A los 89 años se fue José Millán, el hombre con el que los mendocinos identifican desde hace casi 6 décadas a la cadena de supermercados Átomo. Y con él, termina una casta que alguna vez identificó al sector en Mendoza: la de los dueños que no se desprenden de sus empresas y llegan a convertirlas en un holding que, en su caso, en los últimos años se expandió a la vitivinicultura con Los Toneles, la olivicultura con Laúr y también la grapa y destilados de Tapaus.
Alejado parcialmente del manejo central de la compañía, con el tiempo había repartido funciones con sus hijos: José, Elodia, Blanca y Verónica, y sus nietos. Igual, se mantenía pendiente del día a día de las sucursales del Gran Mendoza (hoy superan las 100 en distintas provincias), aunque había sufrido un deterioro a causa de una incipiente senilidad.
Eso hizo que la noche del martes no fuera una más. Según se confirmó desde el seno familiar, luego de la cena y rumbo a su dormitorio sufrió una caída producto de un ACV (Accidente Cerebro Vascular) que le produjo hemorragia cerebral masiva, finalmente el desencadenante de su muerte, a pesar de haber sido asistido por su médico personal.
“Él seguía activo aunque su condición no le permitía tomar decisiones. Todas las mañanas iba a la administración y, por las tardes, acompañado por mi abuela, recorría distintas sucursales para supervisarlas”, detalló su nieta Melisa, acerca de su rutina de los últimos tiempos, al cabo de una jornada en la que sus restos fueran velados en las oficinas administrativas del primer eslabón de su Átomo, en calle Álvarez Condarco de Las Heras, antes de su sepultura en Cementerio de Capital.
Atrás habían quedado 59 años de su vida al frente de una empresa que integró con la ganadería y le permitió tener faena propia de carne desde sus campos en Córdoba y San Luis y así autoabastecer las sucursales de una marca que terminó posicionándose en Cuyo y más allá.
Millán tenía 89 años. átomo, su gran legado comercial, tiene más de 100 sucursales.
De bajo perfil y reacio al contacto con la prensa y los flashes, alcanzó a vivir la diversificación que encabezaron sus 4 hijos, con la bodega Los Toneles, en Guaymallén, a cargo de Melisa, como centro de eventos político-económicos como la Vendimia (fue sede de los últimos 4 agasajos consecutivamente).
A esa altura, sus sucesores habían craneado las tiendas de ropa Quiaro como anexos de las nuevas aperturas, pero también diversificado las inversiones con vino, aceite de oliva y destilados.
Antes, Millán se había convertido en estandarte de la resistencia a la ola de inversiones extranjeras que cambiaron el mapa supermercadista de Mendoza.
Los estudiosos del marketing en buena parte lo explicaron por su apuesta a un nicho específico del mercado consumidor, con productos de calidad y precios orientados al C-1 (poder adquisitivo medio y medio-bajo).