La Justicia volvió a enviar al penal al médico forense jubilado Juan Muñoz (75), imputado por el homicidio de su mujer, la docente Carmen Solís (52), caso que fue inicialmente denunciado por el galeno como un suicidio.
El presunto femicidio tuvo gran repercusión en el Valle de Uco, cuando los familiares de la mujer denunciaron que el médico practicaba habitualmente la hipnosis, incluso con la docente, a quien habría sometido a malos tratos durante años.
Muñoz fue detenido ayer por la policía en su casa y llevado hasta el despacho del juez de instrucción del Valle de Uco, Oscar Balmes, quien ordenó nuevamente su arresto en la Penitenciaria provincial.
Juan Antonio Solís -hermano de la víctima y querellante en la causa- a través de su abogada, Lorena Martín, denunció ante el juez que el hombre había roto el beneficio de la prisión domiciliaria que gozaba hasta ayer.
Según detalló la abogada, en la mañana del 22 de junio pasado, sin haber solicitado permiso previo, el médico salió de su casa -rompiendo la domiciliaria- y se dirigió hasta la sucursal del banco Nación de la localidad de Eugenio Bustos.
Varias personas lo vieron allí y luego declararon ante el juez Balmes que vieron al imputado en la sucursal bancaria. Además el juez solicitó capturas de pantallas de las cámaras del cajero donde se puede apreciar a Muñoz.
Con estos elementos, ayer al mediodía, el juez indagó al médico y luego estableció el delito de desobediencia. Luego lo envió al penal.
En los próximos días, luego de que se determinara que Alberto Giuberti sea el fiscal de la causa, el juez Balmes estaría en condiciones de dictar la prisión preventiva.
A mediados de junio de ese año, el juez de instrucción Fernando Ugarte desestimó un hábeas corpus presentado por los defensores de Muñoz, en el que se solicitaba la libertad del forense retirado.
Suicidio desestimado
El domingo 23 de abril, Muñoz llamó al 911 para denunciar que su mujer se había suicidado en su casa, ubicada en Bonfanti y Las Heras, en el distrito de Eugenio Bustos, San Carlos.
El médico explicó a la policía que no estaba en su casa y cuando llegó, vio a Carmen Solís ahorcada, pendiendo de una cuerda. Luego indicó que la había bajado del barral de un mueble porque intentó resucitarla.
Policías de la comisaría 18 llegaron a la casa y comenzaron a investigar. La familia de la docente se enteró de la muerte de casualidad, cuando una sobrina la llamó por teléfono y fue atendida por el comisario.
Minutos más tarde los familiares de la mujer llegaron a la casa de la pareja y, como nadie los atendía, llamaron a la abogada Lorena Martín. La letrada puso una denuncia diciendo que se trataba de homicidio y logró que el caso fuera tomado por el juez Balmes.
