En tiempos de la interminable cuarentena por el flagelo del coronavirus, el viaje imaginario atravesando más de una frontera, nos lleva a Quito, Ecuador, donde Adrián José Gabbarini la está rompiendo. El arquero mendocino no sólo es considerado uno de los mejores de la Serie A ecuatoriana, sino que, en poco más de dos años, ya ganó tres títulos con Liga Deportiva Universitaria, el primer y único club de aquél país en ganar la Libertadores -en 2008- y de la mano de un DT argentino: "Patón" Bauza.
Gabba se inició en Guaymallén, tuvo un paso fugaz por Independiente Rivadavia en el Argentino A y debutó en el Rojo de Avellaneda, donde ganó la Sudamericana 2010. También integró la Selección Argentina de Diego Maradona y formó parte del proceso de "Checho" Batista como DT de la albiceleste.
"Mi viejo compra Los Andes desde toda la vida y siempre teníamos el diario en casa para leer. Ahora me informo desde acá mediante el online", cuenta ni bien comienza la charla con MÁS Deportes mientras la pequeña Oriana, de diez meses, demanda la atención de su papá. "Llegamos los dos solos con mi mujer, Gimena, y mi hija nació acá, igual ya tiene la doble ciudadanía", aporta el "1" desde la imperturbabilidad de su nuevo hogar ubicado en Cumbayá, una localidad "tranquila y muy linda" cercana a la ciudad capital de la República del Ecuador, donde vivió en sus primeros tiempos. Eso sí, cada vez que puede, se pega una vuelta por Villa Nueva, porque nada cambia la calidez del nido original. "En el verano estuvimos de vacaciones en Mendoza y ahora teníamos previsto volver en junio porque mi hija cumple un año el 14. Acá en esa época tenemos vacaciones, pero ahora con este tema del coronavirus seguramente vamos a jugar", se lamenta.
-¿Y cómo es tu experiencia en Liga?
-No me puedo quejar. Es la primera vez que salía de Argentina y me encontré con un club de primer nivel que tiene un centro de entrenamiento impecable, a los jugadores nos tratan muy bien y estamos al día. Venía de jugar en Olimpo y el salto se notó muchísimo. A Ecuador llegué en enero de 2018 y esta es mi tercera temporada.
-¿Te gusta el fútbol ecuatoriano?
-Sí, acá no se vive la locura del fútbol argentino. Imagínate que no hay alambrado y los hinchas se mezclan. En un clásico Barcelona-Liga afuera del estadio venden camisetas de los dos clubes. Es otro fútbol y se puede disfrutar desde otro lugar. La locura que se vive en Argentina ya no da para más.
-Además, es un fútbol en el que se intenta jugar, ¿no?
-Sí, se intenta jugar y el último caso fue el de Independiente del Valle, que fue un caso único en Sudamérica. Es un equipo que no tiene gente, pero el dueño tiene mucho dinero: tiene un club en primera y otro en segunda.
-¿Cómo es el futbolista ecuatoriano?
-Tiene una fortaleza física increíble. Hay como dos estereotipos. Los jugadores de la costa son más rápidos y potentes, y los de la sierra son más técnicos.
-¿Los clubes son sociedades anónimas?
-Algunos sí. En el caso de Liga es mixto, algo similar a lo que pasa con Defensa y Justicia. Igual, no existe el fanatismo por el poder. Es otra cosa totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados en Argentina. El dueño se llama Esteban Paz y el estadio se llama Rodrigo Paz Delgado, que es el padre y era el presidente cuando salió campeón de la Copa Libertadores. Ahora, como Don Rodrigo está grande, el que maneja todo es su hijo.
-Te está yendo bien en lo deportivo: ganaste tres títulos en dos años.
-La verdad que sí. Hacía 30 años que Liga no contrataba un arquero extranjero, 8 años que no salía campeón del torneo ecuatoriano y 7 que no clasificaba a la Libertadores. En 2018 salimos campeones del torneo y clasificamos a la Copa, por eso renové mi contrato. En la Libertadores del año pasado nos eliminó Boca y perdimos la final del torneo, pero clasificamos igualmente a la Libertadores de este año como subcampeones y estamos en el grupo con River, al que le ganamos 3-0 en Quito y después perdimos 3-0 contra San Pablo en Brasil. Entré bien en la gente y yo me siento bien.
Gabbarini integró el once ideal del campeonato ecuatoriano 2018 y, en 2019, fue considerado el mejor jugador de la temporada de la Serie A. Otro dato es que también le va muy bien en los penales: atajó nueve. El último fue clave para darle la Supercopa a Liga de Quito ante el Delfín, en febrero pasado.
-¿También sos un especialista en atajar penales?
-La verdad que me he chocado con varios, je. Había atajado, pero no tantos como acá. En la liga ecuatoriana tengo entre siete y ocho y en la Sudamericana también atajé.
-¿Hasta cuándo tenés contrato?
-Hasta diciembre de este año, pero con una opción de renovar por un año más.
-¿Tenés ganas de cambiar de aire?
