Quizás creyó que haría un negocio redondo pero terminó encarcelado. Un joven de 25 años de edad ofrecía una potente escopeta y una pistola que habían sido sustraídas días antes en Lavalle durante un robo domiciliario. Lo que no sabía era que sus potenciales clientes eran policías que lo investigaban. El muchacho pactó la entrega del armamento y fue inmediatamente detenido.
Fuentes policiales precisaron que efectivos de la Unidad Investigativa de Lavalle venían siguiendo el rastro de unas armas de fuego que habían sido robadas. Gabriel Vergara ofrecía el armamento por lo que no sospechó que le tendían una trampa cuando lo contactaron y pactó con los sabuesos la entrega y el pago. El lugar de encuentro sería en la ruta 142, a la altura del cementerio, en Costa de Araujo.
Vergara llegó en un automóvil VW Senda de color rojo. Una gruesa cinta del mismo color colgaba del espejo retrovisor como un amuleto contra la envidia. Al constatar que era el vendedor, los efectivos de Investigaciones lo identificaron y arrestaron.
Cuando requisaron el interior del rodado encontraron el teléfono celular del sospechoso y un par de guantes que habrían sido utilizados para cometer ilícitos.
En el baúl del Senda estaba el pequeño arsenal ofrecido. Se trataba de una pistola marca Bersa calibre 22 con un cartucho en recámara. Además ofrecía dos cargadores con nueve cartuchos cada uno, todos calibre 22. En el mismo habitáculo había una escopeta marca Maverick, modelo 88 GA.
Con la evidencia en el lugar debieron trabajar peritos de Policía Científica, quienes secuestraron las armas. El auto, el celular y los guantes también fueron retenidos, mientras que Vergara quedó aprehendido y fue trasladado a los calabozos de la comisaría 17 de Lavalle, donde quedó a disposición de la Oficina Fiscal 7.