Un hombre que mató a su esposa golpeándola con un hierro se declaró culpable y fue sentenciado a prisión perpetua, en un juicio abreviado. El acusado de femicidio eligió esta modalidad de juicio para que sus hijas no tuvieran que revivir la violenta experiencia que significó la muerte de su madre.
"Que me perdonen mis hijas. No quiero que mi hija pase por esto", dijo Fabián Ismael Pérez Gálvez (45), minutos antes de escuchar que era condenado por homicidio triplemente agravado.
Esta es la primera vez en la provincia de Mendoza que un homicidio catalogado de femicidio se resuelve en un debate abreviado, una modalidad jurídica en la cual el imputado se declara culpable para recibir una sentencia menor, que es convenida entre el defensor y el fiscal y que luego tiene que ser aceptada por el tribunal.
En este suceso, lo que el mismo imputado buscaba no era una pena menor -algo imposible ya que estaba acusado de homicidio agravado por alevosía, por el vínculo y por violencia de género-, sino que su propósito era que su hija no tuviera que declarar.
La adolescente, que presenció gran parte del breve debate, era la testigo principal, ya que ella entró a la habitación de sus padres cuando el hombre terminaba de asesinar a los golpes a su mujer, Miriam Videla (39).
Acuerdo judicial
Ayer por la mañana, a pedido de Pérez, el fiscal de cámara, Alejandro Iturbide y la defensora oficial, Silvana González, acordaron realizar un juicio abreviado, algo que los parientes de la víctima se enteraron en ese preciso momento.
La propuesta fue llevada a la sala de debates de la Tercera Cámara del Crimen y fue escuchada por los jueces Diego Lusverti, Laura Guajardo y Eduardo Martearena.
"Mi defendido no quiere someter a toda su familia a un largo juicio", dijo la abogada González, explicando que la idea de un debate breve había sido de su propio cliente.
Por su parte, el fiscal Iturbide indicó que existen precedentes de un caso así en la provincia del Chaco y que, más allá de eso, las pruebas contra Pérez eran concretas en cuanto a la autoría del crimen.
Luego, los jueces le preguntaron al imputado las razones que tuvo para pedir un juicio abreviado y fue entonces que el hombre, llorando, dijo: "No quiero que mi hija pase por esto".
Un ataque brutal
El brutal ataque a Miriam Videla se produjo el 28 de noviembre de 2014 a las 8, en la vivienda ubicada en el barrio Argumedo de Kilómetro 11 en el departamento de Guaymallén.
Según, la acusación, habían celebrado, la noche anterior, los primeros minutos del cumpleaños de una de su hijas.
El hombre se levantó temprano y fue a llevar a su hija menor a la escuela. Al volver, le llevó el desayuno a su mujer y, minutos más tarde, volvió a entrar a la habitación con un hierro de 50 centímetros y empezó a golpear a su mujer que habría estado dormida. Ese estado de indefensión es lo que se utilizó para imputarle la alevosía.
Los ruidos del ataque despertaron a su hija y al novio de ésta, quienes llegaron a la habitación y vieron al hombre con el hierro en la mano y la mujer, herida, en la cama.
Miriam murió al día siguiente y su esposo permaneció cuatro días prófugo, hasta que decidió entregarse.