Adriana Varela: “Hay que bancarse la libertad”

Con un show íntimo, la cantante vuelve a Mendoza para presentar su último disco "Adriana Varela y piano". Su estilo inconfundible de arrabal la lleva por otras composiciones y prepara el lanzamiento de un disco de rock. Una intérprete auténtica, que hizo

Adriana Varela: “Hay que bancarse la libertad”

Con la simpatía de una mujer urbana, su tono campechano, inconfundible de barrio porteño. Avellaneda, el lugar que la vio nacer y crecer, se cuela en la conversación. Fue en esas calles, en su casa de la infancia donde se acercó a la música. Primero al rock, después adoptó al tango y con él, llevó su voz femenina a escenarios del mundo, convirtiéndose en escuela de las nuevas generaciones.

La Gata, su apodo y que le valió hasta una canción de Cacho Castaña, salió de gira por el país con su reciente disco "Adriana Varela y piano", un trabajo crudo que comparte con Marcelo Macri, su pianista histórico. El mismo con el que se alzó el premio Carlos Gardel, a Mejor Álbum de Artista Femenina de Tango 2015 y que desandará, en la sala mayor de los mendocinos, el próximo jueves 23 de junio.

"Sabes no me acordaba. Es que Cacho me llevaba a sus giras, así que hace un par de años que no voy a Mendoza, estoy contenta", sostiene al teléfono desde su casa en Buenos Aires.

Claro, desde 2013, que Adriana Varela no viene con sus tangos por estos lares. Y ahora llega con un formato íntimo, que nació en el mítico Medio y Medio de Punta del Este, durante tres días de grabación en sus shows y que compiló en un álbum.

"Está bueno porque son temas que no abordaba y no me animaba. Y con piano me pasa que es más crudo. Y eso tiene de copado, que es muy real. Entonces hay mucha improvisación, porque yo no ensayo, paso a Marcelo el tono, el repertorio.

Y luego lo hacemos al estilo del jazz, donde se improvisa. Es un poco la premisa y lo que nos gusta hacer a nosotros. Siempre es distinto el show. A la gente le encanta y a nosotros también. Rubén Rada cuando nos vino a ver nos dijo: "Ustedes están locos".

Y realmente Marcelo es un pianista extraordinario y que inconscientemente sabe por donde voy. Es muy valioso".

-Se complementan…

-Sí, se puede hablar de un dúo. Hay dos órganos, el piano y la voz. Y van por el mismo camino. Con la intuición a pleno. En el escenario van a ver una improvisación alerta, que tiene que ver con el vértigo, que es lo que a nosotros nos gusta musicalmente. Para experimentar ese vértigo uno tiene que tener oficio, lo curtimos.

-Marcaste un estilo y sos referente, ¿tenés sucesoras?

-Hay un montón de gente que canta muy bien. Hay una cantante uruguaya que empezó a cantar a los 16 años igual que yo. La escuché y pensé que era yo. Soy medio su madrina. Y hay un montón de cantores varones y mujeres también. El tema de cómo se siga en esto, es un tema de personalidad, de contexto y de suerte.

De todo eso mezclado. Pero escucho por ahí y me impacta. Lo de sucesora, todos somos únicos. Y para mí las cantoras son únicas. Lo bueno es que hacen mi repertorio y eso es muy bonito, siento mucho orgullo. O imitan alguna postura. O me doy cuenta que ese tango lo han escuchado por mi.

-Sobre el escenario conjugás la sensualidad y la nostalgia. ¿Sos meticulosa con la imagen?

-Nada meticulosa. Me visto, me peino y me pinto yo. Hago todo yo y después cuando arranco me olvidé. No me importa el pelo, el cuerpo. Hago lo que tengo ganas, me siento, me paro. Eso es totalmente libre. No tengo nada marcado, no puedo someterme a eso. Soy inevitablemente espontánea (ríe). No puedo.

La Gata quiere rock

El tango fue una revelación. A comienzos de su carrera a fines de los '80, descubrió los tangos del Polaco Goyeneche y con su espíritu libre se lanzó al camino del 2x4, sin claudicar hasta la actualidad. Transitó momentos duros, de incertidumbre, que la ayudaron para fortalecerse y trascender.

Pero el rock y los grandes como Luis Alberto Spinetta, Charly García o Miguel Abuelo, fueron su inspiración, para dar los primeros pasos. Siempre acobijados en un rincón, ahora se animó a producir un disco tributo, a todos esos artistas que marcaron una época.

Entre sus proyectos, figura un disco de rock, con la producción de Rafael y Julia, sus hijos. Sin fecha de lanzamiento, Adriana Varela volvió al espíritu del rock de los '70 y '80, y ajusta los detalles de este próximo trabajo, donde traza un recorrido musical especial, por su espíritu autogestivo y el sentido de cada canción, que seleccionó meticulosamente, para volver a los estudios de grabación.

-¿No tenés alguna propuesta para hacer algo de rock?

-¿Vos sos bruja? (larga la carcajada). ¡Ya lo hice! Me produje económicamente yo. Me lo produjo artísticamente mi hijo. Me coucheo mi hija. Les hago un homenaje a los músicos de mi generación. Hay temas entrañables para mí. Cuando me encontré con Fito me dijo que quería tocarlo. También Pedro Aznar se sumó. Después son Charly, Miguel Abuelo, Luis Alberto Spinetta. A los que les cuento, se ponen como locos.

Están esperando escuchar ese disco. Espero no decepcionarlos. Porque es un disco muy valiosos musicalmente, que tiene arreglos muy serios. Hay un tema de Almendra, de cuando era joven y vivía en Avellaneda. Escuché ese tema y descubrí a Spinetta y el arreglo está hecho en cuerdas.

Tienen un montón de colores. Hay uno de Los Redondos, que tiene sonidos extraños. También de "Avellaneda Blues", hizo los arreglos Mariano Otero. Y todos han participado de onda y estoy muy feliz de volver a mis orígenes.

-¿Te costó volver?

-Me dio mucho miedo. Por eso le dije a mi hijo que me marque todo. Y a mi hija también. No me costó, pero antes de grabar estoy cagada. Eso no me pasa con el tango. Hace 20 años que hice mi primer CD de tango y que no canto rock también .Y ahora era un temita grabar un disco.

-Un disco especial por ser de rock y además porque lo haces con tus hijos...

-¡Sí! Obviamente que ellos conocen y han escuchado todo por la madre. Y también escucharon a los tangueros. Es muy copado que tengan toda esa información. En casa vienen músicos y artistas como una cosa normal. Además ellos fueron mi sostén cuando yo era desconocida y empezaba a yirar y no tenía un mango.

Y vivíamos en una casa prestada, porque decidí dedicarme a esto. Fueron momentos duros, pero ellos se la bancaron desde chicos y se la bancaron conmigo. Creo que es una prueba de que mirá como terminamos, en un disco. También siguieron la música, son tan inconscientes como yo. Pero son libres, es lo más maravilloso que hay… pero hay que bancarse la libertad.

La Ficha

Adriana Varela

Día y hora: jueves 23 de junio, a las 21.30.
Lugar: Teatro Independencia (Chile y Espejo).
Entradas: $230, $380, $470 y $530. En boletería del teatro, Maxi Mall Urbano y Tarjeta Nevada.

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