Adiós al legendario De Vicenzo

Tenía 94 años. Ganó 231 torneos, entre ellos el Abierto Británico 1967. Fue considerado uno de los mejores cinco deportistas argentinos del siglo XX.

Adiós al legendario De Vicenzo

Roberto De Vicenzo, el máximo exponente de la historia del golf argentino y ganador Abierto británico en 1967, falleció a los 94 años por causas naturales, acompañado por sus seres queridos en su casa de Ranelagh.

"El Maestro", ganador del Abierto británico de 1967 e inspirador de las siguientes generaciones de golfistas de nuestro país, sufrió el 21 de marzo la fractura de su cadera en un accidente doméstico, fruto de ello fue internado en el Sanatorio Modelo de Quilmes y poco a poco su salud se fue deteriorando.

De Vicenzo nació en las cercanías de la Estación Chilavert, en Villa Ballester -al norte del conurbano bonaerense-, y en un marco de carencias económicas aprendió el oficio de caddie. Allí descubrió su talento natural para el golf y su fortaleza física, que terminaron prevaleciendo y trascendió en la elite mundial de la disciplina.

A lo largo de su infancia y adolescencia vivió en el barrio porteño de Villa Pueyrredón, en una casa sobre la calle Cuenca cerca de la estación ferroviaria Miguelete, en el límite con el partido de General San Martín.

A los 9 años se inició como caddie en un club de la zona y en 1933 jugó su primer torneo de golf. Más tarde ingresó en el Ranelagh Golf Club de Berazategui, localidad en la que residió desde entonces.

Luego escribiría una carrera increíble en la historia del deporte: ganó 231 torneos, incluidos cuatro torneos del PGA Tour y el Abierto Británico en 1967, en el cual venció a grandes rivales como Jack Nicklaus y Gary Player, y se ganó un lugar en el Salón de la Fama.

También se lo recuerda por una intachable anécdota en el Masters de Augusta de 1968, donde su compañero de línea Tommy Aaron anotó un golpe de más en su tarjeta en el hoyo 17 y sin revisarla la presentó.

Si no fuese por ese error, en el cual se efectuó un golpe de más, hubiese ganado el torneo. Pese a perder la "chaqueta verde" no se inmutó, fruto de sus valores.

De Vicenzo asumió como propio el error de haber firmado mal aquella tarjeta, en una muestra de los valores que manejaba.

Según las reglas del golf, si una tarjeta tiene más golpes que los realmente efectuados se acepta la puntuación declarada por el golfista. Por eso De Vicenzo, que en el campo había empatado el primer lugar, terminó segundo: Bob Goalby se adjudicó el Abierto.

Cuando el argentino se enteró del error que había cometido, se limitó a expresar una simple frase que quedó para la historia: "¡Qué estúpido soy!". Nunca culpó ni a Tommy Aaron, quien había completado su tarjeta, ni al comité, que se limitó a aplicar las reglas.

En una carrera marcada por el éxito se pueden mencionar también sus grandes actuaciones en el Senior PGA Tour, donde ganó tres veces el Liberty Mutual Legends of Golf, y el primer U.S. Senior Open en 1980. También venció en el PGA Seniors Championship de 1974, y representó a Argentina 17 veces en la Copa Canadá y la Copa Mundial de Golf, llevando a su país a la victoria en 1953.

Por iniciativa del municipio de Berazategui se inauguró en 2006 el Museo del Golf, en una antigua casona de 1923 y que había pertenecido a la familia de Lucio V. Mansilla, se exhiben trofeos y recuerdos de un deportista que trascendió más allá de su condición.

De Vicenzo también fue reconocido y respetado por su hombría de bien: en 1967 y 1970 le otorgaron el Premio Olimpia de oro.

En 1980, la Fundación Konex le otorgó el Premio Konex de Platino como el mejor golfista de la historia en la Argentina.

En 1999, fue nombrado uno de los cinco más grandes deportistas de la historia argentina junto al automovilista Juan Manuel Fangio, el futbolista Diego Maradona, el boxeador Carlos Monzón y el tenista Guillermo Vilas por el Círculo de Periodistas Deportivos Argentinos.

