A él lo conocemos de la noche. De muchas, muchas noches de transformaciones, guantes, sombreros, plumas y glamour. De todos los sábados, de hecho, cuando imprime sonrisas en los rostros de cientos de mendocinos que pasan para verlo por Lobby Bar. Él no solo es ya una garantía de risa y virtuosismo, sino también un imprescindible.
Es por eso que cada vez que Adrián Sorrentino, pionero y principal exponente del café concert por estos lados, estrena uno de sus unipersonales, nos roba la atención a todos.
¿Qué es “SorrenTime”, Adrián? “Es un espectáculo sobre la concreción de sueños”, dice, “pretende acompañar a la gente su sábado a la noche. Es un espectáuclo de canciones, de humor elegante y con un pequeño hilo argumental”, desliza.
En este show, que cobra vida luego de "Pastiche" (dos temporadas en cartel, a sala llena), Sorrentino toma historias de artistas como fuente de inspiración y, entre boleros, como “Júrame” de María Grever y algunos tangos, esboza sus típicos números, como el de tap, además de incluir por primera vez en un guión la narración de un cuento.
-¿Puede ser que haya un apunte de autobiografía en el argumento?
-Puede ser, por la historia del personaje, que es un poco parecida a la mía...
-¿Y tiene nombre ese personaje?
-No, no. No le hemos puesto nombre porque puede ser cualquier persona. Habla de la fidelidad a los sueños, de creer en la magia, que siempre está rondando por ahí para sorprendernos. En las oportunidades de la vida, en no pegarse a cosas que no son y en no echarle culpas a gente que no se lo merece y a hacerse cargo uno de lo que tiene que hacer en la vida.
-Complejito el personaje...
-Complejito, sí, sí, y muy gracioso también, por supuesto. Es lo que le pasa a cualquiera. A veces pensamos que nos han hecho un mal y no, es que nos tenemos que hacer cargo de nuestra vida y salir adelante, pero también confiar en la magia, en las causalidades, en estos signos que da la vida y en aprender a sacar un conejo de la galera.
-Además de lo autobiográfico, también es el primero de tus espectáculos que tiene un título autorreferencial...
-Sí.
-¿Hoy es "tu tiempo"?
-Es seguir compartiendo mi tiempo con la gente. Creo que cada vez estoy más enamorado de mi profesión, lo llevo con mucho cariño y lo hago con mucho respeto al público. El título lo puso Claudia Salvatierra, que es la diseñadora que trabaja conmigo. Me daba un poco de pudor al principio, medio egocentrista, viste...
-Después de tu trayectoria no...
-Bueno, creo que le pongo mucho esfuerzo y mucho cariño. Eso la gente lo percibe, y sobre todo me encanta que se celebre esa especie de ritual entre el artista y el público.
-¿Estuviste mucho tiempo preparando "SorrenTime"?
-Más que nada eligiendo las canciones. Me agarró una pequeña obsesión por redescubrir o volver a traer cantautoras de otra época, que escribieron cosas para adultos, como María Elena Walsh. Canto un tango de ella que se llama “Magoya”, que es de un libro que se lamó “Cancionero contra el mal de ojos”, y también un tango de Carmen Guzmán y Mandy, que se llama “Porque vas a venir”, un tango antiquísimo que lo canta muy poca gente.
-¿Tenés algún límite en el repertorio?
-La otra vez me dijeron una cosa que me llamó poderosísimamente la atención: “cantate un reguetón”, me dijeron. “Mire, yo voy a cantar todo lo que usted no escuche en la radio”, contesté (risas). Le encantó. Si alguien viene a ver mi espectáculo no va a ver nada que haya visto en la tele o en la radio.
-¿Te elogian seguido la voz?
-¿Sabés que últimamente sí? Parece que me estoy volviendo buen cantante...
-Te lucís justamente bastante en "SorPresas" (en cartel, los viernes en el Teatro Tajamar), donde algunos van a verla por segunda vez incluso...
-Sabés, hemos tenido que entregarle una tarjeta a una de las espectadoras que ya es la cuarta vez que la ve. ¡Y cada vez ha ido con más de veinte personas! Impresionante.
-Volviendo al espectáculo, ¿usás alguna técnica nueva?
-Voy a hacer una narración, que era algo que hace mucho tiempo quería hacer. Es un detalle muy nuevo dentro de mis unipersonales: contar un cuento. Dura tres minutos y medio, pero me pareció muy valioso, es un cuento de Emilio Carballido y está en la parte central. Después, como siempre, la charla con el público, sobre nosotros y nuestra idiosincrasia. Hago un texto que me encanta también, que se llama “En defensa de la alegría”, que propone sonreír un poco más.
-Que hace falta...
-Sí, hay que ejercitar esos 36 músculos que intervienen en la sonrisa, porque uno mejora, y hay una especie de investigación científica respecto a las metaendorfinas y esas cosas. ¡Explico eso también!
En síntesis
Adrián Sorrentino es actor, cantante, bailarín de tap, director y docente. Se formó en Buenos Aires y en New York. Como artista de variedades es uno de los referentes del género que Héctor Fernández Leal instaló a fines de los '70 en Mendoza.
Escribe, actúa y dirige sus propios espectáculos, como “Divino diván”, “Noches de concert”, “Muselina. La vida es un cabaret”, “Tangos y retazos”, “Esto es concert!”, “Cabaret... Rapsodia”, “La cuñada (y mucho más!)” y “Pastiche”. Además se destacó en teatro para niños y comedia musical, como “SorPresas”, actualmente también en cartel.
La ficha
"SorrenTime"
Textos y actuación: Adrián Sorrentino
Diseño gráfico y asistencia técnica: Claudia Salvatierra
Fecha y hora: Hoy, a las 22
Lugar: Lobby Bar (Peltier y San Martín)
Entrada: $120 (general).
Reservas: 4 24 38 36.