La presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, aceptó -en tiempo récord- la renuncia que hizo a su cargo de camarista Alfredo López Cuitiño y que dejó sin jueces titulares a la Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza. Esto pone, una vez más, a la Justicia Federal de la provincia en un hecho inédito a nivel nacional.
El octogenario magistrado que había llegado al cargo en los años '90, de la mano de Eduardo Bauzá, durante el gobierno de Carlos Saúl Menem, se encontraba acusado de abuso sexual y laboral por una docena de empleados de los Tribunales Federales.
Esa denuncia iniciada en una Fiscalía Federal, ya transitaba los pasillos del Consejo de la Magistratura organismo que desde hace años tenía puesta la mira en el accionar de este cuerpo que ejerce de alzada sobre los juzgados federales de primera instancia de la provincia, San Juan y San Luis.
El fin de un ciclo
Con esta renuncia se cierra un ciclo de varias décadas en las que los nombres de los camaristas eran sinónimo de poder y que había comenzado con la renuncia de Carlos Pereyra González. Fue durante abril de 2009 cuando, aduciendo "problemas de salud", evitó con su jubilación una investigación que se había iniciado durante el primer juicio por delitos de lesa humanidad que se llevó a cabo en la provincia de San Luis, donde precisamente Pereyra González fue secretario penal y, según se dijo, habría presenciado algunos casos de tortura durante los años de dictadura.
Fue el primero de los seis camaristas titulares.
Dos destituidos
Jaqueados por las más de cien denuncias de organismos de derechos humanos por delitos de lesa humanidad que van desde el secuestro, pasando por la tortura, el robo de bienes y allanamientos ilegales, el Consejo de la Magistratura primero destituyó a Luis Miret, en setiembre de 2010 y después hizo lo propio con Otilio Roque Romano.
El primero dio batalla, se defendió personalmente ante el organismo y perdió, mientras que Romano viajó a Chile el 24 de agosto de 2011. Un par de días después, el juez federal Walter Bento pidió su captura internacional y finalmente fue destituido por el Jury de Enjuiciamiento. Romano, en el país vecino, buscó refugio político, una medida que aún no tiene resolución y que provocó su detención, por horas, durante el pasado febrero en Viña del Mar.
Los otros
El resto de los camaristas optaron por la jubilación. Fue durante el pasado mayo. Así, Alberto Endeiza fue el primero y después siguió el mismo camino Julio Demetrio Petra, aunque en este caso tenía varias denuncias, una de la UN Cuyo por un fallo a favor de la familia Vila por unos terrenos de Dalvian y que tiempo después la Corte Suprema de Justicia pusiera punto final al litigio al declarar la legitimidad del reclamo a favor de la casa de altos estudios.
Las vacantes
Hoy, pese a que han transcurrido más de 3 años desde la jubilación de Carlos Pereyra González, su remplazo sigue sin definición por del Ejecutivo nacional, aunque existen tres postulantes.
Olga Pura Arrabal, actual titular del Juzgado Federal N° 2 y cuestionada desde distintos organismos por sus vínculos con el grupo Vila-Manzano; Javier Pascua, que después de ser secretario del destituido juez Luis Leiva, cruzó la calle y en la actualidad es fiscal de la Primera Cámara del Crimen y el secretario de la Cámara Federal, Juan Jesús Castilla, quien también supo subrogar el Juzgado Federal N° 1, por algunos meses, antes del nombramiento de Walter Bento.
Para el resto no hay postulados ni tiempo de definiciones. Por eso la Cámara está siendo subrogada por jueces de tribunales orales de Cuyo como Roberto Naciff, Héctor Cortez, Hugo Echegaray, Carlos Alfredo Parra y Pedro Humberto González, mientras falta la designación del remplazante de López Cuitiño.