En su honor, el PGA Tour Latinoamérica decidió implementar el "Premio Roberto De Vicenzo" para los golfistas que obtengan la Orden de Mérito en cada temporada.

La apuesta que mostró su confianza

Transcurrían mediados de 1967 y allí, en tierra inglesa, un golfista argentino buscaba cristalizar un sueño que perseguía desde hacía veinte años.Roberto de Vicenzo , con 44, todavía creía que podía obtener el British Open. Mientras hundía sus zapatos en el desparejo campo de Royal Liverpool, en Hoylake, confiaba en su talento y fortaleza para lograr su primer título de Grand Slam, tras haber festejado en incontables puntos del planeta. Finalmente, el 15 de julio de ese año, cumplió con aquel anhelo esquivo. “Nunca perdí las esperanzas de ganar, yo sabía que iba a llegar”, confesaba el Maestro a los 91.

“La clave de aquel triunfo en 1967 fue la concentración. Todavía me sentía con ambición y confianza, más allá de que no figuraba como favorito. En las casas de apuestas yo pagaba 70 a 1 y aposté 100 libras por mí.

Gané 7000 libras, ¿Sabés las cosas que podía hacer con esa plata? En cambio, el premio que recibí por el torneo fue de 2.100 libras”. Durante un año, De Vicenzo atesoró la Claret Jug en su casa y en 1968 devolvió la venerada jarra de plata en Carnoustie, en donde concluyó 10º. “Recuerdo que en mi discurso final campeón deseé que al año siguiente ganara un joven profesional británico, en alusión a Tony Jacklin, pero él terminó triunfando en el British un año más tarde, en 1969”, contaba el Maestro, que recuerda patente un comentario que le susurró Player en el tee del hoyo 72, justo antes de redondear la gran hazaña de su carrera: “Gary me dijo: 'Bueno, Roberto, ya ganaste'. Tomé esas palabras con desconfianza. Entonces cambié: guardé el driver en la bolsa y agarré un hierro 4 para no correr peligro en la salida, porque había unos bunkers muy peligrosos.

Además me acordé de lo que le había ocurrido a Leopoldo Ruiz en 1958, que usó una madera y perdió el torneo por un triple bogey en el final”.

"Una sola vez definimos un torneo entre nosotros, el Abierto Británico del 67, en Hoylake. Él hizo un birdie en el 17 y yo no...", aseguró ayer Jack Nicklaus.

El tiro que inventó en el British 1967

El Maestro ganó en 1967 con un total 278 golpes (-10), dos de diferencia sobre Jack Nicklaus, que era el defensor del título. Pero estos datos no reflejan la valentía que demostró el domingo en el par 5 del 16. Allí inventó el tiro del campeonato: “Llevaba ventaja en el leaderboard sobre Nicklaus y Player, entonces el caddie me dijo que jugara el segundo tiro a asegurar. '¡Pero qué asegurar!', le respondí. Tomé una madera 3, la pelota pasó por arriba del fuera de límites y cayó en el green.

Después de dos putts conseguí un birdie que me encaminó definitivamente”. El cielo despejado acompañó mayormente su proeza en el par 72. Fueron cuatro días lindos, sin inclemencias meteorológicas. Porque las cuestiones climáticas pueden ser determinantes, según De Vicenzo.

El error que lo privó de ganar en Augusta

El error que lo privó en Augusta. Sucedió en 1968, un año después de que De Vicenzo impactara con su título en el British Open. Aquel 14 de abril el Maestro cumplía 45 años. Probablemente su cumpleaños más amargo. Tommy Aaron, su compañero de juego, le anotó par en su tarjeta en vez de los tres golpes, birdie, que había necesitado para el hoyo 17. De Vicenzo la firmó, y cuando se dio cuenta de lo hecho, ya era tarde. Terminó con un bogey en el hoyo 18, y en vez de 65 golpes, oficialmente había hecho 66. El desempate con Bob Goalby por el título de Augusta era imposible.

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