Seguramente hemos escuchado hablar de “la nube”. No la que vemos en el cielo, claro, sino de los servicios informáticos que almacenan información on line, la llamada computación en la nube (cloud computing, en inglés).
Y si desconocemos de qué se trata, casi con seguridad que la estamos utilizando sin saberlo. Facebook, Twitter, Gmail y Outlook, por nombrar los servicios más usados, funcionan en la nube.
Pero, vamos despacio. ¿Qué es la nube? Es el nombre que se eligió para describir de alguna manera el almacenamiento masivo de información de los usuarios en grandes servidores.
Los beneficios son grandes: con un solo clic podemos acceder a todos nuestros datos (archivos, fotos, videos, contactos, etcétera) que están alojados en internet desde cualquier parte del mundo y desde cualquier dispositivo con acceso a la web.
“La nube te da una capacidad prácticamente ilimitada de recursos en cuanto a capacidad de procesamiento, memoria, utilización”, sintetiza Jorge Cella, director de Tecnología y Ciudadanía Corporativa de Microsoft.
Pero estas ventajas vienen acompañadas de grandes preocupaciones e interrogantes: ¿qué tan vulnerables somos?, ¿dónde está nuestra información?, ¿es segura la nube? Ante esto, la Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos (Cessi) organizó una jornada en Capital Federal para debatir y aclarar los beneficios y posibles desventajas que puede significar ingresar a la nube.
Fernando Tomeo, abogado especialista en privacidad y seguridad de datos y uno de los disertantes en la jornada, dialogó con Los Andes: "La gente en general está tomando mayor conciencia de los riesgos que puede plantear internet, ya sea en el campo penal con hechos nuevos de acoso virtual a través de redes, lo que llamamos el delito de grooming (acoso sexual a menores de edad vía internet), que fue recientemente sancionado en el 2013".
Pese a este reciente ‘despertar’ del usuario, que describe Tomeo, el abogado cree necesario que se avance más en este tema, sobre todo con el sector más vulnerable de la sociedad: los niños y adolescentes.
“Sería bueno incorporar los usos de las nuevas tecnologías y redes sociales como materia obligatoria, para que adolescentes tengan una instrucción primaria y secundaria sobre estos temas”.
Recientemente la actriz Jennifer Lawrence (protagonista de “Los juegos del hambre”) fue víctimas de ataques cibernéticos. Sus fotos íntimas, alojadas en la nube, fueron hackeadas y filtradas en la web. Pero esto no le ocurre sólo a las estrellas del cine y la televisión.
“Yo atendí un caso de una alumna de un colegio de Buenos Aires. Llegó muy preocupada a mi estudio con sus padres. Sus fotos desnuda se viralizaron por todos los Facebook del colegio. Ella se las había enviado al novio como una ‘prueba de amor’. Yo le pregunté: ‘¿Por qué se las mandaste?’.
Y contestó: ‘Fue un regalo, doctor’”, relató Tomeo, un claro ejemplo de la necesidad de educar a la juventud y de que todos somos vulnerables.
La legislación
"Hemos avanzado con alguna reglamentación general, se está discutiendo en el Congreso la ley de neutralidad, la ley Argentina Digital. Pero legislación vinculada a los proveedores de servicios de internet y en particular a los buscadores de internet no tenemos nada.
Tenemos un fallo de la Corte muy reciente en el caso de la modelo Belén Rodríguez (demandó a Google para que sacara sus fotos de sitios pornográficos y la Corte falló en su contra), pero no tenemos legislación aplicable. Esto genera incertidumbre jurídica”, explicó Tomeo.
Pese a este vacío legal, hay una buena noticia para los usuarios: la reciente adecuación en nuestro país a las normas ISO 27018, que buscan una estandarización en materia de seguridad informática para que todos “hablemos el mismo idioma”.
Paula Angeleri, delegada argentina en ISO, aseguró que “todos estamos muy expuestos, nuestra información está en todos lados. Además toda la industria va hacia la nube. Por esto es importante que los proveedores estén certificados, les da credibilidad”.
Y agregó Tomeo: “La elección del proveedor es fundamental, el cumplimiento no solo de la normativa local sino de las ISO en particular y de esta reciente ISO 27018, te marca la diferencia entre un proveedor y otro. Da más seguridad, así de sencillo”.
Normas de calidad
Cella, de Microsoft, también presente en la jornada de la CESSI, habló con Los Andes sobre la manera en la que trabaja su compañía en la nube y las grandes posibilidades que representa esta tecnología sobre todo para las pymes.
“Las empresas más pequeñas son las que más lo pueden aprovechar. Hasta ahora estaba disponible para empresas muy grandes que cuentan con grandes infraestructuras y costosas. Acá es simplemente comenzar a utilizar los servicios y pagar solo realmente por lo que utilizás”, dijo, aunque agregó: “Obviamente aparecen las preocupaciones y dudas. Ahí lo que hay que entender es que no todas los proveedores de la nube son iguales”.
Por eso advirtió: “Un punto importante a la hora de elegir un proveedor es fijarse si cumple con las normas ISO. Con esto te asegurás de que ese proveedor no va a utilizar los datos que le estás dando para otra cosa, como publicidad o estadísticas para vendérselas a terceros”.
Dónde están los datos
Microsoft les da la oportunidad a sus clientes de elegir en qué país guardará su información. “Dónde están físicamente los data centers (los procesadores donde reside la información) define jurídicamente quién tiene acceso y qué leyes son las que amparan la protección de datos personales.
También que yo esté tranquilo, saber dónde están mis datos. Que me digan que no lo saben es mentira, y te lo tienen que decir”, resaltó Cella.
El directivo de Microsoft afirmó que actualmente hay una conciencia de que internet no es un espacio sin ley, que “internet tiene que adecuarse en algún momento a alguna legislación y me parece que vamos caminando hacia ello. Siempre respetando el principio más importante republicano de cualquier país, que es la libertad de expresión. Esto es fundamental, internet es un espacio libre y tiene que seguir siendo libre”.
Por su parte, el abogado y docente Fernando Tomeo coincidió: “Hay casos en que tiene que existir una regulación, no es un espacio sin ley donde todo vale. Tiene que haber legislación básica que le dé soporte a algunas situaciones complicadas, como por ejemplo el acoso a adolescentes o la pederastia”.
Y completó sobre la necesidad de que esto ocurra: “Internet históricamente se ha autorregulado, pero a esta altura del avance de las tecnologías algunas reglas de juego claras sobre lo que es legal hay que establecer, porque si no nos podemos desbordar”.