Luego de los incendios en el cerro Arco y alrededores, se prepara una estrategia de remediación del ecosistema. Investigadores y especialistas de diferentes instituciones firmaron un convenio con la secretaría de Ambiente y Ordenamiento territorial para trabajar codo a codo en la recuperación de esta zona tan valiosa. Esto incluye la flora y la fauna autóctonas de las 1.600 hectáreas dañadas.
En primera instancia se hará un relevamiento para saber en qué condiciones quedó y así identificar qué plantas aún están vivas y pueden reflorecer y dónde es necesario replantar. Pero para ello es necesario reconocer las especies del lugar para identificar el abordaje a realizar.
Trabajarán especialistas de CCT Conicet Mendoza, del Instituto Nacional del Agua y de la Universidad Nacional de Cuyo. Desconocen cuánto tiempo puede llevar el proceso, pero saben que será prolongado.
En el marco del llamado plan de restauración ecológica ya se han acercado los equipos para hacer una primera aproximación. En tanto, el plan remediación propiamente dicho estiman que comenzaría la primavera 2019.
"Antes de plantar cualquier cosa harán un informe de relevamiento para saber cuánta ha sido la afectación y qué es lo que se necesita para restaurar la zona y de ahí en más comenzarán a trabajar con Recursos Naturales Renovables", explicó una fuente de la secretaría de Ambiente.
"Lo que ya ha comenzado es el diagnóstico preliminar, con imágenes satelitales y observación in situ. Lo que falta abordar son los detalles sobre los mecanismos de coordinación", agregó Sebastián Melchor, director de Recursos Naturales Renovables.
El acuerdo apunta a trabajar en el cerro Arco y cerro Gateado, pero el plan podría ser luego aplicado a los otros dos que se quemaron: el cerro Vizcacha y el Bodeguita. El objetivo final es una restauración, es decir que el ecosistema cumpla la misma función que tenía antes del incendio.
"Vamos a trabajar en la recuperar el patrimonio que se quemó, tanto vegetal como animal es decir, con especies autóctonas", subrayó Elena Abraham, directora del Conicet Mendoza y coordinadora científica del proyecto.
Etapas
La primera instancia contempla analizar el escenario actual, un estudio ecológico, lo cual podría extenderse hasta marzo. Recién entonces podrá planearse el abordaje.
"Estimamos que en noviembre ya estaremos trabajando en el campo", manifestó el ingeniero agrónomo Mariano Cony, quien lidera el proyecto como director de la Fundación Cricyt. Lo que hay en la zona son muchos pastos, que el ingeniero estimó que es lo primero que crecerá este mismo verano.
Hay arbustos, en particular jarilla, cactus y coirón, pero recuperarlos llevará más tiempo. Un aspecto a analizar es qué ocurrirá en caso de lluvias fuertes y sus consecuencias aluvionales teniendo en cuenta que se carece de vegetación que las controle.
Los especialistas explicaron que el "tratamiento de remediación" puede ser de dos tipos: pasivo o activo. Para determinar en qué zona se requiere cada uno se evaluará qué plantas tienen probabilidades de rebrotar y cuáles no.
La primera implica favorecer los proceso de regeneración natural que tienen las plantas, para esto se requiere menor aporte energético ya sea económico o en recursos humanos, detalló Cony.
“A su vez veremos cuál es el banco de semillas del suelo, hay que ver cuáles han quedado almacenadas, estudiar qué se hace para que estas se regeneren y saber cuáles están vivas y cuáles no”, mencionó.
Donde la regeneración natural no sea posible habrá que plantear una estrategia de reproducción activa, es decir producir una planta en otro sitio y luego llevarla al campo.
Esto implica mayor dedicación ya que luego hay que regarla y mantenerla hasta que logre ser independiente.
Dificultades
El ingeniero comentó que la gente suele creer que estas especies autóctonas se dan fácilmente pero no es así. “Hacen falta millones de semillas para que una sola se transforme en una planta adulta”.
Abraham explicó que parte de lo que hay que estudiar es qué especies había en cada zona ya que tienen dinámicas diferentes una cumbre, una ladera norte o sur o una quebrada. "Estamos trabajando en un ambiente difícil ya que es un ambiente muy seco", manifestó y comentó que hay que evitar que prosperen especies exóticas que son mucho más invasivas.
Para Cony, el trabajo "va a servir como una especie de laboratorio de recuperación del pedemonte porque los incendios son un tema reiterado y va a volver a suceder".
Melchor aclaró que mientras duren las tareas no habrá restricciones en el acceso ni tampoco con posterioridad, aunque si podría suceder que en algunas zonas haya limitaciones momentáneas.
Operativo retorno
Para recuperar la fauna están todas las fichas puestas en una especie de "operación retorno". Los animales se han ido del lugar para protegerse, algunos están en quebradas en zonas aledañas, como los grandes mamíferos, mientras que los pequeños pueden estar debajo de la superficie.
Por ello estiman que ni bien se recupere el ecosistema a través de la vegetación estos retornarán.