-No, se tendría que dar algo muy bueno. Tiene que salir una posibilidad muy linda. Tengo 34 años y acá al arquero se lo respeta mucho más. Mi representante (Uriel Pérez) tiene muchos contactos en México. Veremos…
-Una muestra de ello es que buscan mucho a los arqueros argentinos.
-Sí, está el Rifle Dreer, que jugó muchos años en el Emelec y ahora está en Liga de Portoviejo. También está Javier Burrai, que el año pasado hizo una muy buena temporada en Macará y ahora lo compró Barcelona. Otro que llegó este año a Macará es Agustín Silva, que en Argentina jugó en Estudiantes.
-En la Lepra mendocina te tocó vivir una etapa de transición...
-Era un pibe y fui a sumar minutos cuando me cedió a préstamo el Rojo. Recuerdo que el DT era Serrizuela y cuando se fue agarró "Chiquito" Torresi con Aldo Bolado de asistente.
-¿Lo seguís?
-El que me cuenta mucho es el "Cabezón" Castro, que es mi cuñado y hasta hace poco estuvo trabajando en el club. Por lo que sé, no están muy bien las cosas.
-¿Y del Rojo extrañás algo?
-De Independiente se extraña todo. Es un club enorme, salí de las inferiores, estuve muchos años y me tocó ganar una Copa Sudamericana. El último partido que jugué en Independiente fue cuando me lesioné. Una rotura de ligamentos en un arco tan grande, no te espera. Después me fui a Newell's cuando el "Tata" Martino se había ido justo al Barcelona, pero no jugué casi nada porque estaba el Patón Guzmán. Quizá fue un error mío porque hacía un año que no jugaba en Independiente y necesitaba tener continuidad.
-Pozo, Torrico, Andrada, Ibáñez, Lucchetti, Gabbarini, Moyano… arqueros que han dejado una huella en el fútbol argentino. ¿Existe un estilo o una escuela del "1" mendocino?
-Yo creo que no porque casi todos somos diferentes. Quizá el Loco Ibáñez, a quien conozco bien porque lo tuve de compañero en Tigre, sea el más parecido a Seba Torrico.
-¿Esa "diferencia" de estilos será porque la gran mayoría se formó afuera?
-Claro, sacando a los de Godoy Cruz, los demás fuimos a las inferiores de algún club de Buenos Aires. La verdad que no sé, no te sabría decir a qué se debe la cantidad y la calidad, pero es algo que existe.
-¿Y para vos quién es el mejor de todos?
-Para mí el mejor arquero argentino es Esteban Andrada. Para mí, hoy por hoy, está por encima de Armani.
-¿Cuáles fueron los momentos que te marcaron en tu carrera?
-Mis primeros partidos en Independiente de Avellaneda, cuando debuté, fue una época muy buena y también este momento que estoy viviendo ahora porque me agarra en una edad justa para el arco, más tranquilo, con más experiencia y en un gran club.
-¿Los arqueros son como los vinos, mientras más añejos mejor?
-(Risas) Sí, yo creo que sí. Pero para eso hay que cuidarse. Además, en Ecuador me tuve que acostumbrar a la velocidad de la pelota. Lo que dijo Passarella de que la pelota en la altura no dobla es totalmente cierto. ¿Sabés cuándo me doy cuenta? Cuando vamos a jugar a Guayaquil, que el llano, porque la pelota cae y hace más la comba. Acá en Quito tenés que direccionar rebotes porque es muy difícil agarrar la pelota. Me tuve que acostumbrar.
-¿El arquero sale jugando de abajo?
-Se insiste mucho con eso. El tema de jugar con los pies es que no sólo el arquero tiene que perfeccionarse, sino todo el equipo porque al arquero hay que darle opciones.
-¿A Godoy Cruz no tuviste nunca la posibilidad de venir?
-No, la verdad que nunca me llamaron ni se dio ningún tipo de acercamiento. Si se da la chance, no tendría ningún problema porque además es mi ciudad. Yo sólo estoy identificado con el "Gueyma".
-No descartás volver a Argentina…
-No, al contrario. No descarto volver a mi país y menos al fútbol mendocino, je.
-¿Te gustaría retirarte en Guaymallén?
-Sería lindo, je. Pero se tienen que dar las circunstancias y hay que ver un montón de cosas. Tratar de no ir para pasar vergüenza. Vivo más el presente.
-¿Hace mucho que no vas al Pedro Alastra?
-Sí, hace bastante que no voy al club. En Guaymallén pasé muchos momentos lindos y dejé amigos, casi todos de la categoría '84 y '85, aunque casi ninguno llegó a jugar.
Maldito coronavirus
Ecuador se encuentra en el puesto 31 de países con mayor cantidad de infectados y Adrián Gabbarini no está ajeno a ese drama. "El tema está complicado acá. En realidad, en Quito y sus alrededores está más controlado que en Guayaquil, donde es un desastre cómo la está pasando la gente. Lo de los cuerpos en la calle es verdad, sobre todo porque Guayaquil es una ciudad mucho más grande y poblada", analiza.
