¿Usted quiere borrarse completamente de Internet, escapar sin dejar rastro alguno, limpiar la web de su nombre, y su nombre de toda relación con la web y las redes sociales? Entonces, digámoslo así, usted está pensando en suicidarse. Aunque pueda sonar de mal gusto (y muy marketinero), el suicidio 2.0, virtual o digital –tal como lo llaman– viene ganando adeptos en todo el mundo. Sencillamente promete a los inter-nautas desaparecer de manera voluntaria de la red, y sobre todo de Facebook. ¿Los motivos? Algunos sencillamente sienten que están perdiendo privacidad –fomentados por las revelaciones sobre espionaje internacional– y que en Internet están muy expuestos; otros argumentan que están cansados de la virtualidad, y tantos otros que les hace perder tiempo. Sin embargo, como todo suicidio, no se trata de un trabajo ni una decisión fácil.
¿Adiós a las redes sociales?
El terremoto mediático generado por Wikileaks y el escándalo mundial provocado por Edward Snowden, el empleado de los servicios de inteligencia estadounidense que hizo públicos programas de vigilancia electrónica, confirmaron, a lo grande, las sospechas que muchos tenían sobre la pérdida de la privacidad y la utilización de datos personales. Esta es una de las principales razones para abandonar las redes.
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