importante del país.
La conexión de Mendoza y la Argentina con el mundo a través de la vía aérea está en un buen parámetro, sólo resta mantener convenientemente la flamante estructura y periódicamente ir incorporándole todo tipo de adelantos tecnológicos posibles para que su prestación se mantenga en sintonía con los tiempos que corren y con las grandes terminales.
