"Vas por la calle y por sólo mirar a una persona, que de hecho es la primera forma de comunicarse que tiene el ser humano, ésta reacciona mal y te increpa con violencia diciéndote´¿Qué mirás?' y cosas así. Hay poca unidad, poco respeto y nos hemos dado cuenta de que no se puede vivir así", sintetiza en pocas palabras Bruno Dolcemascolo, un adolescente guaymallino de 16 años y que, junto a otra quincena de jóvenes mendocinos, están empezando a darle forma a un movimiento juvenil que apunta al cambio social.
No les hablen de utopías ni de cosas imposibles a estos chicos que, desde hace dos semanas, decidieron organizarse y ya mantuvieron una segunda reunión en la Plaza Italia.
"Queremos manifestarnos mostrando lo que sentimos los jóvenes. No nos interesa salir a la calle a marchar o golpear cacerolas. Queremos hacerlo por medio del arte, de la música. Queremos hacer muestras de skate, espectáculos, murga y queremos que el sistema se dé cuenta de que queremos un cambio, una provincia tranquila. No queremos odio ni violencia, queremos poder salir a la calle y mirar al otro tranquilos", agrega a su turno Juan Cruz Herrera, un skater de 17 años quien fue uno de los principales impulsores del flamante Movimiento Joven en Busca de un Bien Social.
"Esto se formó y se sigue formando con el día a día. Queremos llegar a un cambio social a través del respeto y el amor, que son los valores más excluidos por el sistema en la actualidad. Así, generando hermandad entre cada uno de los jóvenes. Esto es importante para un buen mañana, la presencia de cada uno de nosotros en el día a día", reflexiona por su parte Mauco Guevara (17).
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Por un cambio
Es Juan Cruz quien resume, en pocas palabras, cómo surgió este grupo de jóvenes autoconvocados.
"A mí me gusta mucho andar en skate. Y uno de los días que todo estaba convulsionado por los saqueos, estaba en la plaza haciendo algunos saltos con unos amigos, y vi que venía un montón de gente corriendo con mucha violencia, no sé si con intención de saquear, pero sí con mucho odio. Llegué a mi casa y me quedé enroscado, sabiendo que tenía que hacer algo, y lo primero que se me ocurrió fue hacer un evento en Facebook para hacer una marcha", relata el joven que vive en la Ciudad de Mendoza.
Sin embargo, un poco más tranquilo, cayó en la cuenta de que una marcha -por más pacífica que sea- no era la mejor forma de manifestarse, teniendo en cuenta que el principal objetivo era demostrar qué sentían los jóvenes y que los puedan escuchar.
Entonces organizó la primera reunión, con ayuda de varios amigos (Carla Esquivel, Bruno Dolcemascolo, Mauco Guevara, Kevin Lemos, Mariano Silva y Muriel Bravi). "Cambiamos la idea de la marcha por un grupo, un movimiento para mostrar a nuestro modo qué sentimos los jóvenes", agrega Juan Cruz, invitando a los jóvenes y adolescentes que quieran sumarse a contactarse con ellos por Facebook (ver aparte).
"Cada uno de nosotros, por su parte, venía pensando en hacer algo así y lo bueno es que pudimos reunirnos todos. Cada uno invitó a sus amigos y otros adolescentes interesados en participar. Creemos que la sociedad no está perdida y los jóvenes podemos hacer el cambio", continúa Mauco.
La falta de respeto entre pares, las reacciones desmedidas de muchos jóvenes cuando apenas los mira alguien, la intolerancia creciente y el hecho de que el amor esté como excluido por el mismo sistema entre las personas son los aspectos que los empujaron a formar el grupo.
"Es como si fuésemos perros y gatos que nos llevamos mal, pero tenemos que entender que somos de la misma especie. Queremos empezar a llegar a un cambio y sabemos que todo empieza por uno. Somos jóvenes despertando a nuevas formas de ver y vivir en el mundo, que buscamos generar conciencia de unidad, respeto y cooperación. Somos vida, el alma del dormido, la sangre del pueblo. Somos luz en la noche. Normalmente fingimos ser libres, pero todavía estamos atados al ego. Buscamos ser felices, buscamos buenas cosechas, luchamos para gritar, giramos en un mismo sentido. Seamos realistas y hagamos lo imposible, queremos generar una mejor convivencia entre todos los seres humanos del planeta. Vamos a generar queda mejor", explica Mauco.
"Queremos llegar a ?menos competir y más compartir'. Hace falta más educación, pero no de la que se da en la escuela, sino de la que se aprende en la casa. No podés querer pegarle a alguien porque te mira, no podés jugar a lastimar animales, no podés romperle los vidrios a un vecino porque se quejó de la música alta. Tenemos que buscar el amor propio", acota Bruno.
En sus palabras, los chicos dejan bien en claro que no es una cruzada en contra de tal o cual Gobierno y que no hay diferencias partidarias ni sociales.
"El objetivo de este grupo de jóvenes es uno que ningún partido político ha prometido jamás: generar, cambiar y crear conciencia sobre la severa situación de hoy en día y conseguir un respeto mutuo entre clases sociales y y así lograr un compartir, destruyendo el competir. Para poder crecer entre todos y contagiar aceptación e igualdad", destacan los chicos en el manifiesto que han ideado desde el principio hasta la actualidad, y en el que aún siguen trabajando.