El ciudadano está acostumbrado a que determinados anuncios de obras, realizados con cierta cuota de efectismo, caigan al cabo de un tiempo en el olvido y sean descartados con el paso de los meses.
Es lo que ocurrió con la promesa, formulada a fines de 2013, de recuperar el aeródromo de Uspallata (Las Heras), que fue útil a ese departamento y el resto de la región norte de la provincia hace mucho tiempo.
No hay mucha información al respecto, pero diversas fuentes consultadas dan por hecho que el emprendimiento quedó desactivado.
La iniciativa fue apoyada desde el comienzo por la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), dependiente del Ministerio del Interior, pero tras las elecciones de 2015 y el recambio político en el municipio lasherino las cosas cambiaron y en este momento se encuentran decididamente estancadas, bajo la promesa de una reevaluación del plan, especialmente desde el punto de vista ambiental.
En octubre de 2013, la Municipalidad de Las Heras puso en marcha el inicio de un operativo tendiente a recuperar el aeródromo público de esa localidad de montaña, que había dejado de funcionar cuatro décadas atrás.
En ese momento se firmó un convenio con la citada ANAC con la intención de concretar el emprendimiento, con una asignación inicial de $ 2.000.000 para la pista, que seguiría seguir siendo de tierra hasta que se pudiera pavimentar, y otros trabajos de infraestructura. Las instalaciones iban a funcionar en el mismo lugar donde estuvieron en el pasado, es decir sobre la ruta nacional 149, paraje de San Alberto, no muy lejos del centro de la villa de montaña.
El proyecto de refuncionalizar del Aeródromo Público Uspallata -tal el nombre del sistema proyectado- se planificó con el objetivo de consolidar una plataforma de aterrizaje y despegue de aviones de limitado porte, cuya operación indudablemente potenciaría la zona de alta montaña, acompañando e impulsando desarrollos turísticos, comerciales, recreativos, como también servir de punto de apoyo para emergencias de evacuaciones sanitarias.
Los casos de aludes que cortaron la ruta nacional 7 en años recientes y el trágico incidente del ómnibus de la empresa Turbus, en febrero pasado, reactualizaron la necesidad de esas dependencias para facilitar el traslado de heridos.
También tuvo que ver con el proyecto la cantidad de turistas que eligen esa parte de Mendoza por la cercanía con destinos histórico-naturales como
Puente del Inca, el Parque Provincial Aconcagua, los centros de esquí y la Ruta Sanmartiniana, entre otros destinos, y por encontrarse, en cuanto al turismo en tránsito, en un lugar estratégicamente ubicado sobre el camino internacional a Chile (Corredor Bioceánico).
Por otra parte, la comunidad de Uspallata y los prestadores turísticos cordilleranos habían declarado su apoyo a esta intención de desarrollo aéreo, por considerar que contribuiría al fomento y al progreso de la localidad y su área de influencia.
La Administración Nacional de Aviación Civil, en su carácter de autoridad aeronáutica nacional, inspeccionó el predio y emitió opinión al respecto, expresando que el lugar propuesto era apto para la instalación del aeródromo público, con capacidad de recibir aeronaves de hasta 40 plazas, con la posibilidad futura de mayores servicios y la presencia de alguna entidad aerodeportiva (aeroclub) y un helipuerto.
La población de Uspallata, que está siempre expectante por materializar su crecimiento y proyección, mantiene algunas expectativas, limitadas por cierto, de que en algún momento este fomento aeronáutico pueda reimpulsarse y ser llevado a cabo.
Se sabe que el equipo directivo de la ANAC en la provincia y las autoridades de Aeropuerto Mendoza, estarían en condiciones de reimpulsar el operativo, ya que lo consideran, con prescindencia de militancias políticas, altamente beneficioso para el crecimiento de esa parte del territorio.