La aprobación del Senado a Dalmiro Garay como miembro de la Suprema Corte fue el gran logro político de la semana para el gobernador Cornejo.
Una esperada resolución legislativa en medio de un escenario provincial que se colmó de actos partidarios que parecen querer acelerar los tiempos electorales previstos para 2019.
La inclinación a favor de Garay se esperaba porque el oficialismo contaba con los votos propios para lograrlo, pero igual tuvo una cuota de sorpresa por el apoyo de un buen número de legisladores de la oposición.
Según lo que trascendió de la votación secreta, 7 de las 9 bolillas blancas no oficialistas provinieron del justicialismo y las 2 restantes del Partido Intransigente. Hay quienes sostienen que estos dos votos del sector liderado por José Luis Ramón y la presencia de ese partido en el acto de reasunción de De Marchi como presidente del Pro por un nuevo período pueden leerse como una buena sintonía que se refleje en algún momento en algún otro respaldo a iniciativas del Ejecutivo (¿ampliación de la Corte?).
Garay no dudó en afirmar, en declaraciones periodísticas tras la aprobación de su pliego, que actuará en sintonía con el otro juez promovido por el Gobernador, José Valerio, para intentar avanzar más rápidamente con los cambios en la Justicia que los preceptos cornejistas pregonan sin cesar.
“Vamos a trabajar en conjunto en temas como seguridad, justicia, acceso a mejoras...”, dijo a Los Andes, entre otros conceptos, el por ahora ministro de Gobierno.
Una interna para tener en cuenta. El acto del Pro deja muchas lecturas. Sin duda, la imagen de unidad que pretendió transmitir la foto que mostró a De Marchi con Cornejo y otros precandidatos a gobernador va en sintonía con la premisa macrista actual: prioritario consenso pensando en las elecciones del año próximo. Con más razón si se tiene en cuenta que los efectos de la turbulencia económica y del reacomodamiento tarifario de servicios públicos en los bolsillos de la gente derivaron en una brusca caída de la imagen presidencial y, por arrastre, de todo aquel dirigente identificado con el espacio Cambiemos. Cornejo no cayó tanto, pero no es la excepción, pese a que su gobierno marca una realidad diferente a la gestión presidencial.
No quedan dudas de que la convocatoria del viernes a la tarde en el auditorio Bustelo tenía la intención de trascender lo meramente formal de una reasunción al frente de un partido político. Lo ratifica el video del presidente Macri y la llegada de dirigentes de injerencia en el macrismo, como el porteño Francisco Quintana, vicepresidente de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires e integrante de la mesa nacional de Cambiemos, quien también habló en la reunión partidaria. Justamente, la dirigencia del Pro nacional reconoce a De Marchi no sólo por su gestión en Luján; además, por su proyección. “Es nuestro referente en Mendoza y lo apoyamos si quiere postularse para la Gobernación. De todas maneras, reconocemos el liderazgo local de Alfredo (Cornejo) y tenemos en cuenta que es tiempo de gestionar y no de hablar anticipadamente de postulaciones”, comentaron los representantes nacionales del Pro presentes el viernes en la provincia. Por otra parte, lo que en principio pretendía ser un acto con sólo presencia macrista-demarchista se transformó rápidamente en un gran evento de todo el espacio oficialista provincial. Fue así porque el Gobernador, que ese mismo día estuvo reunido en Buenos Aires con Macri, Peña, Frigerio, Monzó y otros gobernadores, a su regreso bajó rápidamente del avión para llegar al acto y marcarlo con su presencia, que no fue para nada pasiva.
Cornejo hasta el jueves a última hora no había confirmado su presencia precisamente por su compromiso con el gobierno nacional. Pero llegó y tuvo su protagonismo, con el cual quedó la sensación de que comienza a marcar de cerca a cuanto dirigente pretende anotarse para sucederlo por afuera de la legión propia que constituyen ministros de su gabinete e intendentes.
¿Se trasladará la definición de candidaturas para el año próximo, como vienen señalando voces cercanas a Cornejo? No todos aseguran eso. ¿Quién le pone freno a la decisión de De Marchi de terminar de posicionarse como opción? Por otro lado, si realmente quiere candidatearse, ¿Cobos estará dispuesto a esperar los tiempos del Gobernador con el riesgo de quedarse a mitad de camino? Nadie duda del efectivismo tiempista del jefe del Ejecutivo.
Los que siguen apostando a un acuerdo que le permita al Gobernador mantener el mayor protagonismo comentan que un seguro acercamiento pasaría por confirmar el tutelaje de Cobos en los departamentos de Las Heras y Guaymallén, conducidos por dos intendentes “cobistas”, y cederle a De Marchi el primer lugar en la lista de candidatos a diputado nacional.
Sí queda claro que Cornejo aprovechó el acto de De Marchi también para tapar cualquier grieta en el espacio oficialista local que el desgaste de la gestión y la realidad nacional puedan producir. Al elogiar, micrófono en mano, a los legisladores provinciales del Pro que dieron el voto a leyes por él promovidas, más que nada fustigó la postura en contra de los demócratas ante la propuesta para ampliar la Corte; justamente, el diputado que se negó a apoyar esa iniciativa, Marcos Niven, ahora también presidente del PD, estaba presente y con seguridad sintió la diferenciación que claramente hizo el titular del Ejecutivo.
La primera lectura lleva a deducir que el Gobernador comienza a armar estrategias electorales anticipadas ante la evidencia de que los candidateables propios aún miden muy poco en las encuestas en comparación con los eventuales aspirantes oficialistas no cornejistas.
Algo se mueve. Párrafo para el justicialismo, que mostró durante dos días a Agustín Rossi, el diputado nacional K que ya está lanzado como posible candidato presidencial. Se trató de una movida que montó el “carmonismo” y en el que tuvo participación el Partido Solidario, de Carlos Heller, que también estuvo en la provincia. Hubo optimismo por la cantidad de gente que colmó el cine Selectro. En el peronismo mendocino palpitan un clima de posible unidad o en todo caso una PASO “en buenos términos”. La presencia de dirigentes históricos, como Adolfo Bermejo y Patricia Fadel, entre varios más, ya permite hacer dicha interpretación.
Internas en el espacio oficialista y un peronismo que quiere despertar pueden llevar a Cornejo a anticipar lo pensado para 2019.
