Con tres horas y media de retraso y en un clima tenso, la reunión paritaria pautada entre el SUTE (Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación) y el Gobierno, se concretó ayer en la provincia. Una vez más, el ofrecimiento oficial no conformó al gremio, aunque se espera que la oferta sea discutida en los plenarios programados para hoy y mañana.
En líneas generales, la nueva propuesta consistió en un incremento de 34% en el sueldo de bolsillo para un maestro que recién se inicia y de 29% para los que cuentan con el sueldo más alto del sector. En promedio, la mejora sería de 32% para los docentes y de 34% para los celadores. En ambos casos, la suba en el salario se daría de manera escalonada y durante todo el año. A esto se agregó una suma fija en blanco de 500 pesos.
Sin embargo, este ofrecimiento no se adecuó a lo que solicitan los docentes, puesto que el porcentaje de aumento propuesto sería abonado en cuotas comenzando por 10% en marzo y el resto sería distribuido en dos etapas más durante agosto y octubre. "Los docentes necesitan un aumento ahora; el 10% para marzo no mejora nada, ni siquiera se adecua a la inflación que estamos viviendo", aseguró el titular del SUTE, Adrián Mateluna y aclaró que hoy y mañana el sector evaluará un nuevo plan de lucha.
Durante ambas jornadas las clases deberán dictarse en las escuelas. Esto es porque a pesar de los plenarios departamentales y el provincial, por cada colegio hay un delegado gremial. Tal como había adelantado el SUTE, en los casos en que haya docentes que deban cumplir con este rol, los estudiantes y padres deberán ser notificados y que sólo en esos casos los maestros (unos 1.800) estarán ausentes de su puesto de trabajo.
Para el miembro paritario que representa al Gobierno, Andrés Cazabán, la reacción del gremio lo tomó por sorpresa. "No se explica cómo el gremio rechaza una propuesta que significa una mejora sustancial para miles de docentes y celadores, sin siquiera haberles consultado", expresó Cazabán a minutos de concluida la reunión.
En el mismo sentido, el paritario oficial solicitó que se lleva la propuesta a los colegios hoy para que los maestros y profesores puedan evaluarla con detenimiento. "Pedimos una actitud responsable y constructiva por parte del sindicato. De lo contrario, sólo de entorpece la negociación", dijo.
Malestar y reclamos
Antes de las 20.30, en las afueras de la sede de la Subsecretaría de Trabajo, ubicada en avenida San Martín y Rondeau de ciudad, los grupos de maestros y celadores se mostraron expectantes. Algunos, confiados en la puntualidad de la reunión, habían programado su asistencia para las cinco de la tarde en la puerta de la sede del organismo. Y mientras las horas pasaron ellos aprovecharon la tarde para compartir experiencias y plantear necesidades a los transeúntes. "Gobernador, ¿usted viviría con 3 mil pesos"?, rezaba uno de los carteles que había sido ubicado sobre la vereda de avenida San Martín.
Con el mismo malestar de la semana pasada, los educadores se mostraron más dispuestos que nunca a continuar defendiendo un mejor salario. Mientras tanto, los más de 500 mil estudiantes de los niveles inicial, primario y secundario que dependen de la educación pública tuvieron clases sólo el viernes pasado. En realidad, el calendario oficial indicaba que el miércoles 5 de marzo las aulas deberían haber estado repletas.
Sin embargo, esto no sucedió y el paro convocado por el gremio dejó las escuelas sin actividades. El jueves se realizó la paritaria sin acuerdo y el viernes los educadores decidieron en plenario provincial ir a un nuevo paro.
Vale recordar que ayer fue la cuarta vez que el sindicato se reunió con los miembros paritarios que representan al gobierno de Francisco Pérez para ver la posibilidad de llegar a un acuerdo. Primero, a los docentes se les había ofrecido un incremento de 22,7%, luego de 25% (ambos a pagar en diferentes instancias a lo largo del año) y por último, se llevó una propuesta de subir 20% los sueldos (también en etapas) y sumar un plus en negro de 500 pesos divididos en dos pagos iguales.
Por eso, lejos de un retorno a clases "normal", esta semana se perfiló en Mendoza con tres días en los cuales las actividades en los colegios estatales volvieron a ser nulas.
Ayer, tras la huelga por 48 horas que concluyó el martes, los docentes se reunieron en asambleas en las escuelas, donde debatieron su situación y plantearon una vez más, la necesidad de mejorar su sueldo.
A las movilizaciones y paros (de 24 horas el de la semana pasada y de 48 el de ésta) que contaron con muy alto nivel de adhesión por parte de los educadores convocados por el gremio, se sumaron protestas espontáneas organizadas por integrantes de diversas comunidades educativas del Gran Mendoza.
Con carteles y pancartas, incluso en algunos casos se animaron a cortar calles para hacer oír su reclamo: que su salario no sea inferior de los 5 mil pesos, que el incremento para este año supere el 30%, que las escuelas mejoren su infraestructura edilicia y que el Gobierno nunca más ofrezca ítems a pagar en negro.