¿Trabajar muchas horas es sinónimo de ser un adicto al trabajo? ¿Qué caracteriza a esta afección cada vez más frecuente? Y lo más importante: ¿de qué forma prevenirla? Posiblemente conozcas el término workaholic: es una combinación de work (trabajo, en inglés) y alcoholic (alcohólico). Esta es la denominación para identificar a las personas adictas al trabajo.
Sin embargo, no todas las personas que tienen jornadas laborales muy extensas necesariamente están en esa tipología tan frecuente en el mundo actual. Es más: todos vivimos picos de trabajo que exigen mucha cantidad de horas. El problema aparece cuando durante años se sostiene una rutina laboral de carga horaria excesiva, donde la persona se va enganchando cada vez más: allí aparece el efecto trampa y se produce la adicción.
Desde el lado de las empresas, el vértigo del mundo actual, las transformaciones aceleradas y una gestión del talento que no siempre está centrada en el bienestar de las personas -sino en lo que éstas producen basado únicamente en resultadoshace que se pierda de vista lo nociva que es la adicción al trabajo.
A su vez, el liderazgo coercitivo (donde la figura de un jefe extremadamente demandante lleva a las personas hasta sus límites) aún está vigente. Sin embargo, es necesario resaltar que cada vez hay más líderes conscientes que trabajan en otro tipo de conducción de personas, enfocada en su desarrollo humano, además de lo profesional. En este balance radica parte del éxito de muchas compañías enfocadas en la innovación y en una adecuada gestión del talento humano con foco en las personas, además de su “hacer” y “rendimiento”.
Por el lado de los empleados y colaboradores, muchos caen en la adicción al trabajo porque, consciente o inconscientemente temen perder su trabajo si no “rinden”, aún a costa de postergar su vida y caer en la conducta adictiva a lo laboral. En algunos casos también se suma una sobrexigencia individual extrema, donde muchos intentan ser perfectos en todo, cuando sabemos que ese rasgo -la perfección- no existe en el plano humano: podemos aspirar a la excelencia al hacer lo mejor posible, todo el tiempo, con los recursos disponibles.
Test de la A a la Z
Para poder determinar rápidamente si estás siendo un adicto al trabajo, propongo que revises la siguiente lista, y verifiques si tenés algunos de estos comportamientos:
A. Trabajan una cantidad de horas excesiva, y no saben poner ningún tipo de límites de días, horarios, condiciones.
B. Continuamente asumen nuevas tareas adicionales a sus responsabilidades habituales.
C. No pueden poner freno a su adicción al trabajo: sienten un vacío existencial si no están dedicados a algo productivo con relación a eso.
D. Evitan hacerse chequeos médicos.
E. Sienten culpa si no están trabajando.
F. Usualmente dedican al trabajo hasta un 50% más de horas que la media del resto del equipo.
G. Se quedan hasta altas horas de la noche dedicados al trabajo.
H. Comen en su escritorio, y prácticamente no hacen pausas (a veces, contienen incluso sus ganas de ir al baño ya que la ansiedad que sienten no les permite darse el permiso de 'distraerse' en sus necesidades básicas).
I. Tienden a aislarse socialmente.
J. No dedican tiempo al ocio y al entretenimiento, al que consideran vacío de sentido: lo único que centra su atención es el trabajo.
K. Piensan de sí mismos que son personas de alto rendimiento, aunque por lo general, cuando sostienen este ritmo a lo largo de los años, su calidad y enfoque tiende a disminuir.
L. Viven ignorando las señales físicas y emocionales.
M. Tienen alta tolerancia al maltrato y a los abusos: los consideran normales dentro de un marco de alta exigencia, sin poder discernir que los hieren y lastiman.
N. Se sobreadaptan a las situaciones, problemas y personas muy por encima de sus posibilidades reales. Están todo el tiempo sobregirándose en su entrega de energía hasta el extremo del agotamiento total.
O. Relativizan cualquier problema de salud.
P. No tienen registro del otro: están ensimismados en dedicar una cantidad extrema de horas sólo al trabajo (por eso es frecuente que tengan muchísimas dificultades para tener pareja, hacer amigos, sostener una rutina de ejercicios)
Q. Se consideran profesionales destacados y prácticamente invencibles.
R. Dejan de frecuentar a sus afectos (no asisten a cumpleaños, fiestas, viajes, salidas).
S. Suelen ser muy desorganizados puertas adentro de su hogar.
T. No saben delegar y acumulan responsabilidades porque así sienten que son más útiles y aparentemente efectivos.
U. No disfrutan de los logros: es una sensación pasajera e inmediatamente se dedican a continuar con lo que sigue. V. Son de hacer juicios sobre el bajo desempeño de los demás (ya que los miden desde su propia perspectiva).
W. Suelen mentirse a sí mismos cuando logran entender la adicción que padecen: hacen trampas y ocultan información para no quedar expuestos a su condición.
X. Sufren de estrés prolongado en los años, y frecuentemente caen en el síndrome de burn out (del quemado).
Y. Padecen de manifestaciones físicas que intentan paliar con automedicación, como gastritis, estreñimiento, mala alimentación, alergias, gripes que no se curan, problemas cardíacos, insomnio (muy frecuente). Es muy habitual que tengan un gran botiquín en los cajones del escritorio.
Z. En estados avanzados, suelen presentar problemas de memoria con dificultades para concentrarse y observar los detalles con precisión.
ATENCIÓN: Si indicaste 'sí' en 7 o más tópicos, es posible que tengas tendencia a la adicción al trabajo. Lo conveniente es hacer una consulta con un terapeuta, quien puede ayudarte a ir a la raíz para empezar a resolverlo.
Consejos para curarse la adicción al trabajo
Buscar ayuda profesional. Un psicólogo o psiquiatra ayudará a encauzar las prioridades de la vida, revisar el origen del trastorno, y contener.
Cumplir horarios y rutinas de trabajo. Al ajustar estas pautas se podrá empezar de a poco a dedicarse a la familia, amigos, salidas, hobby, lectura, deporte y cualquier otra cosa que no esté relacionada con lo laboral.
Aprender a delegar. Sentar las bases con los compañeros o colaboradores de equipo para delegar en forma efectiva.
Detectar el cansancio y el agotamiento: frenar a tiempo. Evitar sobreadaptarse: aplicar la intuición y lo que dicen 'las tripas'.
Establecer prioridades en la lista de pendientes.
Es una herramienta básica de productividad, para ayudar a equilibrar su vida personal y laboral.
Realizar ejercicio físico con regularidad, como mínimo tres veces por semana. Cualquier disciplina te ayudará en este proceso. Además, practicar meditación, yoga o mindfulness para bajar el nivel de estrés.
Variar las rutinas laborales. Alternar momentos de alta demanda de foco y concentración, con descansos y recreación, en lo posible fuera del entorno de trabajo.
Evitar almuerzos o cenas de trabajo: lo ideal es dedicar esos momentos al disfrute y la desconexión. Dedicar es tiempo a las personas queridas.
Tomar vacaciones: lo ideal es dejar establecido bajo qué circunstancia se podrá ser contactado. También, tener mucha fuerza de voluntad para evitar el chequeo de mails o la respuesta a los chats de WhatsApp.