Política
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hace 1 hora
La investigación por el crimen de una mujer en La Matanza, Buenos Aires, ha puesto al descubierto una terrible historia de venganza entre la víctima y quien fuera su mejor amiga y socia. El caso tiene dos detenidos.
El hecho fue descubierto el 22 de mayo pasado en una casa situada en calle Luis María Bravo 976, por el hijo de la mujer fallecida, quien llamó al número de emergencias 911.
Efectivos de la comisaría oeste 3ra. de Rafael Castillo arribaron al lugar y constataron que en el dormitorio principal, al costado de la cama matrimonial, estaba Irma Córdoba (56) muerta.
El cadáver presentaba múltiples heridas de arma blanca en la zona del cuerpo y el cuello. Los investigadores establecieron que no hubo cerraduras forzadas ni tampoco había un desorden generalizado, aunque en el dormitorio parecía que hubo intenciones de alterar el lugar del hecho. Esto llevó la investigación al círculo íntimo de la mujer.
Tal como revela La Nación en un informe, las sospechas recayeron sobre Lorena Chandía y Norberto Ávalos. Esta pareja tenía una amistad con la víctima y además hacían negocios en común con la compra y venta de ropa.
Al parecer, Irma tenía una deuda con Lorena, que le reclamaba constantemente aquel dinero. Sin embargo, los voceros judiciales creen que, a juzgar por la saña y la violencia con la que se perpetró el crimen, la pretendida deuda comercial no sería el motivo excluyente del homicidio.
Las hipótesis son varias. Los pesquisas contaron que entre Córdoba y Chandia existía una "relación bastante tóxica, en la que un día eran muy amigas y al otro, parecían enemigas". Además, explicaron que Chandía tiene antecedentes psiquiátricos propios de una personalidad "violenta, impulsiva y posesiva".
Ante esto, el personal de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de La Matanza comenzó un seguimiento de la pareja. Mientras los acusados trabajaban en la feria de Rafael Castillo, en la plaza situada en Victorino de La Plaza y Granville, detectives de civil se acercaron al puesto de la pareja.
Así detectaron varios de los elementos que los hijos de Córdoba les habían marcado como faltantes tras el asesinato. Entre ellos, un porta encendedor con la inscripción "Irma, recuerdos de Mar de Ajó" y una billetera de pequeñas dimensiones con una estampa de "La Renga".
Inmediatamente, los efectivos apresaron a Chandía y a Ávalos y les secuestraron todas las prendas que vendían. Llevaron todo a la dependencia policial, donde los hijos de Irma reconocieron más ropa de su madre. Acto seguido, los policías fueron a la vivienda de los acusados; en el allanamiento encontraron más material que confirmaría que, tras haber degollado a Córdoba, le robaron varias pertenencias e, incluso, la ropa que vendía.
