El aislamiento obligatorio ha generado un gran impacto en todos los ciudadanos, son los adolescentes los que más han sufrido su implementación, principalmente porque de por sí están atravesando una etapa compleja. Esto, a su vez, también se refleja en su sexualidad.
Ya no pueden juntarse con sus amigos, ni ir al colegio, hacer deporte o ir a bailar, por ejemplo. "Se da una situación de doble encierro: por la cuarentena y porque, a su vez, se encierran en sus cuartos", remarca Cecilia Sotano, jefa del Programa Provincial de Salud Integral e Integrador en Adolescencia, del Ministerio de Salud de Mendoza.
Por eso, la especialista señala que es fundamental dejar en claro que se trata de "un aislamiento físico, pero no emocional". En este sentido, los jóvenes cuentan con un aliado fundamental: el uso de redes sociales y aplicaciones que les permiten estar en contacto con sus pares.
No obstante, la cuarentena genera que muchos adolescentes manifiesten "irritabilidad, hartazgo, cansancio y sentimientos de angustia y de ansiedad", describe Mauricio Girolamo, especialista en Adolescencia y en Terapia de Pareja.
En consecuencia, todos esos aspectos terminan impactando sobre la esfera sexual, en algunos “bajando el nivel de la libido” mientras que otros “van a buscar un refugio en la sexualidad”, precisa el psicólogo.
Allí es donde se presenta el desafío de la tecnología, las redes sociales y la sexualidad en los adolescentes. El sexting, que consiste en enviar mensajes, fotos o videos de contenido sexual, supone un riesgo extra para ellos.
La recomendación general es que durante la adolescencia se evite el envío de fotos y videos. Giralomo señala expresamente que "no manden ninguna foto de las partes íntimas" ni "de cuerpo completo donde figura el rostro".
Esto, porque, una vez compartido, no existe control sobre lo que ocurre con ese material. “En muchas ocasiones termina siendo compartido con mucha crueldad, a veces con muy mala intención, a veces no con mala intención pero caen en manos de terceros en donde, con nombre y apellido, empiezan a viralizar”, manifiesta el especialista en Adolescencia.
Al contrario de lo que se podría esperar, los jóvenes no se han volcado a esa práctica en forma masiva. Sotano explica que, en las consultas, sus pacientes le han indicado que prefieren evitar sumar "a la incertidumbre del momento" la de no saber "por dónde van a andar nuestras imágenes", dejando de lado esa opción.
Los adultos son la clave
Es aquí donde empieza el rol fundamental de los padres o adultos a cargo, responsables de abrir el diálogo con los jóvenes y generar los espacios necesarios para que esto ocurra.
"Los chicos suelen hablar con el progenitor que está más tiempo en casa y no por un tema de género", indica Germán Gregorio Morassutti, sexólogo del Programa de Salud Reproductiva de la Provincia.
Esta nueva realidad lleva a que sea toda la familia la que se encuentra en casa, lo que puede convertirse en una experiencia positiva para fortalecer el diálogo, también en materia sexual.
El rol activo de los adultos se vuelve muy importante, por lo que no deben "esperar que sea el adolescente quien venga a preguntar", si no que deben ser ellos quienes "propongan canales de diálogo, hablando sin hacerlo en forma indagatoria", aconseja Gregorio Morassutti.
Entre los temas a tratar está el de generar espacios de intimidad para los distintos integrantes de la familia, lugares que deben ser respetados por los demás.
"El encierro está siendo muy diferente para los adolescentes según el tipo de hogar", manifiesta Sotano, en referencia a la realidad económica de cada uno.
En viviendas donde los ambientes sean reducidos, o donde son varios los hermanos que comparten la misma habitación, se deben buscar “acuerdos para compartir espacios escasos”, remarca la especialista.
Volviendo a la comunicación familiar, Giralomo destaca la necesidad de abrir "el diálogo sobre la sexualidad" y sobre el "reconocimiento del cuerpo", incluyendo "las actividades propias relacionadas con la auto estimulación y al auto conocimiento", acciones que los adolescentes "sí tienen que realizar".
En hogares con varios habitantes o dormitorios compartidos una alternativa para tener esa intimidad es el baño. "Es importante respetar el espacio y no apurarlos a salir, porque no dejan de hacerlo, si no que lo hacen rápido y termina siendo el origen de disfunciones que después tratamos nosotros", concluye Gregorio Morassutti.