Acusado de corrupción, dimite el líder histórico del separatismo catalán

Jordi Pujol, de 84 años, renunció a todos sus cargos buscando salvar la iniciativa independentista, ahora piloteada por Artur Mas.

Acusado de corrupción, dimite el líder histórico del separatismo catalán
Acusado de corrupción, dimite el líder histórico del separatismo catalán

Tras reconocer haber cometido fraude fiscal durante décadas, el líder histórico del nacionalismo catalán, Jordi Pujol, renunció ayer a todos sus cargos en un intento de limitar las consecuencias sobre un proceso independentista que choca con la férrea oposición de Madrid.

Provocando un terremoto político en Cataluña, gran región del noreste de España decidida a organizar un referéndum de autodeterminación en noviembre, Pujol, presidente regional de 1980 a 2003, había confesado el viernes que su familia ocultó una herencia durante 34 años en el extranjero.

No dio más detalles pero según el diario conservador catalán La Vanguardia se trata de cuatro millones de euros que se encontraban en un banco de Andorra, pequeño principado en la frontera entre España y Francia retirado en 2010 de la lista "gris” de paraísos fiscales.

Su inesperado anuncio conmocionó a una región rendida durante décadas al carisma político de este hombre de menuda estatura, mirada dura y carácter firme que en 1974 fundó Convergencia Democrática de Catalunya (CDC), el partido conservador que hoy dirige el presidente catalán Artur Mas.

Éste último, duramente enfrentado al ejecutivo de Madrid desde hace dos años, se veía así debilitado justo antes de un encuentro clave hoy con el jefe del gobierno español, el conservador Mariano Rajoy.

Pujol, de 84 años, figura clave de la oposición al franquismo y de la transición democrática, “se da cuenta del problema que se ha generado y de las consecuencias que esto tiene” en el proceso soberanista, afirmó Mas en una rueda de prensa convocada de urgencia en Barcelona.

Por ese motivo decidió renunciar a sus cargos de presidente fundador de CDC i de CiU -la federación nacionalista formada junto a los democristianos de UDC- y a sus prerrogativas como expresidente regional, que incluyen un sueldo y una oficina pagada con dinero público, precisó.
Busca así afectar "lo menos posible" a "la situación del país en un momento tan extremadamente delicado", subrayó.

“El presidente Pujol es mi padre político y como pueden comprender el dolor es muy grande, no lo puedo esconder, ni lo puedo disimular”, reconoció Mas, quien formó parte de sus gobiernos antes de ser designado por él mismo como su sucesor.

Una familia bajo sospecha

Para el filósofo y analista político catalán Josep Ramoneda, sacrificar al patriarca “es un paso mínimo e inevitable”.

Pero no será “suficiente”, considera, dado que varios de sus siete hijos están siendo investigados por la justicia y pesa sobre ellos la sospecha de haberse enriquecido ilícitamente valiéndose en algunos casos del gobierno regional.

La fiscalía anticorrupción abrió el lunes una investigación a Oleguer Pujol Ferrusola por el presunto blanqueo de más de 2.000 millones de euros y su hermano Jordi es investigado desde hace más de un año por supuesto tráfico de divisas entre varios paraísos fiscales.

Oriol Pujol, el único dedicado a la política y considerado durante mucho tiempo como destinado a suceder a Mas, dimitió el 14 de julio como secretario general del CDC, imputado por tráfico de influencias por haber presuntamente intentado amañar la concesión de licencias públicas a talleres de inspección técnica de vehículos.

En opinión de Ramoneda, esta ofensiva jurídica no es casual y se debe al reciente viraje independentista de CiU, quien durante los mandatos de Pujol había garantizado con sus pactos políticos la estabilidad de los gobiernos españoles tanto del conservador PP como del socialista PSOE.

“Pujol ha estado durante décadas muy protegido por los gobiernos de España, todas las cosas que salen ahora los gobiernos de España tanto del PP como el PSOE las sabían, y lo que hicieron fue protegerlo mientras garantizase el control de Cataluña”, afirma.

“En el momento en que se le escapa de las manos el control de Cataluña y empieza Mas con el proceso independentista, Pujol pierde esta protección”, considera.

En pleno bloqueo de la cuestión catalana, Rajoy recibe hoy a Mas en Madrid. Sin embargo ambos parecen aferrados a sus posiciones: el presidente catalán a celebrar su referéndum independentista el 9 de noviembre y el español a que no lo haga.

Un negociador implacable

Como líder de varias campañas a favor de la democracia y la cultura catalana, reprimida durante la dictadura de Francisco Franco (1939-1975), este político de menuda estatura y dura mirada, había sido encarcelado en 1960 durante dos años.

Negociador implacable, Pujol consiguió importantes beneficios para Cataluña, que asumía cada vez mayor autogobierno en materias como educación, sanidad, política lingüística o seguridad, con la creación de un cuerpo policial propio gracias a su respaldo en 1993 al debilitado gobierno socialista de Felipe González.

Pero en 2003 decidió no volver a presentarse, dejando la política activa y pasando las riendas de CiU a Artur Mas.

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