Una fina capa de nubes cubría el cielo y aunque el sol se dejaba ver de a ratos, no se sentía como cuando está despejado. Así se encontraba Reñaca ayer, mientras miles de mendocinos y turistas de otros orígenes esperaban ansiosos la salida de febo. Finalmente, cerca de las 5 de la tarde, cuando las esperanzas estaban perdidas, se mostró en plenitud.
Es que quienes llegaron a principios de año para disfrutar sus vacaciones de verano en esta zona de Chile han contado con demasiados días nublados. A pesar de todo no dejaron de disfrutar su tiempo libre y aprovechar para ir más tarde a la playa, entretenerse con las paletas, las caminatas, los mates y las cartas. Otros también eligieron ir al shopping de Viña del Mar o, sobre todo los más jóvenes, quedarse a descansar en sus departamentos y tomar fuerzas para la noche.
En ese contexto nublado, por varias jornadas el mar se volvió una postal para observar atentamente, pero poco atractivo para nadar. Aunque siempre estuvieron aquellos valientes que a pesar del frío lo toman como un desafío personal y eligen sumergirse. Fátima Fabiancic (16) y María Capone (17) son dos jóvenes que se le atrevieron al Pacífico aún cuando el tiempo no acompañó.
“Hemos tenido varios días nublados y algunos de sol pero nosotras igual nos metemos al mar”, contaron las chicas divertidas mientras las olas mojaban sus pies. “Eso sí, salimos corriendo para abrigarnos y no morirnos de frío”, aseguraron a dúo. Ellas también optan por jugar a las paletas y a las cartas, pero “ni locas” se pierden un día de playa.
Si bien el grupo de amigas compuesto por Pía Flores, María José Laciar, Lucía Maldonado, Camila Arias y Valentina Faggian todavía sigue disfrutando de la arena, comentaron que cuando el sol no asoma llegan más tarde y que un día fueron al shopping y que otro se quedaron en el departamento para ver una película. “A veces sale pero enseguida se esconde, por eso aprovechamos para realizar otras actividades que también están buenas”, manifestaron. Según ellas, lo más importante es compartir y estar juntas.
Para Federico Moor y sus compañeros de viaje Sebastián Lupino y Hugo Tiller, los días están ideales para jugar a las paletas y al fútbol.
“Porque hay menos gente y tenés más espacio para realizar deportes”, expuso Fede. Ellos optaron por llegar más tarde y almorzar en su departamento.
“No tenemos tanto apuro por venir temprano así que estamos más tranqui”, agregaron. Llegaron el domingo pasado y relataron que desde entonces sólo miércoles y jueves estuvo despejado, lo que les llamó la atención en comparación a otros años, en los que si bien el sol sale recién al mediodía, permanece durante toda la tarde.
No solo mendocinos
Aunque la tonadita mendocina sigue predominando tanto en la playa como en el centro de Reñaca, los mismos coprovincianos notaron que este año llegaron más visitantes de Buenos Aires, Córdoba y Brasil.
Un ejemplo de ello fueron Martín Gutiérrez y sus nueve amigos, que hicieron varios kilómetros desde Capital Federal. "Queríamos cambiar un poco, buscar algo distinto y esta es la primera vez que venimos a Chile", explicó el joven. Como ellos suelen ir de vacaciones a Mar del Plata notaron que los días son más largos y que el mar está más frío. "Alquilamos una casa para todos y aunque el cambio no nos favorece, los precios están muy parecidos a los de la costa argentina", señaló mientras hacía un descanso de un partido de fútbol playero.
Wilson Rodríguez, de Río de Janeiro (Brasil), eligió dejar el mar cálido de su país para conocer la costa chilena.
“Vinimos a pasear, pasamos por Santiago y ahora vinimos para acá”, contó. El hombre tenía el sueño de nadar en el Pacífico. “Hoy lo pude cumplir, por eso estoy muy contento”, destacó. Sus compañeros de travesía filmaron a Wilson sumergido en el agua con una cámara Go Pro, implemento tecnológico que es uno de los “chiches” de moda este verano en las playas chilenas.
Hoteleros satisfechos
Como desde hace varios años, el cambio desfavorable más el impuesto del 35% que debemos pagar los argentinos por salir al exterior, hizo temer que este año menos mendocinos eligieran cruzar la cordillera. Pero cuando comenzó la temporada los dueños y empleados de departamentos, cabañas y hoteles de Reñaca se sorprendieron una vez más por la llegada masiva de turistas de nuestra provincia y otras partes del país.
Jorge Montenegro, dueño del Apart Hotel Brisas del Mar, fue uno de los que manifestó su satisfacción. “La temporada empezó muy bien, los argentinos comenzaron a llegar desde el 22 de diciembre y a todos los hoteleros nos extrañó”, reconoció. “Este año sí pensamos que no iban a venir por los impuestos pero afortunadamente nos equivocamos, está todo copado”, añadió. Él también ofrece cabañas que están pensadas para jóvenes. “Como estamos tan cerca de la playa los que vienen generalmente nos vuelven a elegir”, afirmó.
Por su parte, Guillermo Mendoza, recepcionista del hotel Nilahue, precisó que pese a los pronósticos negativos actualmente tienen una ocupación que llega al 90%. “Pensábamos que podían venir menos pero al final vino la misma cantidad de turistas que el año pasado”, indicó. La fecha en la que llegaron a tener lleno fue desde el 29 de diciembre al 5 de enero. “Para Año Nuevo estuvimos completos así que no nos podemos quejar, bienvenidos sean siempre los argentinos”, dijo.
Raúl Olmedo, conserje del edificio Barlovento, ubicado frente al mar, coincidió con este optimismo. “Se nota que hay más gente que la esperada, todos los departamentos que tenemos para arrendar están ocupados”, comentó. A él también lo sorprendió la llegada de visitantes de Brasil.
Precios para comer afuera
Aunque se cuente con un presupuesto acotado, durante las vacaciones muchos sueñan con no cocinar y salir a comer afuera. Si se elige Reñaca como destino, este deseo se vuelve una opción posible para alguna noche especial, siempre y cuando uno se preocupe por buscar precios. En algunos restaurantes ofrecen menúes desde $ 6.000 chilenos, lo que tomando el precio “blue” a $ 24,5 argentinos cada $ 1.000 chilenos lo convierte en $ 147 argentinos, un precio nada despreciable teniendo en cuenta que en Mendoza es difícil cenar afuera por menos de $ 100.
En otros puntos más cercanos a la playa y con mejor ambientación el precio asciende y se puede llegar a pagar unos $ 10.000 por un plato y una gaseosa, lo que serían $ 245 argentinos. Hay que tener en cuenta que pagando con tarjeta tanto de crédito y débito, la cuenta resulta más favorable para los comensales mendocinos, ya que allí se toma el precio oficial que ronda los $ 18 argentinos cada $ 1.000 chilenos, más el 35% del impuesto.
Otra opción siempre válida es la comida rápida. En la reconocida cadena estadounidense ubicada en el centro de Reñaca el combo más económico está en $ 2.350, es decir casi $ 58 argentinos. Y de ahí para arriba.
Lo más recomendado, según los chilenos consultados, es ir a restaurantes tanto de Viña del Mar como de Concón, ya que allí se puede llegar a pagar $ 4.000 chilenos o menos, o sea unos $ 98. Una comida bastante económica.