En Ecuador, el fútbol se paró el 12 de marzo, unos días antes que en Argentina. "Hace 30 días que estamos guardados. Hay toque de queda en el país. Después de las 14 no puede salir nadie a la calle. Y a partir esta semana se puede ir a comprar una sola vez, de acuerdo a la numeración de la patente. El presidente dijo que esperan entre dos mil y tres mil muertos en Guayaquil. Una locura", comenta Adrián sin dejar de preocuparse por lo que sucede en sus lares: "Lo que pasó en Argentina con los jubilados el otro día fue tremendo. Me mandaron una foto del Banco Nación de Villa Nueva y no lo podía creer. Me preocupé mucho porque mis viejos viven a tres cuadras, pero gracias a Dios hace tres semanas que no salen, al margen de que en Mendoza está controlado".
-¿Cómo te entrenás?
-Ahora estamos haciendo entrenamientos mediante la aplicación Zoom. Lo que más te mata, en mi casa, es no poder agarrar una pelota. Es increíble. Y parece que esto va para largo. O sea, los entrenamientos no son los habituales y es como si estuviéramos adentro de un gimnasio. Cuando vuelva el fútbol van a haber muchas lesiones porque también se van a programar partidos miércoles y domingo. Nosotros también tenemos la Copa Libertadores, donde los viajes son largos. Lo importante es la salud y que se arregle todo esto.
-¿Cómo se sostiene este largo parate?
-En estos momentos te das cuenta cuáles son los clubes serios. Hace unos días, el presidente del club, que además es el dueño, hizo una videoconferencia con todo el plantel en la que nos dijo que no nos iba a rebajar el sueldo, pero que van a retener una parte hasta que se retome la actividad. Es decir, nos van a seguir pagando, por ejemplo, el 50 por ciento a los más grandes y a los más chicos le dará un poco más, pero va a retener y el día de mañana se va a volver a pagar.
Maradona, Riquelme y la Selección
"A Diego (Maradona) lo conocí a través de Rolfi Montenegro, que me llevó a un asado cuando yo jugaba en la Reserva de Independiente. Después me llamó a la Selección. Estuve a punto de ir al Mundial de Sudáfrica 2010, pero al final Maradona lo convocó a Pozo y lo vi por televisión, je", recuerda con una sonrisa. Después, Gabba formó parte del proceso de Checho Batista, quien lo citó a varios partidos amistosos. ¿Qué puedo decir de Maradona? Es muy difícil describirlo como DT porque hay que verlo trabajar todos los días. No lo podés disfrutar porque ni él disfruta. Nosotros en esa época fuimos a Cutral Có y era un mundo de gente esperándolo".
Otro dato importante en la carrera de Gabbarini es que fue compañero de Juan Román Riquelme en Argentinos Juniors. Fue en 2014, cuando el Bicho volvió a Primera: "Me tocó compartir sus últimos seis meses como futbolista, nos ayudó mucho para ascender y luego se retiró. Es una persona sencilla y fue un muy buen compañero", comenta.
Su otra actividad: la bodega familiar
No todo es fútbol en la vida de Adrián Gabbarini. Y el mismo lo cuenta en los últimos minutos de la charla. "Con mi familia tenemos viñedos y una bodega. Los vinos se llaman Familia Gabbarini y está ubicada en General Ortega. Mi papá y mis abuelos siempre tuvieron viñedos. Yo siempre iba a la finca con mi viejo, pero solamente lo acompañaba en época de cosecha, no sé cómo salí futbolista, je. Siempre le vendían uva a granel a las grandes bodegas. Desde hace un par de años empezamos a fraccionar y la primera exportación la hicimos este año a Ecuador", revela. La idea de llevar el vino a aquel país surgió hace una par de años por una charla con Christian Bottero, un ex futbolista cordobés que es el dueño del restaurante de Quito que importa el producto desde hace tres meses.
-¿Es un buen negocio?
-En Quito está comenzando la cultura vitivinícola, pero en la zona de la costa no porque hace mucho calor y se toma más cerveza. Tenemos en vista exportar a Colombia y a Perú. Por ser la primera vez salió bien y que yo esté acá facilitó mucho las cosas. En Ecuador el vino es más caro por los impuestos y una botella, sea cual sea la marca, cuesta entre 25 y 30 dólares.
Ficha personal
Nombre: Adrián José Gabbarini
Fecha y lugar de nacimiento: 10 de octubre de 1985, en Guaymallén, Mendoza.
Puesto: arquero.
Apodo: Gabba.
Debut en Primera división de AFA: 13/10/09 en Estudiantes LP 2 Independiente 1.
Trayectoria: Inferiores del Deportivo Guaymallén, Independiente Rivadavia (2004-05); Independiente de Avellaneda (2007-13); Newell's Old Boys (2013-14); Argentinos Juniors (2014-15); Tigre (2016), Olimpo de Bahía Blanca (2017) y Liga Deportiva Universitaria de Quito, Ecuador (2018-¿?).
Títulos: Copa Sudamericana (2010) con Independiente; campeonato ecuatoriano (2018), Copa Ecuador (2018-19) y Supercopa de Ecuador (2020), todos con Liga de Quito.