El kirchnerismo debió debatir y aprobar en soledad el nuevo Código Civil y Comercial ayer en la Cámara de Diputados. El resultado de la votación arrojó 135 votos positivos. Por su parte, la oposición decidió retirarse del recinto porque el oficialismo no aceptó sus impugnaciones al tratamiento “exprés” que se le dio al proyecto de ley que moderniza y sintetiza en 2.671 artículos los principios que regularán la relación entre los privados.
En una jornada con mucha tensión, la oposición radicó, a primera hora de la mañana, dos denuncias penales contra las autoridades de la Cámara de Diputados porque no se permitió que las comisiones permanentes del cuerpo discutieran el nuevo Código y se llevó al recinto directamente la media sanción que dio el Senado en noviembre del año pasado. Ambos escritos piden que se investiguen los delitos de abuso de poder y de incumplimiento de los deberes de funcionario público.
Pocos minutos después del mediodía el oficialismo consiguió, con sus aliados tradicionales, el quórum para iniciar la sesión (juntó 131 voluntades). Sólo la piquetera Ramona Pucheta, enrolada hasta ahora en la oposición, colaboró con el kirchnerismo y terminó votando el nuevo Código, tras denunciar que fue amenazada telefónicamente por dar quórum.
Recién cuando el Frente para la Victoria (FpV) inició la sesión, la oposición ocupó sus bancas y dio un fuerte debate para exigir al kirchnerismo que pusiera el proyecto en consideración sobre tablas, para lo cual se necesitan dos tercios de los presentes, ya que -según entendió el arco no K- esta iniciativa no contaba con los dictámenes previos de las comisiones permanentes.
Pero desde el oficialismo se rechazó esta interpretación y se señaló que era válido el dictamen que dio la comisión Bicameral que se creó en 2012 para unificar los dos Códigos, el Civil y el Comercial. Por lo tanto no hacía falta una mayoría especial para darle tratamiento. Es más, el ayer denunciado penalmente Domínguez no permitió que se pusieran a votación las mociones de orden solicitadas por la oposición, que había llevado una escribana para que labrara un acta dejando constancia que el oficialismo no tenía los dos tercios del cuerpo para tratar sobre tablas el proyecto. Esta acta será una de las pruebas que aportarán los opositores en los próximos días en la Justicia para solicitar que se declare “insanablemente nula” la sesión y el resultado de ella: el nuevo Código.
“Hemos ido a la Justicia porque creemos que se está violando la ley y la Constitución para votar nada menos que el Código Civil”, renegó el radical Mario Negri. La massista Graciela Camaño bramó: “Quieren demostrar que tienen el poder intacto, tratando esto a los codazos, pero esto es una muestra de la gran debilidad que tienen”, dijo a los kirchneristas. “La mitad de los que están acá sentados no tuvo oportunidad de participar porque ingresó en diciembre de 2013”, agregó el macrista Pinedo. La denunciante Carrió señaló que “esto es un hecho de fuerza que no encuentra fundamento en la Constitución y este tipo de actos son insanablemente nulos”.
El "héroe" del oficialismo
La presidenta del bloque K, Juliana Di Tullio, respondió a los opositores: “Es una vergüenza que acudan a otro poder del Estado para que no funcione este cuerpo legislativo”, dijo y recordó que tanto Pinedo como Camaño estuvieron de acuerdo, en 2012, cuando se creó la
Bicameral, con el procedimiento legislativo seguido. "Buscan cualquier excusa para no votar", sentenció.
Imposibilitado de responder a la oposición por tener que moderar el debate, Domínguez envió una carta a cada uno de los presidentes de bloque para rechazar las acusaciones.
“En este caso existe dictamen de la comisión Bicameral, la única habilitada para dictaminar, y es el dictamen sancionado por el Senado lo que se está poniendo a consideración, no siendo necesaria una mayoría de dos tercios o la habilitación de su tratamiento sobre tablas”, les comunicó.
Domínguez recibió muestras de apoyo de todo el oficialismo. Di Tullio lo llamó “nuestro héroe” y criticó a la oposición, en el cierre de la sesión, al acusarla de actuar “con cobardía y con impotencia”.