ADN: descifran las raíces de los europeos modernos

Los europeos actuales descienden de tres grupos que llegaron a Europa en tres distintas etapas de su historia: cazadores y recolectores -hace unos 45.000 años-, campesinos procedentes de Oriente Próximo -hace 8.000 años- y pastores nómades del oeste de Ru

ADN: descifran las raíces de los europeos modernos

Durante siglos, los arqueólogos han reconstruido la historia temprana de Europa, excavando asentamientos antiguos y examinando artículos que dejaron sus habitantes. Más recientemente, los investigadores han estado escudriñando algo todavía más revelador que la cerámica: el ADN. El miércoles, en la revista “Nature”, dos equipos de científicos  -uno basado en la Universidad de Copenhague y el otro en la Universidad de Harvard- presentaron los estudios más grandes a la fecha de ADN europeo antiguo, el cual se extrajo de 170 esqueletos encontrados desde España hasta Rusia. Ambas investigaciones indican que los europeos actuales descienden de tres grupos que llegaron a Europa en tres distintas etapas de su historia.

El primer grupo fue de cazadores y recolectores que llegaron hace unos 45.000 años a Europa. Luego, el de campesinos que procedían de Oriente Próximo, hace cerca de 8.000 años. Finalmente, el grupo de los pastores nómadas del oeste de Rusia, llamado Yamnaya, hace aproximadamente 4.500 años. Los autores de los nuevos estudios indican también que es posible que el idioma yamnaya haya dado lugar al surgimiento de muchos de los idiomas que se hablan hoy en Europa.

Ron Pinhasi, un arqueólogo en la University College Dublín, quien no participó en ninguna de las investigaciones, dijo que son "algo muy revolucionario. Para mí, marcan una nueva fase en la investigación del ADN antiguo".
Ambos equipos trabajaron en forma independiente y estudiaron esqueletos distintos y utilizaron métodos diferentes para analizar el ADN.

El equipo de Harvard recolectó el ADN de 69 restos humanos que datan de hace ocho mil años y se catalogaron las variaciones genéticas en casi 400.000 puntos. El de Copenhague lo recolectó de 101 esqueletos que datan de hace 3.400 años y secuenciaron el genoma completo.

Ambos equipos compararon también el ADN recién secuenciado con genes recuperados de otros europeos y asiáticos antiguos, así como de personas vivas.

Hasta hace cerca de nueve mil años, Europa albergaba a una población genéticamente distintiva de cazadores y recolectores, encontraron los investigadores. Luego, hace de nueve mil a siete mil años, los perfiles genéticos de los habitantes de algunas partes del continente cambiaron abruptamente y aparece el ADN de poblaciones de Oriente Próximo.

Desde hace mucho, los arqueólogos saben que las prácticas agrícolas en esa época se propagaron a Europa desde Turquía. Sin embargo, las nuevas pruebas muestran que no solo se expandieron las ideas, también lo hicieron los agricultores.

Los cazadores y recolectores no desaparecieron; lograron sobrevivir en bolsones por toda Europa, entre las comunidades agrícolas.

“Es un proceso cultural asombroso”, dijo David Reich, genetista de la Escuela de Medicina de Harvard que coordinó al equipo de esa universidad. “Tienes grupos que son genéticamente distintivos como europeos y asiáticos orientales. Y viven lado a lado durante miles de años.

No obstante, hace de siete a cinco mil años, el ADN de los cazadores y recolectores comenzó a aparecer en los genes de los agricultores europeos. “Se da un rompimiento en estas barreras culturales y se mezclan”,  dijo Reich.

Hace aproximadamente 4.500 años, la pieza final del rompecabezas genético de Europa quedó en su lugar. Se dio una nueva infusión de ADN, una que todavía es muy común en el europeo de hoy, en especial en el centro y el norte del continente.

El ADN que más se asemeja al nuevo, concluyeron ambos equipos, proviene de esqueletos que se encontraron en tumbas yamnayas, en el oeste de Rusia y en Ucrania.

Desde hace mucho tiempo que los yamnayas han fascinado a los arqueólogos porque dejaron artefactos en las estepas del oeste ruso y en Ucrania que datan de hace 5.300 a 4.600 años. Utilizaron caballos para controlar a enormes manadas de ovejas y seguían a su ganado por las estepas con carretas llenas de alimentos y agua.

Era una forma de vida inmensamente exitosa que permitía que los yamnayas construyeran enormes montículos funerarios para sus muertos, a los que llenaban de joyas, armas y hasta carrozas completas.

David W. Anthony, un arqueólogo del Colegio Hartwick, que participó en la investigación de Harvard, dijo que es probable que la expansión de los yamnayas hacia Europa fuera relativamente pacífica. “No se trataba de Atila el Huno que llegaba matando a todos”, expresó.

Las dos investigaciones añaden, también, nuevo impulso a un debate sobre cómo se propagaron los idiomas por Europa y Asia. La mayoría de las lenguas europeas pertenecen a la familia indoeuropea, que también incluye idiomas del sur y del centro de Asia.

Durante décadas, los lingüistas han debatido sobre cómo el indoeuropeo entró en Europa. Algunos favorecen la idea de que los agricultores originales lo introdujeron desde Turquía. Otros piensan que provino de las estepas rusas, miles de años después.

Paul Heggarty, un lingüista del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, dijo que las nuevas investigaciones son importantes, pero todavía demasiado limitadas como para resolver el debate sobre los orígenes del indoeuropeo. “Yo creo que todavía nos falta para eso”, señaló.

Heggarty notó que los estudios muestran que los yamnayas llegaron al centro de Europa hace unos 4.500 años. Sin embargo, el griego es una lengua indoeuropea, y las evidencias escritas más antiguas de Europa muestran que el griego se había desarrollado hace cerca de 3.500 años. Para entonces, ya se había diferenciado de otros idiomas indoeuropeos en el sur de Europa, como el latín.

Si los yamnayas fueron la fuente de los idiomas indoeuropeos, habrían tenido que llegar al sur de Europa poco después de su llegada a la parte central.

Heggarty especuló, en cambio, que los primeros agricultores europeos, la segunda oleada de inmigrantes, pudieron haber llevado el indoeuropeo a Europa desde Oriente Próximo. Luego, miles de años después, los yamnaya lo volvieron a introducir al centro del continente.

Más ADN antiguo podría cambiar la balanza de las pruebas a favor de una teoría en lugar de la otra, comentó Heggarty. Podrían surgir argumentos más contundentes sobre el origen estepario del indoeuropeo, por ejemplo, si los científicos descubrieran que, abruptamente, alrededor de 4.500 años atrás, los griegos adquirieron el ADN yamnaya.

“Veamos si se parecen a los pueblos esteparios o no”, notó.

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