Había nacido en Entre Ríos, en 1929, más precisamente en el pueblo Gobernador Mansilla, que desde hace poco tiene una calle con su nombre.
Desde 1959, cuando salió el primero de sus libros, “Cartas para que la alegría”, decía que escribía siempre el mismo. Que hablaba de “el tiempo que pasa, las palabras, Francia, Argentina, Entre Ríos, el campo, el horizonte...”.
Arnaldo Calveyra murió el jueves en París, en una cuidad encendida por la muerte. Él, poeta, novelista, dramaturgo, maestro de culto de muchos poetas, se fue en voz baja.
A fines de 1960 se fue a París para hacer una tesis y ya no volvió. Vivió por las calles que recorrieron Alejandra Pizarnik y de Julio Cortázar.
Publicó el "Libro de las mariposas" e "Iguana, Iguana". Escribió teatro, como "El diputado está triste", "Latin american trip" y "Cartas de Mozart". Escribió novelas como "La cama de Aurelia". También hubo cuentos y un ensayo: "Si la Argentina fuera una novela".
Fue figura del Salón del Libro de París de 2013. El último libro que publicó se llama “Novela”, una serie de anotaciones, ideas, tomadas entre 1958 y 1960. “Es un libro que ha tenido mucha paciencia”, dijo hace pocos meses, de visita en Argentina.
Arnaldo Calveyra murió el jueves, tranquilo, en París, que también era su ciudad, con familia alrededor. Sus versos lo sobrevuelan: “Iba cantando, iba contándome, iba abriendo maizales con el canto al canto. /Los perros lo toreaban a Dios de tan visible.”