Después de desistir de la lectura de mensajes en los aviones, los pilotos de líneas aéreas protestaron ayer contra la política aerocomercial del Gobierno nacional sin causar demoras en los vuelos y advirtieron que el conflicto "va a escalar y a terminar mal".
El Gobierno, en tanto, insistió en atribuirle intencionalidad político-electoral relacionada con el opositor Frente de Todos de cara a las PASO Paso dentro de 16 días, a través de declaraciones periodísticas de los ministros de Producción, Dante Sica, y Transporte, Guillermo Dietrich.
“O están jugando una partida electoral o quieren dañar a la empresa”, aseguró Sica.
“Venimos enfrentando a un conjunto de trabajadores que siempre han pensado que la empresa les pertenecía a ellos. Ya no están defendiendo sus intereses gremiales sino que quieren intervenir en la política aerocomercial y están en contra de la política que llevamos adelante”.
El ministro a cargo de la política laboral insistió, sin mencionar al titular del sindicato de pilotos APLA, Pablo Biró, que los dirigentes sindicales del sector "a veces toman actitudes patoteriles, se creen los dueños de las aerolíneas y cada vez que hacen asambleas sorpresivas perjudican a los pasajeros". También buscó desmentirlos con datos según los cuales durante el gobierno de Mauricio Macri creció 85% el número de pasajeros y hay más puestos de trabajo.
En cambio su colega de Transporte fue frontal contra los sindicalistas. "Es el kirchnerismo tratando de generar lío", dijo Dietrich en el aeropuerto de Córdoba, y aseguró que se crearon 5.800 nuevos puestos de trabajo en el sector, reiterando que podría haber sanciones y denuncias judiciales contra los pilotos de los aviones que leyeron mensajes.
Biró, en declaraciones periodísticas, advirtió ayer al Gobierno: "Esto termina mal. Cuando digo termina mal es porque al no tener voluntad de diálogo ni de revertir las políticas equivocadas, profundizan los conflictos. Yo lo había anticipado que termina mal porque hay una provocación permanente, extranjerizan la aviación, toman medidas perjudiciales para nuestros puestos laborales y la conectividad de los usuarios".
Después, en una serie de tuits, el sindicalista difundió datos acerca de lo que sería la situación de Aerolíneas: "Los balances esconden 14 mil millones de pesos de deudas. Vende pasajes por abajo de los costos. Volar a Bariloche cuesta menos que 10 litros de nafta súper". Y remató: "Cuando hacemos marchas nos infiltran con agitadores y cuando protestamos nos atacan trolls pagos por el Gobierno. Pintar la protesta aeronáutica de partidaria es infantil".
Una pelea electoral
El conflicto sucede a menos de dos semanas de las PASO, en las que empezará a definirse el próximo gobierno y con ello el destino de las reformas prometidas por la administración Macri, entre ellas la laboral, que tuvo que postergar desde 2015 ante la resistencia de un sector del sindicalismo y del peronismo en el Congreso.
Ante el fracaso también de los últimos intentos de aplicarla por sector, lo que sólo pudo hacerlo en algunos casos (los petroleros de Vaca Muerta, los lecheros de Sancor y algunos sindicatos marítimos), el Gobierno lo intentó en las últimas negociaciones paritarias vía la reducción de haberes a partir de modificaciones de cláusulas del correspondiente Convenio Colectivo de Trabajo. Sin embargo ese atajo no prosperó en los casos de camioneros, bancarios, marítimos del SOMU y ceramistas.
Ante esto, y en medio de un semestre electoral, la reforma laboral deberá esperar. Su concreción o no dependerá de quién sea el próximo presidente.