Por Zulema Usach
Lejos de los modelos rígidos que la encasillaban a un patrón estético, hoy la mirada está focalizada a una mejora integral de la salud en todos los planos. Constancia y disfrute, las claves para lograr el deseado objetivo.
Una voz interior indica que es momento de dejar atrás la quietud para ir en busca de nuevas experiencias que den paso nada menos, que a una mejor calidad de vida. Es allí cuando la unidad “cuerpo-mente y espíritu” se anima a introducirse en espacios menos hostiles y más adecuados a la búsqueda del tan anhelado equilibrio. Así, ya alejada de antiguos esquemas que la encasillaban en un modelo sólo ligado a patrones estéticos estereotipados, la actividad física en todas sus formas y modalidades, plantea en la actualidad mucho más que eso.
No se trata sólo de un cambio de conceptos. De hecho, la búsqueda de la armonía interior, que con el tiempo y constancia se hará visible en el organismo a nivel fisiológico, ya no se limita a determinadas teorías, sino más bien, a la práctica que cada persona desee poner en marcha a su propio ritmo, necesidades y posibilidades.
Claudia Marchi es médica especializada en deportes desde hace casi 25 años, pero además se dedica a la medicina ayurvédica. Desde su experiencia, explica que si se compara el motivo por el cual las personas hacían una determinada actividad física en los ’90 y ahora, en aquél entonces las mujeres buscaban una figura delgada, mientras que los varones se inclinaban al logro de una musculatura hipertrofiada.
"Hoy hay una conciencia y una búsqueda muy distinta en las personas porque se ha incorporado el concepto de salud en todos sus aspectos. El camino está marcado por el encuentro con uno mismo, el equilibrio y la armonía, sea cual fuera el deporte o actividad que se realiza", detalla la profesional.
Así, un nuevo “mundo” propio se inicia en el instante de decidir estar mejor al realizar un plan de ejercicios. Desde plantearse días, horarios, actividades y/o deportes posibles, hasta aquellos detalles como la indumentaria, la distancia desde el hogar o las características del espacio elegido (cerrado o al aire libre) para ejercitar el cuerpo, ya sea en grupo o bajo la supervisión de un entrenador personal, constituyen factores clave a la hora de emprender el ansiado plan y de una vez por todas, hacerlo posible.
La posibilidad de hacer nuevas amistades, compartir experiencias y experimentar cambios positivos desde los aspectos físico y anímico, serán el complemento ideal para lograr la tan necesaria constancia a través del tiempo. El chequeo médico previo como así también la incorporación de un plan alimentario variado y rico en nutrientes esenciales son dos aspectos fundamentales que no pueden pasar inadvertidos, según detallan quienes se dedican a la educación física.
Pero además, la actividad que se realice debe estar ajustada a la condición física de la persona (la postura, la pisada, entre otros tantos aspectos) y ante todo, debe gustar y generar bienestar desde el punto de vista anímico. "Cualquier plan que se quiera cumplir debe ser adecuado a la condición física de la persona, sus deseos y sus posibilidades reales", considera Marchi y remarca que para lograr cambios fisiológicos es necesaria la actividad física tres veces por semana durante una hora. "También se puede realizar un plan diario con tiempos más cortos; lo fundamental es lograr formar el hábito", destaca la profesional.
CONSTANCIA, LA CLAVE
Desde el punto de vista de Leonardo Montón, profesor de Educación Física y entrenador personal, es común que, durante los meses previos a la primavera las personas busquen mejorar su aspecto estético. Pero, aclara, esto va de la mano de la salud. "Es fundamental la continuidad y para eso tenemos que buscar un actividad que nos guste. Si hacés todos los días algo durante 21 días, vas a empezar a formar un hábito. El hábito, con el tiempo se volverá una necesidad porque el mismo cuerpo lo pide", explica el profesional y detalla que justamente en agosto y setiembre cuando la demanda para iniciar un plan deportivo comienza a ser más alta.
Para Julieta Giudica (37), el hecho de haberse inscripto en el gimnasio cercano a su barrio de Dorrego (Guaymallén), guarda, además de un objetivo estético, una necesidad por moverse en otros espacios más descontracturados y alejados de su rutina laboral. Así, hace dos meses comenzó sus clases de pilates. "Si falto me empiezo a sentir como si algo me faltara. Creo que encontré la actividad justa para mí porque además me gusta mucho y hemos logrado una linda amistad con las otras chicas. Tenemos una profe que no nos pierde pisada y nos corrige cuando hacemos algo mal. Si comparo mi salud integral de antes y de ahora, creo que hay una gran distancia a pesar de haber comenzado hace poco", detalla la mujer que es mamá de dos niños en edad escolar.
La regularidad, a la hora de realizar una actividad física en pos de la salud, es uno de los principios fundamentales para lograr de manera eficaz cambios positivos desde el punto de vista fisiológico, detalla Federico Wickel, licenciado en Educación Física y coordinador del Laboratorio de Fisiología del Ejercicio de la Universidad Juan Agustín Maza.
"Hacer actividad física, ya sea por gusto por el deporte, interés por descubrir nuevas actividades o lograr un impacto a nivel estético tiene una connotación directa en la salud que influirá en todos los aspectos", resalta y advierte que si no se logra la necesaria constancia y la actividad se realiza, por ejemplo, una vez por semana, entonces los cambios morfológicos se darán de manera más lenta. "No existe una actividad más adecuada que la otra, sino que ésta se debe adecuar al objetivo que se desea lograr", agrega.
"La actividad física es el remedio universal porque previene enfermedades cardiovasculares, colesterol en sangre e hipertensión arterial, entre otras patologías. Pero, además, colabora a disminuir los grados de estrés y promueve el descanso adecuado".
Para Mariela Sánchez (29), por ejemplo, la búsqueda para mejorar su calidad de vida y combatir el estrés que la había acechado durante años comenzó en el momento en que decidió iniciar clases de Yoga. A lo largo del tiempo descubrió que esta actividad no sólo le redituaba desde el punto de vista anímico, sino que también comenzó a optar por "sanear" todos los aspectos de su vida. "Hoy elijo todo lo que me haga bien y me sume a mantener un equilibrio. El Yoga me ayudó y me hizo notar que tenía un cuerpo y un espíritu que debía alimentar de formas más saludables", reflexiona la joven.
Rodrigo Flores, profesor de Educación Física marca la distancia entre dos aspectos clave. Dice que estética y salud pueden ir de la mano. Pero recalca que en realidad una imagen saludable no implica seguir las pautas de un patrón estético basado en la delgadez o en el exceso de musculatura. "La actividad física es el remedio universal porque entre otras cosas, previene enfermedades cardiovasculares, colesterol en sangre e hipertensión arterial, entre otras patologías. Pero además, colabora a disminuir los grados de estrés y promueve el descanso adecuado", destaca el profesional.
Flores remarca las consecuencias negativas que puede traer aparejado el hecho contrario: el sedentarismo. "Las consecuencias del sedentarismo pueden variar desde la obesidad, la permanencia del estrés, el exceso de colesterol, diabetes, tabaquismo y enfermedades crónicas", explica y coincide en que todo plan de ejercicios requiere de tiempo y planificación. "No hay efectos inmediatos, sino que el trabajo debe ser continuo y mantenido en el tiempo", considera el profesional.
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