En un sitio agrícola por excelencia como el Valle de Uco, la contaminación ambiental producida por los recipientes de agrotóxicos implica un verdadero problema. Para avanzar hacia el saneamiento de estos materiales, reacondicionarán un nuevo centro de acopio en San Carlos.
Además, el Iscamen anunció que reforzarán los controles en la región y ampliarán la convocatoria para que cada vez sean más los productores valletanos que adhieran a este sistema adecuado de gestión y disposición final de los envases vacíos.
En el marco de este proyecto, ayer las autoridades del Iscamen firmaron un convenio con el intendente de San Carlos, Jorge Andrés Difonso. Similares acuerdos de trabajo ya están confeccionando con las otras dos comunas valletanas.
“Buscamos desembarcar en la región con una estructura y un alcance mayor”, señaló el director del Iscamen, Alejandro Molero. El primer paso será la ampliación y acondicionamiento de un viejo galpón, que pondrá a disposición el municipio, para comenzar a acopiar allí los recipientes que retiran los agentes del organismo de las fincas y empresas adheridas al programa “Agrolimpio”.
Las autoridades hicieron hincapié en las ventajas de este edificio municipal, el cual es más amplio -es decir tiene una gran capacidad de acopio- y accesible para vehículos y productores, pues se encuentra sobre la ruta nacional 40.
La idea de las autoridades provinciales es que allí -en el futuro- se depositen los recipientes en desuso de todo el Valle de Uco. Sin embargo, aún hay una cuenta pendiente que saldar con la región: la inversión en una compactadora para procesar los envases recolectados de los tres departamentos. Por el momento, el cúmulo de recipientes son transportados en vehículos de carga hasta San Martín o San Rafael, donde el Iscamen sí cuenta con equipos de compactación.
Molero advirtió sobre la importancia del convenio que firman con los municipios. En realidad, las distintas oficinas vinculadas a la producción (Desarrollo Económico, Medio Ambiente, etc.) se comprometieron a trabajar en la convocatoria y aporte de información sobre el programa.
“Queremos reforzar las propuestas de capacitación a productores, donde se les enseña desde a calibrar sus máquinas de aplicación de agroquímicos hasta el uso final que deben dar a los bidones y envases vacíos. También, vamos a aumentar la presencia del Iscamen para hacer seguimiento de estas prácticas”, apuntó.
El programa Agrolimpio se aplica en Mendoza desde 2005 y busca erradicar los focos de contaminación que implican estos pequeños “cementerios” de envases de agrotóxicos en fincas, bodegas, empresas, etc.
“El Iscamen realiza los controles de plagas con técnicas y recursos no contaminantes. Sin embargo, una pata importante es trabajar con los productores para que estos recipientes no terminen contaminando cauces, suelos”, dijo Molero.
Desde el organismo sostienen que la mejor promoción de estas “buenas prácticas” se da por “contagio”, a través de comentarios y recomendaciones de los productores. En Mendoza hay más de 1.700 emprendimientos adheridos y en estos meses de 2017 se han compactado más de 20 toneladas de plástico para vender. Lo recaudado es destinado a la Fundación Conin y al hospital Notti.