Godoy Cruz parece no entender que la prohibición de hinchas visitantes corre para todas las canchas del país. Ayer, en un acto de absoluta irracionalidad (uno más), 500 cordobeses estuvieron copando el sector norte de la platea techada, separados por efectivos policiales que debieron ubicarse en ese sector.
Antes y después, la dirigencia y las principales autoridades policiales se tiraron la pelota y a juzgar por los incidentes del final, con los hinchas visitantes arrojando butacas y rompiendo todo a su paso, nadie previó esto.
Según pudo conocerse, fue el club quien decidió vender las entradas a los hinchas visitantes y hasta algunos de ellos afirmaron que las entradas fueron ofrecidas a un valor de 150 pesos.
José Mansur, presidente del Expreso, adujo desconocer si eran o no hinchas de Belgrano a quienes les vendían las entradas. "¿Cómo hago yo para identificar a los hinchas?", se defendió.
El fastidio en la cúpula policial era evidente y se vio a comisario Daniel Massola, Director de Planificación Operativa de Eventos (DiPOE), discutir con el dirigente Héctor Truviano.
Por su parte, Juan Carlos Caleri, Jefe de la Policía de Mendoza, aclaró: “Es responsabilidad de Godoy Cruz. Ellos vendieron las entradas y ellos deben hacerse cargo”. Insólito por donde se lo mire.
Sin embargo, el papelón se dio sobre los 20' del primer tiempo, cuando Diego Ceballos, el juez del encuentro, pidió a la policía que desalojara a los hinchas visitantes, mientras que la voz del estadio reclamaba a los cordobeses que “no se podía alentar al equipo celeste”.