Acercar Alaska

Una experiencia de lujo por las extensiones del territorio más lejano e indómito del Norte.

Acercar Alaska

Alaska es lejana, mucho para los de este lado del mapa, en realidad para casi todo el mapamundi. Más se sabe de esas inalcanzables tierras por las películas, documentales y dibujitos animados que por la experiencia. Sin embargo en tiempos en los que las comunicaciones y los transportes achican distancias, ya no resulta tan extrema, menos en verano.

Se trata de uno de los 50 Estados de USA. El más frío, el más indómito, con inabarcables extensiones de hielo y nieves que jamás se derriten en las cumbres; altos acantilados cayendo a pleno sobre el mar y glaciares eternos, animales que sólo pueden llevar sus días en esos gélidos parajes.

Pero también Alaska tiene paisajes extremadamente verdes, ciudades modernas, grandes shoppings libres de impuestos y autopistas para viajar de un sitio a otro, incluso en tren o autobús. Las posibilidades a las que arroja al viajero son infinitas: observación de ballenas, trekking en glaciares, visita a las ciudades de la fiebre del oro, un paneo desde el interior del paso de Fairbanks, en el corazón del Estado más grande de Estados Unidos, o un vistazo al  Océano Ártico y la vida que aún se da por allí.

También un recorrido por la península de Kenai y la visita a los parques nacionales que todo lo tienen para el turista, forman parte de la oferta.

El visitante deberá ser muy minucioso para planificar su viaje y decidir qué puntos tocar con antelación. De lo contrario será imposible decidirse in situ dada la vasta paleta de oportunidades de aventura, entretención y turismo de naturaleza.

Una de las alternativas es recorrer varios puntos en barco durante el tiempo estival en el que cada día cuenta con más de 20 horas de luz. Holland America Line es una empresa de cruceros que combina increíbles paisajes desde el mar con las excursiones más destacadas por tierra, navegando durante la noche para que cada jornada los encuentre en un nuevo e increíble paraje.

Los huéspedes llegan así al Parque Nacional Denali en Yukón, dueño de uno de los paisajes más increíbles que jamás haya visto. Allí es imprescindible pasar por el centro de visitantes y asistir a las charlas de los guardaparques. Si el tiempo lo permite, alguna excursión guiada por ellos mismos por senderos con paradas en mágicos miradores.

También hay clases y seminarios científicos y mucha aventura, desde trekking, ciclismo, montañismo, escalada, pesca, safaris fotográficos y, para los avezados, la cima del McKinley, el pico más alto de América del Norte, con 6.193 m.s.n.m.. La capacidad de asombro no se agotará. Hay gran diversidad de animales salvajes, tales como osos pardos, caribúes, lobos, carneros de Dall y alces americanos. Para más, las aves le ponen sonido a la inmensidad y las diminutas flores de las laderas recuerdan el dominio absoluto de natura.

Sí, hay que regresar al barco, con todos los lujos y todos los sabores del exclusivo club gourmet y el tiempo necesario para asimilar semejante experiencia con servicios de excelencia. Los días a bordo deparan diversas paradas. Incluso, en una de ellas, se ofrece la opción de dormir una o dos noches en el corazón del parque Klondike Gold Rush.

Resulta que hacia 1897 la fiebre del oro se había popularizado y miles de personas queriendo huir de la depresión económica ponían todas sus esperanzas y hasta sus vidas en la empresa de encontrar material precioso. Pronto descubrieron que los exploradores que los habían precedido se habían adueñado de los derechos sobre el oro.

Algunos sin embargo encontraron material dorado y otros volvieron con las manos vacías y el corazón roto. Hoy hay mucho por hacer en aquellos terrenos de locos buscadores del metal por ejemplo visitar el Distrito Histórico Skagway que conserva estructuras originales del poblado que daba asilo y contención a los intrépidos del siglo XIX. También está el sendero de Chilkoot, originalmente establecido por los indios tlingit como una ruta comercial en el interior, se convirtió en una senda muy importante durante la fiebre del oro y ahora se realiza por los desafiantes escalones dorados.

Los paquetes

Como las extensiones son tan significativas, la posibilidad de recorrerlas en barco y con combinaciones de bus y aviones hacen más ágil la empresa de conocer Alaska. Entre mayo y setiembre, Holland America Line planificó 12 opciones, que varían entre 10 y 20 días navegando y entre tres y siete noches más; uno, dos o tres días de estancia en el Parque Nacional Denali.

Se visitan, entre otros sitios: el escenario de Glacier Bay, rodeado de fiordos, y varias ciudades como Haines y Skagway, Juneau -capital de Alaska- y Ketchikan. Para los aventureros se suman varias excursiones opcionales para practicar senderismo, rafting, flightseeing y pesca. Todo con el sello de una verdadera experiencia 5 estrellas. Las naves de ultra lujo cuentan con amplios espacios públicos, decorados con maderas nobles y muebles de estilo, flores frescas en cada rincón todos los días y un ambiente cálido y refinado. Los programas de entretención como los gastronómicos son realmente de excelencia.

La historia

La compañía comenzó hace más de 140 años como transportadora de inmigrantes al Nuevo Mundo y lentamente fue aumentando su flota para llegar a movilizar 850.000 pasajeros.

A mediados  del siglo XX ofreció su primer crucero de vacaciones, abandonando su división de transporte de cargas y dedicándose de lleno a los viajes de placer con lo cual llegó a tener sus actuales 15 barcos que navegan por todos los mares desplegando una variedad de atractivos itinerarios entre ellos el “Grand Tour Voyage” de 114 días que es el recorrido alrededor del mundo por los puertos más atractivos.

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